El último miércoles Portugal le dio una lección de fútbol a Alemania y demostró que está en un grandísimo momento con Vitinha a la cabeza y muchos otros cracks de las grandes ligas.
El jueves a la tarde España y Francia jugaron un espectacular partido de metegol y dieron muestras de su tremendo potencial ofensivo. Yamal, Williams, Mbappé y Dembelé, por ejemplo, meten miedo.
Portugal (7mo en el ranking FIFA) y España (2do) jugarán la final de la Liga de las Naciones de Europa, un torneo que importa mucho menos que la Copa de Europa, pero que ellos no desprecian.
El jueves a la noche Argentina, ya clasificada para el Mundial, sin nada que perder, superó a la muy débil selección chilena por 1 a 0 jugando muy bien en el primer tiempo y bastante mal en el segundo.
De algún modo, los tres partidos pueden ser un punto de partida para ver nuestro presente y dónde estamos parados en relación a las potencias europeas.
Fantaseemos en principio con lo que deben haber pensado Molina, viendo jugar a Williams y Mbappé, y Tagliafico, viendo cómo gambeteaban Yamal y Dembelé. Agreguemos la floja prestación de Molina (el de menos puntaje del equipo) contra Chile y la suma de esos elementos nos llevaría a un terreno de cierto pesimismo. Pero rápidamente se puede salir de ahí si se considera que Argentina tiene tanto potencial ofensivo como los mejores (Julián Alvarez crece cada día, Lautaro Martínez tuvo otro año buenísimo), Messi todavía tiene cuerda, hay muy buenos suplentes de cada uno de ellos y frente a defensas tan permeables como las de Francia, España o Alemania pueden hacer estragos. Por otra parte, los defensores argentinos han tenido experiencias en el Mundial frente a esos monstruos y mal no les fue, por cierto.
Un año antes de Qatar, a Argentina le iba muy bien en la región pero nos preguntábamos cómo podía responder frente a los europeos más pintados. Lo vimos en la Copa del Mundo. Ahora le sigue yendo bien en Sudamérica, pero tampoco hay confrontación directa (la Finalissima contra España no tiene fecha y es probable que no la tenga nunca) y los de Scaloni tienen programados amistosos contra equipos como Qatar, China, Japón y/o Rusia, pero no con los más grandes.
Pero no deben prenderse alarmas. Está bien el grupo, sólido, afirmado y los que se acoplan al equipo base que sale de memoria responden muy bien. Thiago Almada se sigue perfilando como el mejor sustituto del Messi de hoy, Balerdi la rompió contra Chile, Simeone jugó bastante bien y en el horizonte surgen las figuras de Nico Paz y el niño Mastantuono.
El verdadero nivel de la Selección Nacional debe estar asociado a lo que generó en el primer tiempo y no en el segundo del partido contra los chilenos. Y en esa etapa mostró que la capacidad de presión, la inteligencia para ocupar los mejores espacios y triangular y el hambre de triunfos siguen intactos.
Más allá del número uno en el ranking FIFA, con los que estuvieron en Santiago, con Lautaro, Paredes, Enzo Fernández, Mac Allister y Otamendi este equipo no es menor que nadie en las alturas futbolísticas.
Así que muchachos, volvamos a ilusionarnos.