“Más de mil empresas industriales cerraron desde 2023, con la pérdida de más de 31 mil empleos formales en la industria. Los empleos perdidos totales son casi 100 mil, si sumamos los de construcción y minería”, dice el informe que elaboraron un grupo de economistas para la Confederación de Sindicatos Industriales (CSIRA). El trabajo reveló que además que la industria argentina sufrió un retroceso “sin precedentes” ya que en el primer año del gobierno de Javier Milei, 2024, “la actividad manufacturera cayó 9,4 por ciento, la construcción se desplomó 27 por ciento” fruto de una letal combinación que incluye la apertura indiscriminada de importaciones, crédito inaccesible y un mercado interno prácticamente paralizado. Muchos de los gremios que integran CSIRA marcharon ayer para repudiar “el avance sistemático contra la democracia, los derechos laborales y la soberanía económica” y el “desguace institucional” (ver aparte).
El encuentro se realizó en el salón de actos del Smata (mecánicos) que lidera Ricardo Pignanelli. Hasta allí llegaron dirigentes de los 36 gremios que integran la CSIRA y escucharon a los economistas Julieta
Loutou, Matías Kulfas y Hernán Letcher. El informe desarrollado por el trío fue lapidario al detallar el colapso productivo que se realiza y
anticiparon un industricidio.
El informe que se elaboró advierte que la continuidad del rumbo económico del gobierno libertario “amenaza con profundizar la desindustrialización, debilitando el
entramado pyme y condenando al país a importar tecnología y trabajo”. En ese sentido, señala que “no hay desarrollo sostenible sin una industria nacional sólida y diversificada que aporte valor agregado”. Un planteo que Milei no comparte ni siquiera en la forma de la redacción de la sentencia.
Como contrapartida, los especialistas resaltan que los Estados Unidos, la Unión Europea y China protegen su trabajo e industria. Por el contrario en la Argentina, desde la llegada de Milei, los aranceles, los programas de finaciamiento y las medidas de protecció, como el impuesto PAIS y los instrumentos antidumping, se eliminaron.
Está más que claro para los gremios industriales que el gobierno de Milei está llevando al país hacia una economía reprimarizada “que exporta recursos como el litio, soja y petróleo sin desarrollar cadenas de valor, con salarios que apenas recuperan una fracción de lo que estamos entregando”.
Por otra parte, el detallado informe que entregaron Loutou, Kulfas y Letcher y los gremialistas debatieron, señala que el sector científico tecnóligico no escapa “al brutal ajuste”. Es más, remarca que “el desarrollo nacional solo es posible con inversión en educación, investigación científico tecnológica, y agregado de valor”.
En ese sentido, los sindicatos industriales reclamaron “que la ciencia argentina vuelva a ponerse al servicio de la economía y la producción” porque, como advirtieron, consideran que la educación “es el motor del crecimiento y del empleo argentino”.
Los reclamos
Los gremios nucleados en CSIRA, donde se destacan además del Smata, la UOM, la Uocra, ceramistas, textiles, lecheros, gráficos y sanidad, entre otros, reclamaron el fin del “cepo” al bolsillo y como tal exigieron “paritarias libres que permitan
recuperar el poder adquisitivo perdido” y rechazaron la intervención del
Gobierno en las negociaciones paritarias “imponiendo techos que utilizan el salario como ancla antiinflacionaria en una economía con precios liberados”.
En este escenario de catástrofe, los gremios subrayaron que solo el salario mínimo perdió un 32 por ciento de su poder adquisitivo entre diciembre de 2023 y abril de 2025. No hay duda, el deterioro de los sueldos, de la economía y de la producción es algo exclusivo de la gestión de Javier Milei.
Es por eso que CSIRA plantea la necesidad de “no seguir atados a las recetas del FMI” porque –como señalan– “ningún país se desarrolla ajustando de forma generalizada”. Es por eso que advierten que “solo una estrategia nacional orientada a impulsar la producción argentina, el consumo interno y las exportaciones con mayor valor agregado permitirá romper el ciclo de endeudamiento, recesión e industricidio”.
Los sindicatos industriales expresaron también su “repudio a la proscripción de Cristina Fernández de Kirchner” y, al mismo tiempo, denunciaron “la persecución judicial como parte de un plan de disciplinamiento político y social”. Es más, advirtieron que “sin una justicia independiente no hay democracia real”.
Los gremios llamaron a trabajadoras y
trabajadores, a empresarios y a toda la sociedad,
a reclamar un cambio de rumbo. “Argentina tiene los recursos, la infraestructura, el talento humano y el conocimiento científico para liderar una nueva etapa del desarrollo industrial”. Por último señalaron que lo que falta “es decisión política y el convencimiento de que sin industria no hay Nación y sin Nación no hay futuro digno”.
Ahora, buena parte de estos gremios, sobre todo los más grandes como el Smata y la Unión Obrera Metalúrgica que conduce Abel Furlán, buscarán reclamar a la conducción de la CGT esa decisión política para rechazar el industricidio que promueven las políticas del gobierno libertarios.