Cristian Graf se presentó este lunes de modo espontáneo en la Fiscalía. El hombre quedó en la mira de la Justicia ya que vivía en la casa de Coghlan donde en mayo se encontraron enterrados restos óseos que recientemente se comprobó que pertenecían a Diego Fernández Lima, un adolescente de 16 años que estaba desaparecido desde 1984 y que había sido su compañero de colegio.
Graf se presentó esta mañana en la Fiscalía en lo Criminal y Correcional 12 y pidió declarar de modo voluntario ante el fiscal Marín López Perrando, pero no pudo hacerlo.
El caso tuvo un giro la semana pasada, cuando se supo que los restos óseos que habían sido hallados en mayo enterrados en una casa de Coghlan de la avenida Congreso -vecina a donde había vivido Gustavo Cerati- habían sido identificados: pertenecían a Diego Fernández Lima, un chico de 16 años que estaba desaparecido desde hace cuatro décadas.
Su familia lo había buscado desde la tarde del 26 de julio de 1984, cuando salió de su casa y nunca más volvió. Había dicho que iba a visitar a un amigo, pero no habían tenido más información. Hasta ahora.
Cuando se supo que, en una casa ubicada al lado de una vivienda donde había vivido Cerati, un grupo de albañiles había encontrado restos óseos, el caso captó la atención de los medios.
Los restos habían sido hallados enterrados debajo de una medianera, a poca profundidad. Eran de un hombre joven, corpulento y junto a ellos había una serie de elementos: un corbatín similar al de un uniforme colegial, la suela de un zapato número 41, un reloj Casio, una ficha de casino y una moneda japonesa.
Con esos datos, un hombre sospechó que podría tratarse de su tío, desaparecido en el 84 y fue a la fiscalía. Gracias a un análisis de ADN, comparado con su madre – de 87 años- se comprobó su identidad.
A partir de entonces, todo se precipitó. Un testigo declaró que Cristian Graf había sido compañero de curso de Diego Fernández en la ENET 36 de Villa Ortúzar, en 1982 y 1983, y que había vivido en la casa donde se encontraron los huesos y donde hoy todavía vive su madre.
Fuente: Pagina12