La fiebre por los Labubu -peluches coleccionables- crece impulsada por estrellas internacionales que los usan como accesorio de moda. Sin embargo, pueden ser potencialmente peligrosos para los más pequeños. Descubrí en qué casos y por qué.

Seguramente alguno de los niños de tu familia pidió uno de ellos para el Día del Niño. Los Labubu son pequeños, peludos y con una sonrisa de dientes afilados que combina lo tierno con lo travieso. Este contraste, sumado a su estética kawaii, los ha convertido en uno de los juguetes más codiciados del mundo. Creación del artista hongkonés Kasing Lung y producidos por Pop Mart, estos muñecos coleccionables han logrado lo que muchos en la industria sueñan: pasar de fenómeno de nicho a objeto de deseo masivo en apenas unos meses.
La locura por conseguir los Labubu se disparó después de que figuras como Lisa, de Blackpink, o la actriz Emma Roberts aparecieran con uno colgando de sus bolsos. Desde entonces, su demanda es tan alta que en varios países se han visto largas filas, reventas y hasta robos organizados para obtenerlos. En Argentina, aunque todavía no existe una tienda oficial, su presencia en redes y en plataformas de venta online ha hecho que cada vez más personas busquen conseguirlos.
Pero la popularidad tiene un lado oscuro. El auge de los Labubu trajo consigo un aluvión de copias ilegales, muchas de las cuales presentan riesgos serios para la salud de los niños. Estas imitaciones circulan bajo nombres similares y se venden tanto en ferias como en sitios de comercio electrónico, sin pasar controles de calidad.
Lafufu, la imitación potencialmente peligrosa
Entre las falsificaciones más detectadas aparece el llamado “Lafufu”, fabricado en talleres sin certificación y sin cumplir normas de seguridad en China. A simple vista pueden parecer inofensivos, pero expertos en control de calidad advierten que estas réplicas suelen tener ojos, manos o pies desprendibles, lo que implica riesgo de atragantamiento en los niños más pequeños. En algunos casos, se han encontrado costuras flojas, rellenos expuestos y materiales potencialmente tóxicos, como plomo o colorantes no aptos para uso infantil.
En países como el Reino Unido, organismos de control han confiscado cientos de unidades tras denuncias de padres preocupados. China, principal origen de estas copias, ha incautado miles de muñecos que tenían como destino mercados internacionales.
Reconocer un Labubu auténtico es cuestión de estar atento a ciertos detalles:
- el sticker holográfico de Pop Mart,
- un código QR que dirige a la web oficial y
- un sello UV en una de las patas son pistas clave para diferenciarlos.
A cuánto se consiguen los Labubu en Argentina
En el mercado local, un Labubu original —importado por coleccionistas o revendedores— puede costar entre 13.000 y 50.000 pesos. Sus precios varían dependiendo del modelo, tamaño y su rareza. Las ediciones limitadas o especiales pueden superar esa cifra con facilidad, incluso hay una que llega a pagarse a más de 800 mil pesos.
También se pueden conseguir accesorios y ropa para ponerles, cuyos precios oscilan entre los 10.000 y 12.000 pesos.
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Ambito