Luego de dos audiencias del juicio oral y público, el Juzgado criminal y correccional federal N°3, a cargo del juez federal Daniel Rafecas, encontró culpable a Mórtola de una serie de maniobras irregulares, entre ellas la contratación directa, sin licitación, de una empresa de consultoría valiéndose de un informe técnico de solo dos carillas, como parte de un proceso cuyo fin era un supuesto negocio inmobiliario en los terrenos del Puerto de Buenos Aires.
El juez resolvió condenar al funcionario macrista a la pena de “seis meses de prisión en suspenso, costas e inhabilitación especial por el doble de tiempo”, por considerarlo “autor penalmente responsable del delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
Los argumentos de la condena contra Gonzalo Mórtola
La justicia confirmó el pago en 2016 de más de u$s940 mil a la firma INDRA, que fue contratada de manera directa para realizar una consultoría sobre pliegos para una supuesta futura licitación del Puerto de Buenos Aires. El mecanismo utilizado por el exfuncionario del PRO para burlar el reglamento de compras –que indicaba que por ese monto se debe realizar una licitación- fue contratar a dos “asesores expertos” (Martín Hagelstrom y Ernesto Laborde) que recomendaron en un escueto escrito contratar de manera directa dicha empresa.
Hagelstrom, que también está procesado en la causa, sigue siendo un hombre relevante en la estructura del ex ministro de Transporte de Macri, Guillermo Dietrich, a quien acompañó en distintas charlas sobre la Hidrovía, mientras que discute en nuevo pliego de licitación de la vía navegable.
Concluido el debate oral, el tribunal condenó a Mórtola, exalumno del colegio Cardenal Newman, por incumplimiento de deberes del funcionario público, pese a que la querella había recomendado una condena por defraudación al estado.
En su escrito de elevación a juicio oral, el juez federal Martínez de Giorgi consideró que la consultora “fue elegida, al menos arbitrariamente, es decir sin el menor fundamento legal o de conveniencia, para hacerse de una contratación, a la que accedió de modo directo, eludiendo una licitación pública, evitando la confrontación con otros oferentes, en virtud de la actuación irregular del entonces interventor de la Administración General de Puertos, Gonzalo Morotola, quien violó de este modo los deberes a su cargo”.
Las consideraciones del juez fueron ratificadas por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, a cargo de los camaristas Mariano Llorens, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi.
Un “Newman boy”, clave en el pliego de la Hidrovía
Desde entonces, Mórtola buscó de cualquier forma frenar el juicio oral, con distintos pedidos de medidas dilatorias del proceso. Primero, con maniobras dilatorias insólitas, como pedidos de exhortos a España para demorar el cierre de la investigación. Tras un rechazo que destacó la intención dilatoria del acusado, propuso como último intento una compensación económica. A cambio, pedía no ser declarado culpable. Incluso se ofreció a realizar servicios comunitarios a beneficio de distintos sectores carenciados.
No solamente la dilación judicial fue el mecanismo que Mórtola utilizó para dar vuelta su situación en la Justicia. En 2024, a comienzos de la gestión libertaría, intentó acercarse a las filas del oficialismo como otra manera de contener su situación. Entre los antecedentes que destacaba como experiencia de gestión se subrayaba la confección del pliego para la Hidrovía durante el macrismo, pliegos que nunca fueron conocidos ni publicados.
Ex alumno del colegio Cardenal Newman, Mórtola fue un asesor clave en todo el proceso de armado de licitación para la Hidrovía que Macri, Dietrich y su equipo aseguran haber dejado “listo” al finalizar su mandato, y ofrecieron a la administración de Javier Milei.
No es ningún secreto el interés del ex presidente en la licitación que se intentó llevar adelante y fracasó en febrero, ni la cercanía de Macri con altas esferas del reinado de los Países Bajos, lugar que visitó en su momento junto a Mórtola.
Durante los últimos meses, Gonzalo Mórtola había intentado evitar a toda costa el inicio del juicio oral. Finalmente, las maniobras del acusado no prosperaron, el juicio oral se realizó y culminó con el fallo condenatorio.
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