La muerte de Jorge Bergoglio genera impacto en propios y ajenos a la Iglesia Católica. También movilizaciones populares para reivindicar su figura. Dentro de las filas institucionales del catolicismo se multiplican las manifestaciones que señalan la importancia del “legado” de Francisco, lo que también puede leerse como una pretensión de incidir en favor de la continuidad del rumbo que el papa argentino imprimió a la Iglesia. A tono con eso los organismos sociales de la diócesis de Merlo-Moreno (provincia de Buenos Aires), emitieron una declaración en la que comienzan dando “gracias por el carácter providencial de su persona (de Francisco) en su paso por la Iglesia y por el mundo”.
Piden dichos organismos “superar lo anecdótico” para hacer eje en “algunos núcleos de sentido desde donde surgieron tanto gestos y palabras llenos de luz para la iglesia y para la sociedad”. De manera conjunta los organismos sociales de la diócesis de la que es titular el obispo Juan José Chaparro comienzan subrayando que la predicación de Bergoglio se enmarcó dentro de la tradición “profética” de la iglesia haciendo mención, específicamente, al obispo mártir argentino Enrique Angelelli (asesinado por la dictadura militar), la Madre Teresa de Calcuta y el obispo mexicano Samuel Ruiz, un abanderado de los pueblos originarios de su país.
“El carácter profético de la Iglesia se manifiesta en gestos que abren a nuevos horizontes, involucrando a quienes lo reciben con buen espíritu”, dice el comunicado que lleva la firma de Cáritas, Pastoral Social y “Crece desde el pie” de Merlo-Moreno. Y agrega que “la palabra profética no nos encierra en conceptos y dogmas que repetidas veces encorsetan la realidad”.
En el mismo documento se señala que “la palabra de Francisco supo interpelar fuertemente a quienes detentan el poder, así como provocar también un posicionamiento en la sociedad” marcando como ejemplo de lo anterior sus discursos ante los movimientos sociales y frente a los empresarios de las tecnologías informáticas.
Se agrega que “otro núcleo de sentido” del mensaje del papa fallecido se apoya en “una genuina libertad” que “Francisco supo proponer de múltiples maneras, promoviendo procesos de madurez y coraje que nos ayuden a trascender ciertos paternalismos que impiden un sano desarrollo humano”.
En el comunicado se toma distancia de “un proselitismo misionero egocéntrico” señalando que, por el contrario, la cita evangélica “vayan y hagan que todos los pueblos sean discípulos” debe entenderse como una invitación a “un proyecto de inclusión en el que nadie puede quedar afuera” comprendiendo que “la mirada de Francisco siempre estuvo al servicio de la fraternidad universal y supo construir su mensaje sin cortoplacismos ni particularismos exclusivistas que generan división y violencia”.
El tercer núcleo de sentido, se dice en la declaración, “es aquel que surge de las enseñanzas de Francisco que nos confirma que es posible un proyecto humanista universal (…) en contraposición con una sociedad actual que concibe el capital en el centro y propone la adoración al dios dinero, generando inequidad, desigualdad, racismo, individualismo, empobrecimiento, egoísmo”. Algo que, se subraya, “deja a las claras que formamos parte de una sociedad deshumanizante”.
El comunicado termina sosteniendo que “el desafío que nos deja (Francisco) es hacerlo presente desde la acción”. Porque “nos deja un legado fecundo que abarca todas las dimensiones humanas, tanto en la espiritual como la política y social, con el compromiso permanente de sostener en la práctica esta propuesta transformadora del proyecto de Jesús para la iglesia y el mundo”.
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