El Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, decidió suspender a unas 60 mil personas del programa Potenciar Trabajo. La medida es provisoria, pero podría derivar en el mediano plazo en una baja definitiva. Por lo pronto, ese universo de trabajadores pobres se encontrarán esta semana con cero pesos en las cuentas del Banco Nación en las que se deposita todos los meses el monto del plan. El argumento de la ministra para aplicar el recorte es que los titulares no cumplieron con el requisito de validar que realmente necesitaban la ayuda que les otorgaba el Estado. A esa conclusión llegaron los funcionarios que responden a Pettovello a partir de una encuesta que enviaron únicamente vía la aplicación Mi Argentina, con el objetivo de actualizar distintos datos personales, y que los afectados no pudieron –en su mayoría por distintos motivos relacionados con su realidad socioeconómica– responder en tiempo y forma.
La poda estaba sobre la mesa desde julio de este año, cuando la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia a cargo de Yanina Nano Lembo (la funcionaria que contrató la cafetera premium y desató el último de una larga lista de escándalos en Capital Humano) publicó la Resolución 391/2024 con el objetivo de realizar un relevamiento sobre las condiciones laborales y habitacionales de los titulares del programa. La idea en principio era loable: se buscaba conocer si los beneficiarios tenían trabajo o no y bajo qué condiciones, en qué barrio vivían y otro tipo de datos del estilo. El problema es que la misma resolución establecía como penalidad para quien no respondiera esa encuesta en los plazos fijados una suspensión (provisoria) del programa como primer paso y, más tarde, la posibilidad de una baja definitiva.
En total fueron unos 60 mil los titulares del programa los que no pudieron contestar esa encuesta, que constaba de un total de 18 preguntas, más otros campos a completar de datos personales básicos. Todo vía la aplicación para teléfonos celulares Mi Argentina, un aspecto para nada menor, dado que la mayoría de a quienes estaba dirigido el estudio, por su situación socioeconómica, no la tienen, no saben usarla o tuvieron problemas para poder hacerlo, como tener mala conexión a internet o directamente no tenerla. Otra probabilidad es que ni se hayan enterado de la existencia de la encuesta. Pero sobre esa base, Pettovello decidió aplicar igualmente la suspensión, que se amplió a otras diez mil personas más a las que se les detectaron incompatibilidades.
Desde Capital Humano salieron a poner paños fríos y en diálogo con este diario aseguraron que se trata de “una reactualización” del programa y “no de una baja”. También aclararon que a aquellos beneficiarios a los que no les depositen este mes el monto del programa “tienen tiempo hasta el 15 de noviembre para cargar todos los datos en la página de mi argentina o ANSES; y si no cobraron noviembre, podrán en ese lapso de tiempo completar los datos y se les pagará un retroactivo por este mes”.
Concretamente, la resolución que habilitó el procedimiento establece tres etapas de penalización para quienes no completaron la encuesta online de Pettovello y Nano Lembo: primero la “suspensión de la asignación” (que se aplicaría a partir de este martes), luego un “Período de Solicitud de Actualización” (en caso de cumplir los requisitos, se restituye el plan) y, finalmente, la “Baja del Programa”. “Transcurridos cuatro (4) meses desde la culminación del plazo previsto para la actualización de datos, en ambas etapas, sin efectuar el relevamiento, se procederá a la baja del titular del Programa”, dice el Anexo de la resolución. Se descuenta que varios miles entrarán en esa categoría.
Las organizaciones sociales estaban este lunes a la expectativa de lo que Pettovello finalmente resolvería respecto del cobro de los suspendidos. El último ajuste de una magnitud similar en el Potenciar Trabajo se había dado a inicios de 2023, cuando la entonces ministra Victoria Tolosa Paz recortó de un plumazo unos 100 mil planes.
Un manual para ajustar
En febrero de este año, Pettovello había anunciado el congelamiento del monto del Potenciar Trabajo –quedó clavado en 78 mil pesos desde entonces– y su división en otros dos nuevos programas.
Pettovello se quedó, en esa división, con la porción más pequeña de beneficiarios –unos 260 mil– y también la de menores recursos. Lo llamó “Acompañamiento social” y en él quedaron inscriptas aquellas personas de más de 49 años y las madres de más de 4 hijos. Osea, la porción más vulnerable de todos los que cobraban el plan. El resto –alrededor de un millón–, que sí tienen posibilidades de reinserción, fueron absorbidos por la Secretaría de Trabajo.
Sobre ese universo de las 260 mil personas más pobres que siguen cobrando el Potenciar Trabajo Pettovello aplicó el relevamiento en cuestión y sobre ese mismo universo decretó las 70 mil suspensiones. El porcentaje de ajustados es del 25 por ciento del total, lo que habla a las claras de que el problema no está en los beneficiarios sino en el propio método que eligieron los funcionarios para llevar adelante el procedimiento. Algunas voces le recuerdan a la ministra que ella misma echó a miles de trabajadores sociales y territoriales de su ministerio que hacían el tipo de trabajo manera presencial con los beneficiarios, cara a cara, algo que el “relevamiento digital” no puede reemplazar.