Comienza en Campana el juicio oral contra Claudio Contardi, exmarido de Julieta Prandi, acusado de abusar sexualmente de la modelo durante al menos tres años. La causa, que llegó a esta instancia tras múltiples apelaciones e instancias judiciales, se desarrolla con el empresario bajo arresto domiciliario.
El caso está en manos del Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Campana, que analizará desde este miércoles los hechos denunciados por Prandi en 2021. La acusación incluye abuso sexual con acceso carnal, con el agravante de haber causado daños psicológicos severos. Según el expediente, los episodios se habrían repetido en distintos momentos entre 2015 y 2018, cuando la pareja convivía en una vivienda en un barrio privado de Escobar.
El proceso judicial contará con 13 testigos, entre ellos el padre y la hermana de la modelo, el conductor Mariano Peluffo, y el psiquiatra Rafael Herrera Milano, quien la acompaña terapéuticamente desde hace casi tres años.
“Un camino de obstáculos e incomprensiones”
En la previa al juicio, Prandi expresó su agotamiento por el recorrido judicial. “Estoy muy cansada. Fueron años de frustraciones y revictimización constante”, manifestó en un mensaje enviado a través de su abogado, Javier Baños, integrante del estudio que lidera Fernando Burlando.
“Temo por el futuro de mis hijos y por el mío. Lo que viví no se lo deseo a ninguna mujer”, añadió la actriz, quien será la primera testigo en declarar ante el tribunal. En su testimonio, también remarcó que espera que esta instancia marque el inicio de una nueva etapa en su vida.
El juez que elevó la causa a juicio, Luciano Marino, ordenó un embargo por $100 millones sobre Contardi y le impuso una restricción perimetral para que no se acerque a menos de 300 metros de Prandi.
Abusos, amenazas y aislamiento
Según consta en la denuncia original, los hechos comenzaron tras el nacimiento del segundo hijo de la pareja. Prandi relató que su entonces pareja le exigía mantener relaciones sexuales bajo amenaza, con gestos de violencia física que no llegaban a convertirse en agresiones concretas, pero sí instalaban un clima permanente de miedo.
Además del abuso, la actriz denunció un control cada vez más férreo sobre su vida cotidiana: no podía manejar, no tenía acceso libre al teléfono y fue alejada de su entorno afectivo. “Se descomponía cada vez que él llegaba a la casa”, señala el expediente, que también menciona amenazas contra sus padres y otras personas cercanas.
Uno de los argumentos que intentó esgrimir la defensa fue la falta de precisión cronológica en los relatos de la denunciante. Sin embargo, el juez rechazó esa objeción al considerar que la fragmentación de la memoria es compatible con el trauma propio de este tipo de delitos.
Peritajes clave
El avance de la causa estuvo sostenido por pericias psicológicas y psiquiátricas que dieron sustento al relato de Prandi. El psiquiatra que la atiende detalló en un informe que la actriz presenta señales de estrés crónico, desgaste físico y emocional y un daño profundo en la autoestima. Todo eso, asociado a situaciones sostenidas de hostigamiento sexual y violencia familiar.
En la misma línea, la psicóloga que intervino desde la Asesoría de la Procuración concluyó que la narrativa de Prandi es coherente, emocionalmente congruente y sin indicios de fabulación. “Existen indicadores compatibles con victimización sexual”, afirmó en su informe.
La defensa de Contardi
Contardi declaró en dos oportunidades y negó las acusaciones, alegando que nunca antes había recibido ningún tipo de señal sobre estos hechos por parte de su exesposa. Para él, la denuncia carece de sustento: “Jamás en todo este tiempo se refirió a nada parecido”, sostuvo.
La fiscalía de Escobar, sin embargo, fue contundente al solicitar la elevación a juicio. Según su dictamen, el empresario abusó de manera reiterada, ejerciendo violencia psicológica y amenazas, aprovechándose de una relación desigual de poder.
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