El capitán del remolcador de la barcaza no tenía la licencia correspondiente | El accidente de Miami



Continúa la investigación de la Guardia Costera de Estados Unidos por el accidente de la barcaza y el remolcador que embistieron al velero donde viajaba Mila Yankelevich, de 7 años, junto a otras niñas. Tras el fallecimiento de una tercera menor de edad y del narcotest y el control de alcohol a los que fueron sometidos y dieron negativo la consejera del campamento de veleros, un tripulante de la barcaza y el operador del remolcador, los trabajos se centran en determinar si los responsables de las grandes embarcaciones tenían la licencia necesaria.

Todas las miradas apuntan al capitán del remolcador, quien no cuenta con la licencia habilitante para conducir barcazas de ese tamaño. Según la ley norteamericana si una embarcación mide menos de 26 pies (7,92 metros) no es obligatorio que su conductor tenga licencia. De todas formas, la barcaza involucrada en la tragedia sería de 60 pies (lo que equivale a poco más de 18 metros), por lo que en su caso sí era indispensable. De esta forma se complicaría la situación legal del capitán por su culpabilidad en un accidente que ocasionó infringiendo la ley.

Si bien esta laguna legal solo exime a los remolcadores de embarcaciones a motor más pequeños que el caso de esta barcaza, la ley acercaría la posibilidad de que quienes operen con mayores tamaños tampoco se vean obligados en la práctica a contar con la licencia, produciendo que muchos de los operadores, aunque no tengan ni certificación ni formación, transiten en sitios de aguas congestionadas, como fue el caso de esta tragedia entre las islas Hibiscus y Monument. De esta forma, las familias de las víctimas y la comunidad de la zona reclaman que se regulen correctamente estas zonas grises de la ley, para que no se repitan accidentes similares. Además, exigen que se cuente con vigilancias tanto visuales como auditivas.

Otro adelanto de la investigación destacó que la barcaza no llevaba residuos, como se afirmó al inicio, sino que transportaba materiales de construcción y una grúa que habría sido colocada en la parte delantera de la embarcación, perjudicando la visibilidad del operador, motivo por el que este no habría visto al velero. Dos obreros que estaban en la barcaza dijeron que no escucharon ni las bocinas ni las alarmas previas al impacto, mientras que otros tripulantes aseguraron que le advirtieron al operador sobre lo que sucedería pero que él no puedo reaccionar a tiempo para evitar el choque.

Todavía resta determinar legalmente quién tenía prioridad de paso entre el velero y la barcaza con el remolcador. Sin embargo, algunos testigos de los hechos critican que intentaron dar aviso a los gritos de lo que finalmente sucedió sin ser escuchados. También hay críticas contra el vigía y contra la ley que permite que en el mismo lugar donde naveguen niños opere un buque comercial con un remolcador. Frente al surgimiento de cuestionamientos por vacíos legales y falta de respuestas sobre la revisión de las normas Nicholas Strasburg, un suboficial de tercera clase de la Guardia Costera, pidió paciencia al público con los avances de la investigación.

Hasta el momento se lamentaron tres víctimas fatales por la tragedia ocurrida el lunes 28 de julio. Junto al fallecimiento de Mila Yankelevich, la niña de 7 años nieta de Cris Morena e hija de Tomás Yankelevich y de la actriz Sofía Reca, se sumaron los decesos de Erin Ko, de 13 años hija de coreanos, y de Arielle Buchman, de tan solo 10 años, quien llegó a estar internada en estado delicado en el mismo centro de salud que Calena Gruber, pero murió a pesar de la atención médica.

Fuente: Pagina12