La lujosa mansión de la cantante mexicana está ubicada en una isla privada y segura de Miami que ofrece una vista panorámica del mar.
Con más de tres décadas de trayectoria, Paulina Rubio sigue siendo una figura influyente del pop latino, aunque su presente no está exento de turbulencias. Entre compromisos artísticos esporádicos y una vida personal marcada por disputas legales, como la batalla por la custodia de su hijo con el empresario Nicolás Vallejo-Nágera, la “Chica Dorada” se mueve con discreción, lejos del ruido de los escándalos mediáticos.
En ese escenario, su casa en Miami no es solo una residencia lujosa, sino un refugio íntimo desde donde se permite reconectar con lo esencial: su hijo, su carrera y su salud emocional. Ubicada en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, esta mansión es tan protagonista de su historia como sus discos.
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La mansión de Paulina Rubio
Desde hace más de una década, Paulina vive en Villa Ananda, una mansión ubicada en las Venetian Islands de Miami Beach, con vista directa a la bahía. Esta propiedad no solo resalta por su valor inmobiliario, sino por lo que representa: un espacio diseñado con intención, belleza y protección. La casa fue proyectada por el arquitecto Ricardo Bofill Jr., ex pareja de Paulina, con quien compartió esta visión de hogar como templo personal.
Lejos del exhibicionismo típico de muchas celebridades, la casa de Paulina está pensada para generar bienestar y conexión. Cada rincón refleja aspectos de su personalidad artística y espiritual, mientras que el entorno cerrado y vigilado le garantiza el aislamiento necesario para mantener su vida en calma, incluso cuando su nombre ocupa titulares.
El diseño hecho por su ex marido
Villa Ananda combina lujo con calidez, y funcionalidad con estética. Con un diseño contemporáneo y minimalista, la mansión se caracteriza por techos altos, grandes ventanales y una fuerte presencia de la naturaleza integrada. La piscina climatizada con tonos rojizos, el jardín interior y los espacios abiertos invitan al descanso y la contemplación.
En su interior hay espacios dedicados a distintas facetas de su vida: un estudio de grabación con vista al mar, una sala llamada “La Catedral” donde realiza encuentros íntimos, un spa personal con hidromasaje y bicicleta fija, e incluso una zona adaptada especialmente para sus mascotas. Todo está dispuesto para que la rutina cotidiana conviva con la inspiración creativa y el bienestar.
La seguridad privada que la destaca
La mansión está ubicada en una isla cerrada con acceso controlado las 24 horas, cámaras de seguridad y patrullaje constante. Esta ubicación no solo garantiza privacidad frente a fans o paparazzis, sino que también le brinda a Paulina un entorno seguro para criar a su hijo y mantener su vida familiar a salvo de cualquier exposición indeseada.
A diferencia de otras zonas de Miami más expuestas al turismo y los medios, las Venetian Islands ofrecen un equilibrio entre lujo y discreción. Este nivel de resguardo ha sido clave para que Paulina pueda atravesar momentos personales complejos , como la enfermedad y fallecimiento de su madre, Susana Dosamantes, sin interrupciones externas.
Fuente
Ambito
