Las organizaciones sociales reclamaron frente a las puertas de supermercados y frigoríficos donaciones de alimentos. “A sólo trece días de las fiestas de Navidad, venimos a hacer visible la crueldad de un Gobierno que ajusta a los que menos tienen”, dice el petitorio que dejaron a comercios y empresas de la alimentación en 500 puntos, a los que pidieron recuperar la solidaridad y “romper con la ley de selva” propuesta por Milei. En la Ciudad de Buenos Aires hicieron la protesta frente al Hotel Sheraton, lugar emblemático por ser la cadena en la que el Círculo Rojo acostumbra a hacer sus encuentros. El referente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, sostuvo que la marcha se hizo para “reclamar alguna solidaridad de parte de los que les va bien con este Gobierno, que son muy pocos, los que hacen negocios con la especulación financiera”.
En la jornada confluyeron la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, Territorios en Lucha y el Frente Piquetero, los tres grandes agrupamientos de los movimientos sociales. Para evitar que los operativos antipiquetes les impidieran actuar, las organizaciones no anticiparon que irían a las puertas de los supermercados y sólo anunciaron la concentración frente al Sheraton.
Allí la policía de la Ciudad se desplegó para evitar el corte de calles, pero se abstuvo de gasear manifestantes, como venía sucediendo hasta ahora en los operativos dispuestos por la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
El responsable de la seguridad privada del hotel recibió a una delegación, que le dejaron el petitorio. En la carta -un papel impreso con el mismo texto para todos los pedidos- un grupo de mujeres que trabajan en comedores agregaron, con letra manuscrita, que necesitan alimentos frescos, como pollo y verduras. Es decir, no sólo canastas navideñas.
La situación en los barrios populares es crítica. El ministerio de Capital Humano continúa sin restablecer el envío de alimentos a los comedores de las organizaciones sociales, los programas de empleo han sido desguazados en dos planes asistenciales, que ya no sostienen ningún emprendimiento productivo. La urbanización de los barrios, que daba trabajo a sus vecinos, también se frenó. La única política de asistencia que mejoró en relación a la inflación es la Asignación Universal por Hijo, pero el conjunto de los ingresos de los sectores populares se desplomó.
En las encuestas que miden la inseguridad alimentaria, como la más reciente que realizó la organización Barrios de Pie, un 89 por ciento de las familias de los barrios populares se define en una situación de inseguridad alimentaria severa. La categoría se aplica a una situación concreta: que uno de los integrantes de la familia, en el último mes, no haya podido comer durante un día entero o que, teniendo hambre, no haya podido comer por falta de dinero.
Un año de Milei
Fue un mediodía con mucho sol, y los manifestantes esperaron bajo los árboles con sus banderas. Sentada en el pasto estaba Gabriela, 45 años, encargada de un merendero en Merlo.
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¿Cómo está el tema de los alimentos en tu barrio?
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En dólares, como en todos lados -dijo ella.
Contó que este primer año de gobierno de La Libertad Avanza le resultó muy difícil. Porque hasta el 2023 fue la encargada de un comedor, que funcionaba en su casa, pero una vez que el gobierno nacional dejó de mandar alimentos a las organizaciones sociales, tuvo que transformarlo en un más modesto merendero. “Ahora preparamos rosquitas o pan casero. Para cocinar juntamos ramas o maderas y hacemos fuego, porque no podemos comprar garrafas. Está viniendo más gente a pedir, mucha gente en situación de calle, que preferiría un plato de comida. No se lo podemos dar”.
Gabriela vive con su marido, dos de sus hijas y una nieta. Lo que más le molesta del gobierno, dijo, es la campaña “para hacernos quedar vagos”.
“Yo trabajaba como costurera, para terceros y por eso en casa tengo todavía una máquina recta y una overlock”. Pero los trabajos de costura cayeron; para ganarse unos pesos, hoy Gabriela vende zapatillas en cuotas a sus vecinas.
Después del cierre del comedor, pasó lo de su marido: le dieron de baja el Potenciar Trabajo, sin motivo. “No conseguimos que se lo devolvieran”.
Y es que la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, le quitó a las organizaciones la facultad de tramitar estos reclamos y para pasar a hacerlos exclusivamente de manera individual y a través de internet. “Nunca conseguimos cargar la foto de él en la app”. También fueron a la oficina de Desarrollo Social de Merlo y al Anses local, sin respuestas, hasta que finalmente dieron el tema por perdido.
Él changuea en una herrería dedicada a la colocación de rejas. De sus hijas, una es mayor -la mamá de su nieta- y ha conseguido trabajos eventuales como vendedora, por una paga diaria de diez mil pesos. De esos tres ingresos, tan en negro como salteados, vive la familia, con lógicas dificultades para poder completar su alimentación. Incluso cobrando la Asignación Universal por Hijo y la Tarjeta Alimentar no les alcanza.
El 20, en todas las plazas
Cuando la delegación volvió de entregar el petitorio, los dirigentes armaron una conferencia de prensa.
Norma Morales, de la Utep, reclamó el pago de un bono de fin de año a los titulares de programas sociales. “Estas van a ser unas fiestas muy tristes. Muchas familias no van a tener un pan dulce o algo rico para compartir, por una decisión política de este gobierno” dijo, ante la falta de anuncios en ese sentido.
Las cocineras que tomaron la palabra después remarcaron “la vergüenza de tener un gobierno que no reparte ni un kilo de comida mientras los supermercados tienen que tirar mercadería por la caída de sus ventas”.
La entrega de los petitorios preanuncia nuevas movilizaciones en reclamo de alimentos, de no obtener respuesta los pedidos: es una situación abierta. En otras movilizaciones, puntuales, que se hicieron la semana pasada, hubo organizaciones que consiguieron donaciones de carne, de un frigorífico del conurbano. Con estas, habrá que ver qué pasa.
Por otra parte, el 20 de diciembre el Frente de Lucha Piquetero hará actos en las plazas por el aniversario de las jornadas que terminaron con el gobierno de Fernando De la Rúa. Así lo anunció, en la rueda de prensa, Daniela Carlaco, referente del MTR Votamos Luchar y una de las 33 personas que este año estuvieron detenidas por manifestar contra la Ley Bases.
“Se vienen unas fiestas durísimas para la clase trabajadora, en un año en el que tuvimos que cerrar comedores porque el gobierno nacional dejó de mandarnos alimentos, y en el que aparecieron organizaciones que le están exigiendo a las compañeras hacer cursos antiaborto para darles una bolsa de comida. Este 20 de diciembre vamos a estar en todas las plazas del país. No es cierto, como dice Milei y los grandes medios, que se terminaron los piquetes: mientras haya hambre vamos a seguir saliendo a la calle”.