La Ciudad de Buenos Aires votó en un contexto nacional complejo de preeminencia de un proyecto político que busca hacer añicos el tejido social solidario, el Estado y afianzar la idea del sálvese quien pueda. Un escenario de desesperanza que no logra ofrecer, al menos por ahora, una clara alternativa y que como en otros momentos históricos, la sociedad lo expresó con un desapego a la herramienta electoral. Como en Salta, Chaco, San Luis y Jujuy, la concurrencia en la Capital Federal fue escasa (apenas el 53 por ciento) haciendo que se parezca a un 2001 pero sin cacerolas, sin voto Mafalda y sin gente viajando al kilómetro 501 para evitar la multa por no votar. Un escenario ideal para lo que ofrecen los libertarios que se quedaron con el primer puesto. Así, Manuel Adorni obtuvo el 30,14 por ciento desplazando de manera contundente al PRO de Mauricio Macri a un lejano tercer lugar (15,92 por ciento). El golpe al macrismo es mucho más contundente si se tiene en cuenta que es el primer oficialismo en ser derrotado desde que comenzó el año electoral y, sobre todo, en su lugar de nacimiento. Un resultado que tendrá consecuencias imprevisibles para el partido propiedad de la familia Macri. En tanto, el peronismo, que llevó a Leandro Santoro como primer candidato a legislador, hizo una buena elección, sobre todo si se mira los resultados de la semana pasada en las otras provincias. Logró un segundo lugar clave (27,35 por ciento) porque jugó a ser una alternativa y además porque se impuso con claridad sobre las otras opciones peronistas que, tal vez con más unidad y menos egoísmo, hubiesen obtenido un mejor resultado. La izquierda y opciones de derecha moderada como la de Horacio Rodríguez Larreta, quedaron al final de la tabla donde todavía se obtienen bancas.
“Hoy se pintó de violeta el bastión amarillo y ahora a pintar de violeta todo el país”, gritó Javier Milei a modo de verdad lo que en realidad es una falacia. Si bien es cierto que su candidato ganó y desplazó al PRO lejos quedaron de pintar la ciudad de violeta. Este domingo La Libertad Avanza (LLA) se quedó con ocho comunas porteñas. En las siete restantes triunfó el partido que llevó como primer candidato a Santoro.
La estrategia libertaria resultó efectiva pero a medias. Buscó polarizar con el kirchnerismo sin entrar en detalles. Solo dijo que pretendía clavar el último clavo del cajón donde descansen los restos de la fuerza política que lidera Cristina Kirchner. Más detallista fue a la hora de golpear al macrismo. Ahí no tuvo pruritos y Milei junto a su tropa desplegaron todas las herramientas posibles para arrancarle los votos al PRO en su propio bastión.
Con los resultados en las manos, Adorni retomó ese discurso antikirchnerista al sostener que la sociedad comprendió que LLA “es el mejor instrumento para terminar de una vez y para siempre con el kirchnerismo”.
Las redes, el espacio virtual donde el mileismo se mueve con comodidad, se convirtió en el lugar ideal para combatir al macrismo con armas non santas. El video realizado con inteligencia artificial donde hacían decir a Macri que Lospennato levantaba su candidatura para ganarle, justamente, al kirchnerismo fue el que más difusión tuvo.
La justicia, que por ahora responde a Macri, reaccionó con una velocidad inusitada ordenando a la red social X que levante ese video. No fue suficiente. En el macrismo sabían que llegaban al domingo con una herida abierta. Como última esperanza habían apostado a que la caída del proyecto de Ficha Limpia perjudicara al candidato libertario. Ahora, con los números a la vista está claro que ese proyecto nunca fue determinante.
Pero la derrota no es algo que ocurrió este domingo. Se fue construyendo desde hace tiempo. En un momento Macri buscó recuperar el rol de jefe partidario pero, como sostiene la especialista en comunicación política, Julieta Waisgold, lo hizo “con un discurso solemne, muy institucional sin encontrar el tono y la comunicación que antes tenía con su electorado”. Pero sobre todo, indicó, “nunca tomó una posición clara respecto de Milei”. Es curioso el vínculo entre ambos, Milei lo critica con dureza y al mismo tiempo Macri lo ayuda en las aventuras legislativas de la Casa Rosada. Milei desprecia una alianza electoral de super estructuras y Macri todavía ahora insiste en hacer un esfuerzo por conseguir un armado bonaerense común.
