La subasta de un objeto supuestamente encontrado en la tumba de Tutankamón alcanzó los u$s458.000.

Una subasta en Londres alcanzó los u$s458.000 por una caja de cosméticos en forma de saltamontes, pero su venta generó una gran polémica entre los expertos en patrimonio. Esto se debe a que el objeto fue vinculado en repetidas ocasiones con Tutankamón, lo que lo convertiría en un artículo histórico.
La civilización egipcia es una de las más famosas por ser una de las primeras en desarrollar conocimientos en medicina, matemáticas y escritura, además del monumental legado de sus pirámides. Algunos de sus faraones son conocidos mundialmente al menos por su nombre, pero quizás Tutankamón sea el más célebre.
El objeto, atribuido por egiptólogos a Tutankamón, fue subastado en 340.000 libras esterlinas (unos u$s450.000). El hecho desató la polémica entre arqueólogos, y la difusión del tema también llegó a las redes sociales, que siempre encuentran un espacio en cualquier debate.
La pieza, que podría provenir del sepulcro de Tutankamón, es conocida como Sauterelle de Guennol. La encargada de realizar la venta fue la casa de subastas Apollo Art Auction, especializada en arte antiguo, asiático e islámico, así como en monedas antiguas y medievales. Se trata de un recipiente de cosméticos de marfil con forma de insecto, de apenas nueve centímetros de diámetro, que data del 1350-1349 a.C., finales de la dinastía XVIII, periodo perteneciente al denominado “Imperio Nuevo egipcio”.
La historia de Tutankamón: ¿Por qué es tan famoso?
La vida de Tutankamón fue particular desde el inicio: a los nueve años ya era faraón de Egipto. A pesar de estar fuertemente tutelado por su corta edad, llegó a tomar decisiones importantes dignas de un monarca poderoso. Sin embargo, su gobierno no logró gran trascendencia y murió a los 18 o 20 años, aunque no se tiene certeza absoluta.
A pesar de no ser un faraón determinante en la larguísima historia egipcia, fue enterrado en el Valle de los Reyes con sus tesoros, como correspondía a los monarcas. Las campañas napoleónicas y las expediciones inglesas durante el siglo XIX vaciaron muchas tumbas, pero la de Tutankamón permaneció intacta hasta 1922, cuando el arqueólogo inglés Howard Carter y Lord Carnarvon la descubrieron. Poco después, Carnarvon murió de una infección y, más tarde, varias personas vinculadas al traslado de los tesoros hacia Nueva York también fallecieron en circunstancias extrañas. Estos hechos dieron origen al mito de la “Maldición de Tutankamón”, que aún hoy acompaña la fama del faraón y el tesoro de su tumba.
Fuente: Ambito