Este ingrediente puede ser perjudicial si se reutiliza para cocinar varias veces es por eso que existen otras alternativas para reciclarlo.
El aceite de cocina es un elemento esencial en la mayoría de los hogares argentinos. Sin embargo, su disposición incorrecta genera graves consecuencias ambientales. Un solo litro de aceite usado puede contaminar hasta 1.000 litros de agua, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica de España. En Argentina, un informe de la Universidad Nacional de La Plata advierte que el vertido de aceite en desagües obstruye cañerías y colapsa sistemas cloacales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura alertó sobre el impacto de los residuos de cocina en la biodiversidad. Ante este panorama, el reciclaje del aceite usado puede ser una alternativa sustentable y económica. Existen múltiples formas de transformar este residuo cotidiano en recursos útiles para el hogar.
El aceite de cocina, especialmente el de girasol o maíz, no está diseñado para múltiples usos. Reutilizarlo en exceso genera compuestos tóxicos y cancerígenos. Los expertos recomiendan no emplearlo más de tres veces para cocinar. El aceite de oliva admite hasta cinco usos, siempre que se filtre adecuadamente. Señales como cambio de color, espuma, olor rancio o textura espesa indican que ya no es apto para consumo.
5 usos creativos para reciclar el aceite de cocina
Estas alternativas permiten dar una segunda vida al aceite de cocina usado, reduciendo residuos y generando ahorros en el hogar. Cada opción contribuye a un estilo de vida más sustentable y consciente del impacto ambiental.
Hacer jabón casero
El jabón artesanal constituye una de las formas más útiles de aprovechar el aceite usado. La receta tradicional combina aceite filtrado, soda cáustica y agua. Se pueden agregar ralladura de limón o aceites esenciales para aromatizar. El proceso requiere precaución con la soda cáustica, usando guantes y protección ocular en un ambiente ventilado. La mezcla se vierte en moldes y el jabón necesita curarse entre tres y cuatro semanas. El resultado es un producto económico para lavar ropa, utensilios o superficies.
Fabricar velas o antorchas
Con aceite filtrado, un frasco de vidrio, una mecha de algodón y aceites esenciales, se pueden crear velas caseras. Para antorchas exteriores, se recomienda una tapa metálica perforada donde pasar la mecha. Estas velas arden con eficacia y aportan calidez decorativa al hogar. Las antorchas pueden durar horas y se recargan fácilmente, resultando ideales para iluminar balcones, patios o terrazas.
Lubricar bisagras y herrajes
El aceite usado sirve como lubricante doméstico para bisagras, cerraduras o pernos con fricción. Aunque no reemplaza al aceite mineral, resulta práctico en emergencias. Se aplica una pequeña cantidad con una jeringa o algodón en los puntos de contacto. Es fundamental colar previamente el aceite para evitar introducir impurezas en los mecanismos.
Proteger y dar brillo a la madera
La madera sin barniz, como muebles de jardín, se beneficia de una capa fina de aceite usado. Aplicado con pincel o paño, nutre la superficie y la protege de la humedad. Se recomienda esta aplicación dos veces al año, especialmente en exteriores donde el sol desgasta la madera. El aceite de oliva es particularmente efectivo, aunque su aroma puede ser intenso en interiores.
Elaborar exfoliantes naturales
Una mezcla de café molido y aceite filtrado crea una pasta exfoliante ideal para remover células muertas. Esta opción casera y ecológica sirve para cuerpo y rostro, según el grosor del café. Se aplica con masajes circulares y se retira con agua tibia y jabón, dejando la piel suave. También se puede usar azúcar o sal marina como alternativa al café.
Fuente: Ambito