La Justicia ordenó 10 allanamientos con las respectivas detenciones para los dueños de la firma y del Laboratorio Ramallo, las empresas que se encuentran siendo investigadas por96 muertes, por el momento.
Además de Ariel García Furfaro, también se ordenó detener a familiares del mismo (vinculados con las firmas) y a trabajadores de los laboratorios.
En total, se emitió un pedido de captura sobre:
Por su parte, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich celebró en su cuenta de X el accionar de la Justicia. “Las hacen, las pagan. Los responsables del lote letal de fentanilo, tras las rejas“, escribió.
“Los culpables de las muertes por fentanilo contaminado ya no caminan libres. El cabecilla de la banda, a punto de ser detenido. La GNA y la PSA hicieron un operativo impecable, a pedido de la Justicia. Se acabó la impunidad: ahora deberán responder ante la Justicia, frente a las familias y a toda la sociedad“, agregó la funcionaria.
La noticia de las detenciones salió horas después de que Furfaro fuera procesado por otra causa, vinculada con un presunto contrabando agravado de mercadería proveniente de China.
El juez Pablo Yadarola imputó al acusado, sin prisión preventiva, por sobrefacturación de importaciones realizadas a través de HLB Pharma y Alpharma. La investigación determinó que entre marzo y agosto de 2022 ambos laboratorios declararon operaciones por u$s5 millones, cuando la cifra real ascendía a u$s$500.000.
Fentanilo contaminado: exempleada del laboratorio implicado denunció graves irregularidades
Una extrabajadora de HLB Pharma denunció graves irregularidades en el laboratorio que produjo fentanilo contaminado. La mujer, reveló que la empresa operaba con fallas graves en la producción, sin controles de calidad adecuados y con personal sin la formación necesaria para manejar drogas de alto riesgo.
Según la denunciante, el laboratorio, encargado de inyectables de pequeño y gran volumen, funcionaba sin protocolos claros. Se contrataba personal únicamente para completar planillas de análisis microbiológicos que no existían y los registros se falsificaban manualmente. Además, los filtros de esterilización se reutilizaban sin esperar los resultados, conectando nuevamente toda la línea de producción de manera peligrosa.
El ambiente de trabajo también era deficiente: la ventilación y temperatura no eran las adecuadas, y el personal debía soportar condiciones extremas, incluso en pleno verano. La precariedad de la infraestructura se sumaba a la negligencia en la manipulación de productos de alto riesgo, como el fentanilo.
Fentanilo: evasión de auditorías y lote contaminado
En declaraciones a Radio Rivadavia, la exempleada aseguró que la ANMAT fue advertida con antelación sobre las inspecciones: “Nosotros sabíamos con anticipación qué lotes se iban a auditar, entonces se preparaban los papeles”. Se contrataba personal solo para “acomodar papeles” y “dibujar los números” que los auditores iban a pedir, evitando así detectar los desvíos.
El caso más grave ocurrió con un lote de fentanilo contaminado que llegó al mercado. “Lo sabían los analistas de microbiología… la jefa de microbiología, la cual había comunicado a la gerenta de calidad y el lote había salido exactamente igual”, contó la denunciante. Los registros de los análisis positivos se escribían en cuadernos separados o borradores, sin identificar la bacteria, y la droga se despachaba automáticamente, ignorando la cuarentena legal. “Cuando se avisó el análisis ya estaba fuera,” concluyó Adriana.
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Ambito