Indiana y Tyrese Haliburton lo volvieron a hacer. Con una remontada épica en los últimos tres minutos, coronada por un lanzamiento del base a tres décimas del final del encuentro, los Pacers vencieron como visitante 111-110 a Oklahoma City Thunder y se colocaron 1-0 en la final de la NBA, con lo que revirtieron el factor de la localía. El próximo encuentro será el domingo a las 21, de nuevo en Oklahoma.
De los 48 minutos del partido, Indiana comandó el marcador durante sólo tres décimas, las últimas, tiempo suficiente para quedarse con un triunfo que quedará la memoria de los aficionados por muchísimo tiempo. Es que Indiana volvió a consumar una remontada imposible, como lo había hecho ante Milwaukee en la primera ronda, ante Cleveland en la semifinal del Este y ante New York en la final de Conferencia. Y de nuevo el héroe fue Haliburton, que anotó un tiro desde seis metros que silenció al Paycom Center, que vio a su equipo celebrar desde principio a fin, pero quedarse sin nada en el último suspiro.
Desde Shai Gilgeous Alexander puso el doble del 2-0 a 45 segundos de inicio del juego, Oklahoma comandó el trámite salvo por el 10-10, el único momento de paridad en toda la noche. Desde ahí, los Thunder hicieron pesar su defensa y, con su goleador canadiense encendido, fueron tomando ventajas que oscilaron entre los 10 y 12 puntos durante casi todo el desarrollo. El MVP de la serie regular anotó 38 puntos y pintaba para el héroe de la jornada.
Sin embargo, Indiana se mantuvo enfocado y no se fue del partido, más allá de que no podía reducir la diferencia. Hasta que en los últimos tres minutos, dos triples consecutivos de Nembhard y Nesmith lo pusieron en juego y le trasladaron la presión a los Thunder. Fue entonces que Gilgeous Alexander falló un tiro clave y a Haliburton le quedó la última pelota, con seis segundos por jugar y un punto abajo. Se hamacó en el semicírculo, buscó por la calle derecha y sacó un lanzamiento sobre su marca que sirvió para lograr algo más que un triunfo.