• Home
  • Deportes
  • “Antes se veía mucho más potrero, ahora todo se volvió muy táctico”   | Diálogo con Valentino Acuña, mediocampista de Newell’s y la Selección Sub-20
Image

“Antes se veía mucho más potrero, ahora todo se volvió muy táctico”   | Diálogo con Valentino Acuña, mediocampista de Newell’s y la Selección Sub-20



El 27 de enero de 2006 nace en Rosario Valentino Acuña. El fútbol allí se respira en cada esquina. Dentro de esa ciudad, escaparle a una pelota es un oxímoron. Tan difícil darle la vuelta a ese destino, que la pasión que siente alguien por este deporte, comienza desde una edad temprana: en el año 2010, Valentino realizó una prueba en Newell’s, junto con su hermano, y lograron quedar. Desde ese entonces, su trayectoria tomó dos caminos: por un lado, en la escuela e inferiores del Malvinas Argentinas, debutando en Primera frente a Argentinos Juniors el 15 de septiembre de 2024, y consiguiendo su primer gol con el club leproso en la décimo quinta fecha del Apertura 2025, ante Huracán; y por otro lado, en el predio de AFA, donde se desarrolló en las categorías juveniles de la Albiceleste, formando parte del plantel que jugó no sólo el Sudamericano y Mundial Sub 17, sino también el Sudamericano Sub 20. Por lo cual, hoy mantiene la expectativa de ser convocado para disputar el Mundial de Chile Sub 20, que iniciará el 27 de septiembre hasta el 19 de octubre, del presente año. En diálogo con Página 12, este volante hábil y versátil, refleja que detrás de cada futbolista, hay un origen que lo acompaña a la hora de sentir, pensar y jugar al fútbol.

–¿Cuáles son tus primeros recuerdos en el fútbol?

–En fotos, en pañales, con dos años y una pelota. A los tres años llegué al club Bancario de Rosario y comienzo a jugar con mi hermano, en categorías más grandes que nosotros. Había una cancha de once y una de cemento, de fútbol 5 o de 7. La de once era de tierra y casi siempre jugábamos en la de cemento, que era más chica. Ahí se juega a otra cosa: tenés que pisarla más, no tirarla larga, mucho mano a mano. Son recursos que quizás no se ven tanto en una cancha grande. Lo que me sirvió mucho es que después seguí jugando Futsal en Newell’s. Entonces esas cosas son las que te quedan para toda la vida y las que ahora utilizo en cancha de once.

–¿Qué importancia tiene el gesto técnico para el futbolista?

–Es todo. Cuando comenzás a jugar al fútbol te enseñan a controlar y a pasar. No te enseñan a pasar a un jugador. Te enseñan a controlar y a dársela a un compañero. La parte técnica es lo que te exigen para hacer más cosas. Me gustan mucho los ‘rondos’ de posición o reducidos en espacios cortos. Hay que pensar antes de que te llegue la pelota. Hay que saber dónde está el compañero libre para dársela y que sea la mejor opción para que pueda seguir el juego.

–¿Cuánto le ayudó, a tu forma de jugar, vivir en una plaza futbolera como Rosario y el sentido de pertenencia hacía Newell’s?

–Cuando nacés, tus padres te dan una pelota como tu primer juguete. Cuando sos más chico no pensás “vamos a jugar por una copa”. Lo que se te viene a la mente es “vamos a jugar al fútbol”. Desde que tenés memoria. Capaz que ahora, con los entrenamientos, no se pueden hacer cosas que hacías cuando estabas con tus amigos. Mantener lo de antes te ayuda a ser diferente dentro de una cancha.

–¿Te resulta fundamental sostener esos rasgos de potrero?

–Creo que antes se veía mucho más potrero. Ahora todo se volvió muy táctico o que cada uno tenga que hacer su función. Lo que le gusta a la gente son los pases sin mirar, los pases que se dan escondiéndolo o tirar un lujito en un mano a mano. Por otro lado, cuando vas creciendo, jugás por vos y tu familia. Eso te hace competir mucho más. Por ahí hay cosas que no te gustan hacer, pero si hay que hacerlo para poder ganar, y te sirve a vos y al equipo, hay que hacerlo.

–No sos un mediocampista posicional. Más bien sos de esos volantes que juegan en distintas zonas del campo. ¿Qué rol juega no quedarse posicionado, sino ayudar en diferentes sectores de la cancha?

–Tuve un antes y después de la Selección. Antes jugaba de enganche, me quedaba en esa posición, subía y bajaba, pero no era tan dinámico. Cuando empecé a ser convocado, me empezaron a utilizar en la posición de ocho mixto y me ayudaron mucho en lo que es defender y pisar el área. Algo que hace muy bien Enzo Fernández. Es un jugador que veo mucho y me lo nombran para que lo siga. Es un volante que cuando dan un pase hacía adelante, agarra envión para atacar el área. No se queda quieto o descansando en posición de 5 o de 8. Y sumo una cosa más: un defensor rival ya sabe que tiene que defender a un extremo que ataca el área. Sabe dónde está posicionado. En cambio, un mediocampista, como llega de sorpresa, es una clara ocasión de gol. Enzo, Rodrigo De Paul o Mac Allister, son los ejemplos que tengo ahora mismo. Son mediocampistas muy completos, dinámicos, que defienden, atacan y dañan donde tienen que dañar.

