Huracán tuvo un comienzo prometedor en el Coloso Marcelo Bielsa frente a Newell’s. Ni el más optimista hincha del club visitante se imaginó que el equipo iba a ponerse en ventaja sin patear al arco.
Antes del primer cuarto de hora, una descarga de Alarcón para Rodrigo Cabral derivó en el prematuro 1-0, con un centro venenoso que pasó por el medio de tres protagonistas y se clavó en el segundo palo de Ramiro Macagno. Casi sin pestañar, los de Parque Patricios sacaban la primera diferencia para darle pelea a Vélez en la cima de la Liga Profesional.
Cuando el cronómetro de Facundo Tello se disponía a llegar a la media hora, los de Frank Kudelka volvieron a golpear al debilitado conjunto local. Fue mediante una obra colectiva magnífica que incluyó una recuperación de Cabral, asistencia en profundidad de Alarcón, un lujo estupendo de Mazzantti y una definición inapelable de Eric Ramírez. Un golazo que despertó el fastidio generalizado del público local.
La reacción del equipo de Ricardo Lunari llegó con una clásica del fútbol. La que asegura que dos cabezazos en el área terminan en gol. Así, a través de la vía aérea en la que Martino se le anticipó a la defensa porteña, Juan García selló el descuento con un frentazo inapelable para Galíndez.
Huracán siguió buscando en el segundo tiempo. Pablo Siles puso una gran pelota filtrada para la aparición del siempre incisivo delantero Mazzantti, que encaró al arquero y definió suave al palo derecho de Macagno, para poner el 3-1 cuando iban solamente cinco minutos de esa mitad.
De inmediato, tras un córner en contra, Cabral manejó un contragolpe de manera excelente, y puso el pase al medio para la llegada del volante chileno Rodrigo Echeverría. El mediocampista no remató de gran manera, pero su disparo se coló entre las piernas del arquero Macagno, para convertirse en el cuarto gol visitante.
Los hinchas locales se empezaron a fastidiar con sus jugadores, cuando un tiro libre de Banega no pudo ser despejado por el defensor Souto y habilitó al delantero Juan Ramírez, quien la empujó para el descuento. Pero el tiempo no le alcanzó a Newell’s.