qué dejó el semestre bancario


26 de agosto 2025 – 14:20

Los dos bancos crecieron en volumen, pero la mora y la pérdida de margen financiero achicaron sus resultados.

El negocio bancario argentino atraviesa un momento paradójico: más préstamos y depósitos, pero menos ganancias contables.

El primer semestre de 2025 dejó una foto clara de cómo se reacomoda la banca en la Argentina: más volumen en préstamos y depósitos, pero menos ganancia neta. Santander Argentina amplió su cartera de créditos y captó más depósitos, pero destinó casi el doble de dinero que el año pasado a provisiones (reservas contables que se apartan para cubrir créditos que pueden no pagarse) y así su utilidad neta terminó reducida a la mitad.

BBVA Argentina, en tanto, también creció fuerte en colocaciones minoristas, pero sufrió una fuerte caída en los ingresos por intereses, lo que comprimió su resultado operativo y limitó la mejora de sus beneficios. Dos estrategias distintas, un mismo desenlace: más negocio, pero con márgenes más ajustados.

Santander: más préstamos, más depósitos y un colchón más grande

En junio de 2025, los préstamos al sector privado de Santander sumaron $11,32 billones y los depósitos del sector privado llegaron a $16 billones, cifras que muestran un crecimiento significativo frente a 2024. Sin embargo, la otra cara del balance fue la caída de la rentabilidad. Los ingresos operativos netos alcanzaron $1,69 billones, un 36% menos en la comparación interanual, y el resultado neto consolidado se redujo a $378.870 millones, la mitad del registrado un año atrás.

El factor clave fue el aumento de las provisiones: el banco destinó $279.455 millones a cubrir posibles incobrables, casi el doble que en 2024. En paralelo, la morosidad de la cartera pasó de 1,59% a 2,93%, lo que explica la decisión de reforzar el colchón. En la práctica, Santander optó por priorizar la prudencia: aun ganando en volumen, apartó más recursos para garantizarse solvencia futura, lo que se tradujo en menos beneficio inmediato.

BBVA: fuerte expansión, pero con menos margen

El recorrido de BBVA fue diferente. La entidad avanzó con fuerza en el crédito minorista: los préstamos prendarios crecieron más de 330% interanual y los personales más de 160%, un ritmo que refleja su apuesta a los individuos. También captó más recursos: los depósitos en pesos de clientes sumaron $13 billones, con un aumento superior al 60% interanual.

El problema estuvo en los márgenes. Los ingresos por intereses netos cayeron casi a la mitad respecto al año pasado, lo que recortó de forma abrupta el ingreso operativo, que cerró en $1,42 billones, mostrando así una caída del 46% respecto al mismo período de 2024. Con ese golpe, el resultado neto se ubicó en $146.131 millones, con una baja cercana al 32% interanual.

En cuanto a la calidad de la cartera, la irregularidad subió levemente a 2,28%, con una cobertura de 115%. Si bien el deterioro es menor que el de Santander, el desafío de BBVA está en que su fuerte exposición al consumo lo deja más sensible a un eventual enfriamiento de la economía: esas líneas suelen ser las primeras en mostrar problemas de pago.

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De cara al segundo semestre, la clave estará en cómo evolucionen los márgenes financieros y la capacidad de pago de los clientes.

De cara al segundo semestre, la clave estará en cómo evolucionen los márgenes financieros y la capacidad de pago de los clientes.

Un mismo contexto, dos lecturas

Los balances semestrales de Santander y BBVA exponen dos caminos distintos para enfrentar un escenario complejo. Santander sacrificó rentabilidad inmediata para reforzar su cobertura frente a la suba de mora. BBVA buscó crecer en volumen, pero vio cómo la caída de los ingresos por intereses se llevó buena parte del margen, y aun con más clientes, cerró con una utilidad más acotada.

La conclusión es que el negocio bancario argentino atraviesa un momento paradójico: más préstamos y depósitos, pero menos ganancias contables. De cara al segundo semestre, la clave estará en cómo evolucionen los márgenes financieros y la capacidad de pago de los clientes. Si la estabilidad macro ayuda, BBVA podría capitalizar su expansión y Santander confirmar que sus provisiones fueron suficientes. Si no, ambos seguirán mostrando balances más robustos en volumen que en rentabilidad.


Fuente
Ambito

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