Así fue que el macrismo trabajó su derrota y se convirtió en el primer oficialismo en romper la regla que se venía aplicando desde las elecciones del domingo 11 de mayo donde los oficialismos se impusieron. Acá, en la Capital Federal, el PRO recibió una paliza histórica. En 2021 había ganado 14 de las 15 comunas y el peronismo solo una. El domingo por la noche, el macrismo se fue a dormir sin ningún triunfo comunero.
Esto tendrá consecuencia. Ahora LLA pone condiciones para un gobierno más o menos tranquilo de Jorge Macri, pero sobre todo, para el armado electoral en la provincia de Buenos Aires. Ahí el expresidente se resistía a que le impongan una alianza con dirigentes del PRO y no con el partido. Ahora tendrá que hacer un esfuerzo, no acostumbrado en un hombre como él, para impedir que haya una migración extraordinaria hacia LLA.
Los otros ganadores
Si bien los votos válidos mostraron cómo quedó el orden de los candidatos, lo cierto es que hubo uno que no tiene nombre ni apellido pero que se impuso a todos: el ausentismo.
No fue a votar casi el 47 por ciento de los habilitados a sufragar. Manuel Adorni, el ganador de la jornada obtuvo 30,13 por ciento. Para Waisgold esto representa un llamado de atención para todas las fuerzas políticas más tradicionales, “inclusive la LLA a pesar de que se mueve con comodidad en las aguas de la antipolítica, también es sintomático que haya gente que no se haya sentido convocada para votar por La Libertad Avanza”.
Si bien el resultado final puede resultar halagüeño para Es Ahora Buenos Aires, lo cierto es que juntaron prácticamente la misma cantidad de votos que en elecciones pasadas. Igual eso redituó en 10 bancas, una menos que LLA. Eso no es malo en sí. Pero el ausentismo ayudó. El desafío hacia adelante no sólo será que esos que no votaron regresen sino que fundamentalmente voten a esta expresión política que llevó a Santoro como la cara visible.
Otra lección que bien puede dejar este comicio es que el peronismo está lejos de ser el gran derrotado, como la Casa Rosada quiso hacer ver con las elecciones de Chaco, Salta, Jujuy y San Luis. La Capital Federal muestra que se puede ser una opción válida y con propuestas. También es cierto que es preciso ajustar más el proceso de unidad porque, haciendo un juego imaginario electoral, podría haber resultado mejor si se incorporaban en la boleta a la ortodoxia peronista que representa la lista Principios y Valores (con Alejandro Kim) y también a Seamos Libres de Juan Manuel Abal Medina (que hizo una pobrísima elección). Pero para eso tal vez haya que ser un poco menos egoístas.
Otro que se sintió ganador fue Horacio Rodríguez Larreta que con su partido logró ingresar a la Legislatura porteña en lo que para él representa un peldaño importante en su objetivo de volver a ser jefe de gobieno porteño. Además de él, habrá dos legisladores más que serán parte del Volvamos Buenos Aires.
El Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad fue el que se quedó con el último curul en juego. Vanina Biasi, actual diputada nacional, será legisladora desde el próximo 10 de diciembre. Detrás de ella se cerró la lista de las bancas disponibles.
Lo que viene
De las cinco elecciones que ya se desarrollaron, en solo dos se impuso La Libertad Avanza. En Chaco donde forzaron una alianza con el gobernador radical Leandro Zdero y ahora en la Ciudad de Buenos Aires. En los otros distritos tuvo buenos resultados pero en determinados municipios, como el caso de la capital salteña.
El mes que viene habrá otras elecciones. El 8 de junio Misiones y el 29 en Formosa. Dos provincias complejas en donde Milei no tiene vínculos con el formoseño Gildo Insfrán y en el caso misioneros las relaciones se enfriaron con el jefe político de ese distrito, Carlos Rovira.
El gobierno nacional buscará tener allí por lo menos una buena cantidad de votos porque, reconoce, necesita una sumatoria de buenos resultados que le permitan llegar a los comicios nacionales de octubre en mejores condiciones. El objetivo no puede ser peor para las clases populares, porque lo que quieren es poder profundizar el ajuste, concretar la reforma laboral y castigar aún más a los jubilados con una nueva reforma previsional.