El exdirector del Consejo de Administración del Hospital Garrahan, Carlos Kambourian, se jactó el viernes en su cuenta de la red social “X” de haber sido “sobreseído” en la causa donde fue investigado por los gastos personales que le hizo pagar a ese centro de salud para niños: desde cenas de cumpleaños (incluyendo el propio), restaurantes exclusivos, taxis, cafés, hoteles, regalos y más comidas sin relación con agenda oficial incluso en Londres, Barcelona y también en Estados Unidos. “No robé, no estafé, no defraudé. Gestioné el Hospital Garrahan de manera transparente. Fue justicia”, afirmó. La resolución que define la situación del médico, en efecto, habla de sobreseimiento, pero la parte que él no cuenta y no muestra es que se “extinguió la acción penal” porque ofreció pagar una reparación económica por el “perjuicio” causado. En el expediente penal abonó 1.500.000 de pesos y en dos procesos en el fuero contencioso administrativo pagó 5.732.100 pesos que le reclamaba el hospital.
El escándalo de los gastos personales de Kambourian con dinero del Garrahan fue revelado por Raúl Kollmann en Página/12 en función de una investigación interna que realizó el hospital pediátrico, que en la actualidad vuelve a estar en el centro de la escena por los recortes producto de la motosierra del gobierno de Javier Milei. El descalabro se judicializó. Kambourian había instalado un sistema de tarjetas de crédito corporativas del Banco Ciudad (como si se tratara de una empresa), que también habría utilizado al menos otro directivo implicado, Alan Norton. El fiscal de juicio, Diego Velasco, le imputaba a Kambourian haber sustraído desde el 18 de mayo de 2018 hasta el 13 de diciembre de 2019 “para su beneficio personal dinero del erario público correspondiente” al hospital de Pediatría Garrahan 187.880,51 pesos y 4.919,34 dólares”. El delito atribuido: peculado en concurso ideal con violación de los deberes de funcionario público.
El abogado de Kambourian ofreció una “solución alternativa” prevista por el Código Penal para que se extinga el caso: una reparación económica que, como es evidente, implica el reconocimiento del daño que se habría causado. Para el fiscal Velasaco es un camino que se puede admitir a modo de “justicia restauradora” y por eso dio su conformidad. Así fue como el juez Nicolás Toselli dictó la sentencia que pone fin a la causa que, en ningún párrafo, dice que queda a salvo el buen nombre y honor del imputado (como se estila en algunas resoluciones cuando la conclusión es que no hay ningún delito en juego). Algo insólito del caso es que fue el propio Kambourian quien dio a conocer la noticia del fallo, con su particular mirada, con su tuit.
Los gastos
En 2021 el Consejo de Administración del Garrahan detectó los gastos irregulares y en su informe sostuvo que “no pueden ser avalados de modo alguno”. “No se encuentran justificados en orden al funcionamiento, metas o fines de la institución”, agregaba. Señalaba que no se le podía estar pidiendo a la gente que tapitas de bebibas para apoyar al hostpial mientras el titular del consejo administrador pagaba sus gastos personales con plata de la institución pública. “No imaginamos –advertía el texto– motivos de suficiente peso para que un Presidente del Consejo de Administración contando con oficinas y salas de reuniones deba llevar a cabo reuniones de tipo institucional fuera del ámbito del hospital (en restaurantes, bares, etc.), del día y horario laboral, más aún cuando se reunía con autoridades que también tienen sus hábitats laborales”. Algunos ejemplos:
*El 5 de junio de 2019 aparece una cena en el restaurante de comida china y asiática PF Chang de San Isidro por 4.045 pesos. La excusa fue una reunión de trabajo con representantes del Ministerio de Salud de Entre Ríos. Ese día cumplía años uno de los hijos del médico. Justo en la factura aparecía, con valor simbólico, una torta de cumpleaños.
*Había otra factura de una comida en el conocido restaurante Kansas. Según la justificación de Kambourian fue un encuentro con el infectólogo Daniel Stamboulian. Lo llamativo era que en la factura, de 2700 pesos, un día domingo, aparecían incluidos dos menúes infantiles.
* El 9 de abril de 2019 Kambourian pagó con la tarjeta corporativa una cena de 4.495 pesos en el restaurante Roldán, de la avenida Figueroa Alcorta. En teoría era una comida con directivos del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Otra vez en la factura apareció una torta de cumpleaños. Era la fecha de cumpleaños de otro hijo de Kambourian.
* El 19 de agosto de 2019 con el argumento un encuentro con miembros de la Secretaría de Salud de Salta, aparece otra cuenta en el Restaurante Roldán que incluye, una vez más la torta de cumpleaños con valor simbólico. Esta vez coincidía con el del propio Kambourian.
*Entre otros gastos señalados por el propio hospital que reveló el perjuicio a sus arcas, se había comprado una cafetera Nespresso, había gastos de supermercado, en el Alvear Palace Hotel, Oporto Almacén, Steak and Horses, Top of the Hubo Boston (era un restaurante en el observatorio del piso 52 de la Prudential Tower en Boston), Fortnum & Maison United Kingdom, Hard Rock Piccadilly Circus London, entre otros. Los gastos en Londres, Barcelona y Estados Unidos explican cuentas en dólares y euros.
*La denuncia interna decía, además, que “Kambourian dispuso durante el período en cuestión del vehículo
de manera exclusiva para uso personal o de personas allegadas, incluso
familiares ajenos a la institución”.
Doctor Muerte
“Doctor Miedo” y “doctor Muerte” son los apodos que le adjudicaron a Kambourian a raíz de sus presagios sobre la pandemia del covid y sus críticas a las políticas de salud pública del gobierno de Alberto Fernández. En febrero de 2021 tuiteó: “Pensar que en agosto va a haber un aluvión de vacunas y vacunación masiva es el siguiente error. En agosto vamos a estar con los hospitales llenos de pacientes. Y volviendo a preguntarnos por qué. Guardar este tweet”. Al llegar la fecha el entonces jefe de Gabinete de la Provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, le respondió: “Yo guardé aquel tweet de febrero en que pronosticaba que en agosto no tendríamos vacunas y que los hospitales estarían desbordados. En agosto aplicamos 3.882.506 dosis y la ocupación de camas fue la más baja del último año. Sembraron miedo, odio y preocupación. Nunca ayudaron. Siempre criticaron”, concluyó Bianco.
Gracias a esa posición Kambourian consiguió ser candidato de Juntos pro el Cambio: encabezó una lista de concejales en Malvinas Argentinas, pero perdió en las PASO. Su postura frente a la denuncia por los gastos personales pagados con dinero del Garrahan fue acusar al “kirchnerismo” de atacarlo. En el tuit del viernes último, donde simula dar una buena noticia en su favor, aunque asumió otorgar una reparación económica (que obviamente es respecto de un daño), volvió a la carga con el mismo repertorio que adjudica las denuncias en su contra a exfuncionarios del gobierno de Alberto Fernández. “Intentaron meterme preso. No pudieron. Uno a uno van a tener que pagar por el daño que me causaron. No es rencor, es venganza”, sorprendió. Los propios usuarios de “X” que respondían a la publicación del médico explicaban que “la acción penal está extinguida por reparación integral”, lo que implica que Kambourian pagó por el daño hecho y así es sobreseído. Decir que no estafó, robó ni defraudó sería, así, de mínima, inexacto.