aporta proteínas y te llena de energía


Rico en fibra, vitaminas y minerales, este cereal es un aliado clave para mejorar la digestión, cuidar el corazón y mantenerte saciado por más tiempo.

Este alimento ayuda a controlar el colesterol, estabiliza el azúcar en sangre y colabora con una alimentación equilibrada.

En un contexto donde el ritmo acelerado de la vida muchas veces atenta contra los hábitos alimenticios, el desayuno vuelve a ocupar el lugar que nunca debió perder: el de la comida más importante del día. Es el primer combustible que recibe el cuerpo después de horas de ayuno y tiene un impacto directo en los niveles de energía, concentración y rendimiento a lo largo de la jornada.

Actualmente, cada vez más personas toman conciencia de que no se trata solo de comer “algo rápido” por la mañana, sino de elegir alimentos que realmente nutran y aporten beneficios. Así, en el camino hacia una alimentación más equilibrada, rica en fibras, proteínas y nutrientes esenciales, la avena se destaca como una opción accesible, versátil y poderosa.

Este cereal, que forma parte de la mesa de millones alrededor del mundo, ayuda a prolongar la sensación de saciedad, estabiliza los niveles de glucosa, mejora la digestión y cuida el corazón. Incorporarla en forma de porridge es la opción favorita de muchos, ya que es una manera sencilla y efectiva de empezar el día con más vitalidad.

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Beneficios de consumir avena

Fuente natural de energía

La avena contiene una buena cantidad de proteínas vegetales que contribuyen a la regeneración de tejidos y al desarrollo muscular. Además, al ser rica en carbohidratos complejos, proporciona energía sostenida a lo largo del día, evitando los típicos picos y bajones que provocan otros alimentos azucarados.

Favorece la digestión

Gracias a su alto contenido en fibra soluble (especialmente betaglucanos), la avena mejora el tránsito intestinal, previene el estreñimiento y colabora en mantener una microbiota intestinal saludable. Esta también genera una sensación de saciedad prolongada, lo que puede ayudar a regular el apetito y controlar el peso.

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Regula el colesterol

Los betaglucanos presentes en la avena forman un gel en el intestino que atrapa el colesterol LDL (“malo”) e impide que se absorba en grandes cantidades. De este modo, su consumo habitual contribuye a disminuir sus niveles en sangre y a proteger la salud cardiovascular.

A su vez, el cereal tiene un índice glucémico bajo, lo que significa que no provoca subidas bruscas de azúcar. Esto la convierte en una opción recomendada para personas con diabetes o con riesgo de desarrollarla, ya que ayuda a mantener niveles estables de glucosa.

Fortalece el sistema inmunológico

Además de fibras, la avena contiene vitaminas del complejo B, hierro, zinc y antioxidantes que fortalecen las defensas del cuerpo. Estos nutrientes son fundamentales para el funcionamiento del sistema inmunológico y para enfrentar el estrés físico y mental.

Paso a paso: ¿cómo preparar porridge de avena?

El porridge es una de las formas más populares y reconfortantes de consumir avena. Esta receta, de origen inglés, es ideal para los días fríos o para quienes buscan un desayuno saciante y nutritivo que se pueda adaptar a distintos gustos. Prepararlo es muy sencillo:

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  1. Elegí tu tipo de avena: puede ser instantánea, arrollada o integral. Cuanto menos procesada, mayor será su valor nutricional.
  2. Usá una proporción de 1 parte de avena por 2 o 3 de líquido. Podés usar agua, leche de vaca o leches vegetales como almendra o coco.
  3. Cociná a fuego bajo durante unos 5 a 10 minutos, revolviendo constantemente hasta que la mezcla espese. Si usás avena instantánea, el tiempo será menor.
  4. Personalizá tu porridge agregándole frutas frescas (banana, manzana, frutillas), semillas (chia, lino), frutos secos, canela, miel o mantequilla de maní.
  5. Servilo caliente y disfrutalo recién hecho. Si preferís una versión fría, también podés dejarlo en la heladera toda la noche en su versión “overnight oats”.


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Ambito