Patricia Bullrich visitó el Congreso y defendió, a los gritos, los operativos represivos contra las movilizaciones de los últimos meses que derivaron en decenas de detenciones y heridos. “Los diputados no tienen coronita, si se ponen adelante a pegarle a la policía van a tener las mismas consecuencias”, advirtió la ministra de Seguridad, mirando directamente a los diputados que habían resultado heridos durante la manifestación contra la Ley Bases. Bullrich aprovechó una exposición que tenía como objetivo defender el Presupuesto 2025 para justificar la represión policial y ratificar que la prioridad del gobierno libertario era mantener el “orden público”.
Patricia Bullrich arribó al Anexo de la Cámara de Diputados preparada para la guerra. Es decir, vestida de verde militar y lista para profundizar políticamente sobre un plan de ajuste cuya contracara, necesariamente, es la represión. “Ustedes lo llaman represión, nosotros lo llamamos orden público”, precisó, en un momento, la ministra de Seguridad. Era el segundo encuentro con funcionarios nacionales en la comisión de Presupuesto, que preside José Luis Espert, dedicada a debatir el Presupuesto 2025 de la gestión libertaria. Un Presupuesto que, apenas unas horas antes, el mismo Javier Milei despreciaba diciendo que no necesitaba para gobernar el año próximo. “Gobernaré con el Presupuesto de 2023. No es mi problema, es del Congreso”, había declarado el presidente.
Gases y piquetes
“La prioridad de este gobierno es la transformación económica y la seguridad. Con la convicción de un cambio verdadero, en donde el principio que nos guía es que ‘el que las hace las paga'”, comenzó exponiendo Bullrich, destacando un dato que no le ha pasado desapercibido a la oposición: Seguridad era, junto a Defensa e Inteligencia, una de las pocas áreas que el gobierno había presupuestado fondos por encima de la inflación. La ministra celebró haber reducido un 17 por ciento la tasa de homicidios en el último año, y anunció que presentaría dos proyectos de ley: una ley “anti barras” para “bajar la violencia en el fútbol” y una específica para homicidios vinculares. “Vamos a bajar el 10 por ciento de homicidios vinculares y de género”, prometió la funcionaria que integra un gobierno que ha negado la existencia de la violencia de género y que, en consecuencia, ha desmantelado numerosas políticas destinadas a prevenir este tipo de violencia.
El cruce con la oposición
Luego llegó el momento de las preguntas opositoras y, con ellas, el caos. Leopoldo Moreau fue uno de los más críticos, cuestionando la presencia de infiltrados en las movilizaciones, así como el incremento presupuestario para la SIDE: “La SIDE hizo crecer el presupuesto de 15 mil millones de pesos a 197 mil millones de pesos. Reaparece el DNU que este Congreso rechazó. Esto significa un aumento de 1167 por ciento en materia de recursos para finalidad de inteligencia, pero no la inteligencia que se produce en universidad, sino inteligencia destinada a espiar argentinos”, cuestionó el diputado kirchnerista.
Nicolás del Caño (FIT), por otro lado, la cruzó por el operativo policial de junio contra la movilización contra la Ley Bases en la plaza del Congreso: “¿Hay algún gendarme sumariado respecto a la represión donde fueron gaseados diputados?”, le consultó. “La decisión de este gobierno es que haya orden publico, que las calles no estén tomadas todos los días, que la gente no sea utilizada como rehén. En ningún momento consideramos delincuentes a los manifestantes, pero el que quema un auto…”, comenzó, pero no pudo continuar por los gritos. “Son infiltrados tuyos, caradura”, le gritaban en UxP. “Asesina de bebes”, llegó a gritarle una diputada, aludiendo a la ficción – alimentada por el propio Milei en la campaña – de que había puesto “bombas en jardines de infantes” por ser montonera.
La tensión iba escalando. “Los diputados no tienen coronita”, insistía, enojada, Bullrich, justificando la represión. “A nosotros nos eligió el pueblo, a usted no. Perdedora”, le respondió, fuera del micrófono, Lorena Pokoik. La diputada de UxP denunció que un hombre desconocido – ni periodista ni asesor ni miembro de la cámara – la estaba filmando mientras se peleaba, y pidió a los gritos que lo sacaran de la sala. “¿Qué me filmas?”, le gritó al hombre, que luego fue identificado como un custodio del ministerio de Seguridad. “Filmen todo, esto es la democracia”, deslizó Espert.
Bullrich, luego, intentó responderle a Moreau una pregunta sobre el reestablecimiento del servicio de inteligencia en el servicio penitenciario federal y se confundió a Martín Mena con Martín Soria, generando risas y burlas que la hicieron enojar. “Pará nene, pará Moreau, conmigo no te la creas. Pará un poquito. ¿Querés que te cuente la plata que te cobraste de Yabrán? Cuidado eh”, cruzó al diputado que, furioso, le respondió: “¿Cuidado qué?”.
Moreau anunció más tarde a través de sus redes sociales que presentará dos denuncias por calumnias y amenazas. “Me dijo tené cuidado. Ella tiene el monopolio de la violencia estatal, y si coacciona a un diputado nacional desde ese lugar es algo muy grave”, dijo en un video publicado en sus redes sociales.
Superado el escándalo, Bullrich continuó insistiendo en la importancia del protocolo anti piquetes. Llegando, incluso, a insistir en la versión la nena de 10 años gaseada durante una movilización contra el veto al aumento de las jubilaciones había sido culpa de un manifestante (una versión que ya fue desmentida por un video en el que se ve claramente a un policía tirarle gas pimienta a la niña). “El video que vamos a mostrar a la Justicia demuestra con claridad que hay un gas que sale de los mismos manifestante. No es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”, provocó la ministra.
Los cruces se fueron acumulando, con recriminaciones al presidente de la Cámara, incluso, por haber sugerido en Twitter que el rector dela UBA tenía que llamar a la policía para desalojar las tomas en las facultades de Exactas y Derechos. Después de esto la reunión terminó intempestivamente. Minutos después llegaría el titular de la ANSES, Mariano de los Heros, que no lograría responder a la mayoría de las preguntas de los diputados, aunque sí confesaría, antes las preguntas insistentes de Julia Strada (UxP), que el bono para los jubilados que cobran la mínima quedaría congelado en 70 mil pesos.
“Toto”, cerca de poner la cara
Minutos antes de que desembarcara Patricia Bullrich en la Cámara de Diputados, la oposición avanzó en una maniobra para forzar la presencia de Luis Caputo en la comisión de Presupuesto. El ministro de Economía viene escapándole a dar la cara para defender el Presupuesto 2025, a pesar de los reclamos opositores (y las incomodidades que genera adentro del mismo oficialismo), argumentando que no quiere sumarse a un “show del kirchnerismo”. La oposición, sin embargo, está muy cerca de obligarlo a comparecer: el martes, en un plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Presupuesto, los diputados dictaminaron un proyecto de resolución que obliga al ministro a exponer en el Congreso.
El dictamen contó con las firmas del peronismo, Encuentro Federal y una parte de la UCR. Solo el PRO y La Libertad Avanza se manifestaron en contra. El proyecto, ahora, deberá tratarse en la próxima sesión. Si la oposición consigue una mayoría y la aprueba, Caputo estará obligado a comparecer.