Hace unas semanas tuve el honor de participar en la firma del primer convenio de cooperación mutua entre el Instituto Patria y la Universidad de Hubei, la cual se ubica en una provincia de China que, aunque es territorialmente más pequeña que la provincia de Buenos Aires, cuenta con una población mayor a la de todo nuestro país.
Durante el encuentro, el rector de la universidad, Liu Jianping, presentó el proceso de planificación que permite abastecer de energía a la población mediante una de las represas hidroeléctricas más grandes del mundo, la Presa de las Tres Gargantas. Esta planificación se basa en ejes vertebradores claves que son relevantes para reflexionar acerca de una economía como la de nuestro país: a pesar de ser productora de energía, la Argentina no ha logrado alcanzar el autoabastecimiento energético en los últimos años. Sin ir más lejos, el “Plan Verano 2024-2025” , anunciado el 25 de septiembre, que buscaba llevar adelante medidas para evitar cortes, no ha concretado ninguna acción y ya se habla de tener que importar energía desde barcos turcos.
El primer eje presentado fue el del Estado como garante de una planificación ordenada en pos de generar mejores condiciones de vida para su población, permitiendo así el desarrollo tanto del campo como de la ciudad.
Por otro lado, la importancia de una gobernanza integral de los recursos naturales, de tal forma que permita el cuidado del medio ambiente, en pos de generar una transformación verde la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Una de las frases reiteradas por el rector fue que “para gobernar bien el país, primero hay que saber gobernar el agua”, haciendo referencia a que una gestión integral de los ríos, lagos y mares, acelera el ritmo de desarrollo y permite una planificación a nivel macroeconómico. Así, es importante destacar la cita del presidente chino, Xi Jinping, a la que el rector hizo referencia para explicar esta cuestión: “Gracias a los esfuerzos tenaces, se ha vuelto más azul el cielo de nuestro país, más verde la tierra, más clara el agua, y más ameno el paisaje a lo largo y a lo ancho de nuestro extenso territorio”, concluyendo en que agua limpia y montañas verdes es sinónimo de riqueza y abundancia.
La Argentina es un país rico en recursos naturales que permiten la producción de energía. Cuenta tanto con yacimientos convencionales como no convencionales, zonas de vientos y grandes ríos para poder generar energía. Sin embargo, llega el verano y estamos desde hace años ante la misma problemática: cortes sistemáticos de luz que afectan a grandes sectores de nuestra población. Adultos mayores o electrodependientes son quienes más lo sufren, pero también los comerciantes con su mercadería o familias con los productos que tienen que desechar de sus heladeras.
Este año esta situación tiene un agravante no menor. Las tarifas de luz han sufrido, según el segmento y la zona, incrementos de hasta un 300%. ¿Cómo puede ser que con semejantes aumentos sigamos padeciendo cortes? ¿Dejar todo librado al mercado no iba a mejorar los servicios y prestaciones? Desde la tribuna libertaria se gritará, siendo este su principal argumento, gritar , que son 70 años de desmanejos. Propongo pensar una respuesta un poco más certera y elaborada, atendiendo a la experiencia que tuve la oportunidad de escuchar por parte del rector antes mencionado.
Estas situaciones tan disímiles, atendiendo las diferencias culturales y geográficas, pero teniendo en nuestro caso tantos recursos naturales y mucha menos población son las que tenemos que pensar para la construcción del país que queremos. ¿Será que tal vez la planificación en los sectores estratégicos es importante? ¿Será que el rol del Estado es promover la inversión de manera tal que beneficie a todo el pueblo y no a los que especulan? Si usted, como yo , señora o señor lector responde afirmativamente se nos abren algunas otras preguntas ¿Qué experiencias rescatamos para pensar nuestro abastecimiento energético? ¿Cómo gestionamos nuestros recursos naturales vinculados a ello?
La respuesta, claro está, no se encuentra en dejar todo a merced de la mano invisible del mercado y su autorregulación, pero sí en algunos ejemplos de la historia reciente de nuestro país que vinculan planificación estratégica y decisión política para que los números cierren con la gente adentro.
La Argentina necesita volver a tener una planificación energética como la que tuvimos durante los gobiernos de Nestor y Cristina. Necesitamos volver a construir un proyecto con la voluntad política de enfrentarse a los sectores monopólicos y discutir con los sectores concentrados. Necesitamos la auténtica audacia que genera bienestar al pueblo, ser fuerte ante los poderosos que buscan especular y saquear los recursos naturales de nuestro país.
Necesitamos nutrirnos de las experiencias como la que mencionaba más arriba, y para eso es imprescindible discutir la política exterior de sometimiento a EEUU que propone el presidente.
Necesitamos una política exterior que defienda nuestros recursos naturales, en pos de planificar el crecimiento de nuestro pueblo en general y de nuestra economía en particular garantizando, por ejemplo, energía los 365 días del año, a quienes producen en el campo o en la ciudad, a las familias, a los clubes.
Sin duda, también tenemos que vincularnos con los países centrales de tal manera que se fomente la cooperación mutua y no el sometimiento y el saqueo. Necesitamos entender, para la construcción de esos vínculos, que el mundo no es más que una comunidad de naciones con destinos compartidos.
Y para ello es fundamental fortalecer la integración de América Latina para darle, como nos decía Perón, “el puesto que debe corresponderle en los asuntos mundiales”.
* Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Parlasur.Docente de la Facultad de Periodismo de la Universidad de la Plata.