Gracias a un detalle, el Servicio de Clasificación Profesional de Monedas las consideró “extremadamente raras”.

Entre los excéntricos coleccionistas, existe una nueva afición que se ha vuelto bastante común y es la numismática. El interés por las monedas y billetes ha crecido, y los interesados se encuentran en la búsqueda de piezas raras, por las que están dispuestos a pagar cientos de miles de dólares.
Un ejemplo de estos casos, es la moneda de diez centavos, conocida como “Mercury Dime” que, por un detalle mínimo en el reverso, puede llegar a valer hasta 218.000 dólares. Estas monedas fueron acuñadas entre 1916 y 1945 y destacan, no sólo por su escasez, sino por un codiciado detalle.
Catalogadas como extremadamente raras: cómo son los Mercury Dime
Las monedas en cuestión son conocidas como 1919-D y son una verdadera rareza de la numismática. Fueron diseñadas por Adolph A. Weinman y acuñadas entre 1916 y 1945. El detalle que las hace tan codiciadas es conocido como Full Bands (FB) y refiere a las bandas principales que rodean el diseño principal en el reverso que simbolizan fuerza y unidad.
Estas piezas cuentan con un detalle en su reverso que se trata de dos bandas en la columna principal y es particularmente raro. Y para que sea genuina, deben mostrar una división completa en su parte central, sin interrupciones o marcas y con una nitidez total. Si bien la producción alcanzó una emisión de millones de monedas, sólo hay unas pocas con detalles claros que las hacen valiosas.
El Mercury Dime de 1919, la moneda que puede valer miles de dólares
Las piezas más valiosas están compuestas por un 90% de plata y un 10% de cobre, contaban con bandas “innegablemente divididas y completamente redondeadas de extremo a extremo” con un destacado brillo, a pesar de los delicados matices dorados.
La calificación otorgada por el Servicio de Clasificación Profesional de Monedas (PCGS) fue MS66 en la escala de calidad y uno de sus ejemplares llegó a subastarse en 218.000 dólares, según Heritage Auctions.
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Ambito