“Llegué a la Argentina a los siete años desde Perú. Le agradezco al país haber podido estudiar, porque acá hice la primaria y el secundario. Me quedé a vivir, trabajo, tuve dos hijos como madre soltera. Y de golpe, con este DNU tengo miedo de que me deporten por cualquier denuncia”, explica en la plazoleta del Obelisco una morocha de pómulos altos. Se llama Madley Araujo, tiene 32 años y es una de las migrantes que este martes se concentraron para repudiar el DNU 366/2025, firmado hace quince días por el presidente Javier Milei, que modificó la ley de Migraciones. El decreto dificulta el acceso a los trámites de ciudadanía, habilita el arancelamiento del sistema de salud y de la universidad pública para los migrantes y facilita las expulsiones.
Los manifestantes llevaron a la plazoleta banderas con consignas como “Migrar no es delito”. Una advertía sobre los recortes de derechos generalizados: “Jubilados, discapacitados, migrantes…. Ojo que sos el siguiente!”. La mayoría de los que participaron en la protesta fueron integrantes de organizaciones sociales, ya que la actividad fue organizada por el Polo Obrero y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, junto a agrupaciones más específicas de migrantes. Había sobre todo bolivianos, peruanos, paraguayos y un grupito de contrastantes facciones europeas: los rusos y ucranianos. “Vivimos hace unos años aquí, con documentos precarios, algunos pocos como refugiados. Y vivimos complicados porque el proceso (para obtener la ciudadanía) es muy arduo; encima ahora se volvió más difícil”, explicó Tatiana Bolotina, una chica rubia y delgada, integrante de la Unión de Migrantes Rusohablantes.
El decreto de necesidad y urgencia 366/2025 fue publicado a fines de mayo. El Centro de Estudios Legales y Sociales advirtió sobre sus consecuencias que:
*A partir de la publicación del decreto, para que alguien pueda obtener la residencia permanente, se le exigirá demostrar medios económicos suficientes. Mientras tanto, pueden otorgarle una residencia precaria, pero que desde ahora su duración será de 90 días, mientras que antes era de 180. Tampoco les servirá como prueba de arraigo para obtener ciudadanía o residencia permanente.
*También será mucho más complejo obtener la ciudadanía. “El decreto cambia los criterios, incluso por sobre las garantías que protege las Constitución Nacional: ya no basta con residir dos años en el país, solo pueden acceder quienes tengan residencia legal continua o sean ‘inversores’. Además, la decisión queda en manos de Migraciones y no de la Justicia Federal”.
* En lo relativo a la salud y educación, “las personas migrantes que tengan condición migratoria irregular ya no tienen derecho a estudiar en niveles terciarios o universitarios. Solo pueden acceder a la educación inicial, primaria y secundaria. También se les restringe el acceso al sistema público de salud. Solo pueden acceder gratuitamente las personas con residencia permanente o en casos de emergencia”.
María Alba es concejala en Avellaneda por Unión por la Patria. Contó que es peruana y vive en el país desde hace 17 años. “Este DNU me preocupa porque es un retroceso en nuestros derechos. Por ejemplo, si a nosotros nos abren una causa o nos hacen una denuncia, de frente nos deportan a nuestros países sin derecho a defensa ni nada. Esto es una ofensiva, sobre todo, contra las que decidimos hacer política”, señaló.
La dirigente Dina Sánchez apuntó que la pérdida del derecho a la educación superior, a la atención médica y a tener dni argentino “es un retroceso a los años ‘90, cuando para entrar al país tenías que tener dinero o casarte con un argentino, o tener hijos acá”. Además indicó que la amenaza de deportaciones va a afectar a quienes participan de organizaciones sociales o sindicales, al generar miedo a que reclamar implique exponerse a ser expulsado.
Olivia, migrante boliviana, contó que su preocupación mayor es si sus familiares van a poder seguir viniendo a visitarla. “Tengo un hermano que viene todos los años y se queda con nosotros un mes”. Ahora deberá pagar un seguro médico para ingresar al país.