La Conmebol alertó riesgos en la ubicación de las hinchadas antes del encuentro, pero su recomendación no fue atendida y el partido terminó en una masacre.

El partido entre Independiente y la U de Chile terminó en un episodio de violencia que colocó al fútbol sudamericano en el centro de la polémica. La proximidad de las hinchadas y la ubicación de las barras en sectores contiguos, fueron factores determinantes que la Conmebol advirtió previo a los incidentes que obligaron a la cancelación del encuentro.
El problema de la disposición de los hinchas era conocido con anticipación. La Conmebol había anticipado que la tribuna ubicada bajo los visitantes debía permanecer vacía, pero esa recomendación no fue tomada en cuenta: el sector ya estaba vendido a hinchas locales.
En un documento oficial, la organización explicó: “En este encuentro, la tribuna visitante se ubicará en el sector sur alto, mientras que en la parte inferior corresponde a otra tribuna destinada a la afición local. Durante la reunión previa se planteó la conveniencia de que no hubiera público en la tribuna inferior. Sin embargo, se informó que esa localidad ya se encontraba vendida”.
El informe de seguridad también anticipó los riesgos y propuso medidas preventivas: “Se dispuso que en la tribuna visitante se ubique personal de la Policía y seguridad privada, con el fin de evitar que los hinchas visitantes arrojen elementos o generen algún tipo de desorden contra el público local”.
El operativo que no alcanzó
A pesar de que se desplegaron 650 policías, 150 guardias privados y seis ambulancias, la estrategia no logró evitar los incidentes. Finalmente, los hinchas visitantes se ubicaron en la tribuna alta, mientras que los locales permanecieron justo debajo, lo que derivó en enfrentamientos durante el primer tiempo.
El operativo de seguridad, que contaba con personal policial y privado en zonas aledañas, no fue suficiente para contener la violencia. Las imágenes de los disturbios recorrieron los medios del mundo, evidenciando la negligencia en la implementación de las pautas de seguridad propuestas por la Conmebol.
El resultado dejó en claro que la ubicación de las hinchadas y la omisión de la recomendación de la Conmebol fueron factores clave que contribuyeron al caos y la sangre en el estadio Libertadores de América.
Fuente
AMBITO