El arranque de una nueva Liga Profesional se daba con una particularidad: debutaba Sebastián Domínguez en el banco de Vélez, último campeón, de visitante frente a Tigre, equipo que dirigió la temporada pasada y que también presentaba el estreno de Diego Dabove. Fue goleada 3-0 este jueves para el Matador en Victoria.
El trámite no podía empezar mejor para el anfitrión, que tras un avance por izquierda de parte de Banegas, el lateral cambió de frente y envió un gran centro para que Ignacio Russo le gane las espaldas a Elías Gómez y defina cruzado para la apertura.
Pero el hijo del entrenador de San Lorenzo estaba enchufadísimo: pocos minutos más tarde, luego de una serie de malos rechazos de la dormida última línea velezana tras un corner, le quedó el balón para una volea y de zurda dejó sin reacción al arquero Marchiori. En apenas ocho minutos de iniciado el juego y el torneo, el último campeón ya estaba dos goles abajo, lo que sumía en preocupación al DT Domínguez.
En eso, Russo tuvo una nueva chance, que no se le dio. El Fortín amagaba con salir del letargo, pero aún faltaba conexión entre sus mediocampistas, por lo que Romero y Santos no tenían mucha participación. Enseguida, Joaquín García fue a disputar una pelota, pero se le giró feo el tobillo y debió ser retirado en camilla del campo de juego con una fractura.
Los centros del visitante que caían al área no suponían mayor riesgo para Zenobio, el seguro arquero de Tigre, que le detuvo un disparo de Pizzini. Antes del descanso, Marchiori le ahogó el tercero a Russo.
La pesadilla de Vélez siguió en el inicio del complemento con el gol del defensor Martín Ortega, que tras una incursión en ataque pudo superar la resistencia de Marchiori, quien enseguida tuvo otro tapadón ante el picantísimo Russo; a continuación Pizzini probaba a Zenobio.
Vélez no mostraba respuestas y Tigre volvió a llegar con un centro de Ortega que dilapidó Fértoli. A esa altura el 3-0 era cosa juzgada y el premio mayor (3 puntos) se lo llevó Tigre ante un campeón descolorido.
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