Valentino Acuña festejando su primer gol con la Primera . Foto: Prensa de Newell’.s

–¿Cómo te desenvolvés jugando de frente al arco rival o de espalda?

–Son muy importantes los perfiles y escanear antes de que te llegue la pelota. Mirar para los costados y para atrás, para ver si estás solo. Porque, por más que tu compañero te diga que estás solo, no lo escuchás con 40 mil personas en un estadio. Pero si vos mirás tu contexto, sabés si tenés que girar, apoyar de primera o ir al espacio. Jugar de espalda, es saber jugar de memoria.

–¿Qué opinión tenés sobre el estilo de jugar al compás de la pelota?

–Si te fijás en los torneos que jugué, como el Sudamericano y Mundial Sub-17, o en la Selección Mayor, los extremos no se están utilizando tanto. Sino que hay volantes que no se quedan en su posición, que se mueven continuamente, y que no sólo van hacia donde está la pelota, sino que verifican dónde están los espacios vacíos y rompen hacia adelante. Si ves cómo se juega, se crean triángulos. Nunca hay dos jugadores en un mismo espacio. Es jugar de memoria, comunicación, pero también fijarse dónde está el compañero y romper al espacio para que te llegue la pelota.

–¿En las selecciones juveniles se deja que el futbolista tenga libertad a la hora de jugar?

–Una vez que entrás en la Selección, la confianza te sube un montón. Los técnicos por más que te equivoques no te dicen nada. Ellos miran mucho la sub 15 y todas las categorías juveniles, porque saben la calidad de jugadores que hay en el país. Jugué muchos torneos con Diego (Placente) de técnico y en el transcurso de los primeros 45 minutos no te dice nada, ni te reta. Cuando termina el primer tiempo, te señala: “Mirá Valen, ellos liberan este espacio, fíjate de ir ahí”. Te dan una confianza para que todo lo que hagas, lo hagas bien. Defensivamente, cada uno sabe lo que tiene que hacer. Trabajamos mucho las pérdidas. Una vez que se pierde la pelota, debemos ir a recuperarla. Pero nosotros sabemos que los 90 minutos vamos a tener la pelota el mayor tiempo posible.

–La idea es no perder el amor por la pelota…

–Obvio. Lo que más quiere un jugador es tener la pelota los 90 minutos. Obviamente que eso no es posible, pero intentamos recuperarla en el menor tiempo, para poder jugar con ella, dar pases y marear al rival.

–¿Qué importancia tiene el mantener los pies sobre la tierra, siendo joven y con toda una trayectoria por delante?

–Gracias a Dios tengo a mi familia y a mi representante que me ayudan mucho en eso. Cuando entrás a una cancha está bien que te lo creas, pero cuando salís del partido entendés que todavía somos chicos y no logramos nada. Entre comillas, porque nos falta recorrer un montón de cosas. Es seguir entrenando y mejorando. Claramente a todo jugador le gustaría ser titular, pero estoy conforme y últimamente me está dando minutos el Ogro (Fabbiani). Le agradezco mucho. Me gusta que ellos no realizan ejercicios por hacer. Todo lo que se hace es para mejorar al equipo o para dañar al rival. Y además lo explican muy bien.

–¿Qué significado tiene el fútbol para vos?

–Es lo más importante que tengo junto a mi familia. Si bien es una carrera corta, la disfrutás mucho jugando, porque es lo que te hace feliz. Te ayuda cuando ingresás a un partido. Te olvidás de todo lo que hay afuera y estás enfocado en eso. Todos saben el sacrificio que hace un futbolista, pero creo que aún más hace sacrificio la familia. Tus papás son los que te acompañan, te llevan y te traen. A veces no comen porque están viéndote jugar. Si te va mal, ellos están ahí, sin importarles sí metiste tres goles o te erraste tres mano a mano. No les importa el resultado. Lo único que les importa es que su hijo sea feliz. Son esa doble motivación. Sí vos estás cansado, pensás en ellos y tenés 90 minutos más para correr.



Source link

Image Not Found

Te puede Interesar

El futbolista “Perrito” Barrios protagonizó un tiroteo en Dock Sud: está herido y hospitalizado | Un partido de futsal terminó a los tiros

El futbolista Nahuel “Perrito” Barrios, actualmente en Barracas Central y con pase perteneciente a San Lorenzo, protagonizó un…

ByPormasterJun 8, 2025

NBA: Indiana quiere dar otro golpe ante Oklahoma | Este domingo a las 21 se juega le segundo partido de la final

Luego del increíble triunfo logrado en el primer partido, Indiana Pacers quiere repetir la  dosis y colocarse 2-0…

ByPormasterJun 7, 2025

Mastantuono y una operación que no se cierra | Real Madrid lo quiere y River presiona para que se quede un tiempo más

Este es un contenido original realizado por nuestra redacción. Sabemos que valorás la información rigurosa, con una mirada…

ByPormasterJun 7, 2025
Image Not Found
Image Not Found
Image Not Found
Image Not Found
Image Not Found
Scroll al inicio