“¡Viejo de mierda, me querés hacer condenar a perpetua!”. La audiencia del juicio por el atentado contra Cristina Fernández de Kirchner había terminado caldeada, con la fiscala Gabriela Baigún enojada. Pero la que estalló en gritos al fondo de la sala fue Brenda Uliarte, acusada como coautora junto a Fernando Sabag Montiel, quien trató de escabullirse de la custodia del Servicio Penitenciario, aceleró unos pasos y se lanzó sobre le abogado de Gabriel Carrizo (dueño del emprendimiento de copos de azúcar) y llegó a darle un leve golpe en el brazo. Quienes vieron la escena quedaron atónitos. Incluso primero pensaron que se iba a abalanzar sobre el hombre que quiso matar a CFK, su exnovio. Pero quiso atacar al defensor Gastón Marano ya que, al parecer, entendió que había querido perjudicarla cuando argumentó contra el agravante de violencia de género que se debatió a raíz de un planteo de la fiscalía.
Después de la increíble escena las agentes lograron controlar a Uliarte agarrándola de las piernas, con ayuda de una abogada del equipo de Marano, y ponerle las esposas. Lo que había dicho el defensor de Carrizo ya sobre el final de la jornada, al cuestionar el agravante de femicidio que promueve Baigún, no apuntaba empeorar la posición de la chica: argumentó que la figura de femicidio está prevista para cuando el autor es un varón y media violencia de género. Con ironía Marano sostuvo que no le quedaba claro si sería “un retroceso o un avance en la lucha de las mujeres y la perspectiva de género” que se incluyera a Uliarte en ese agravante.
Durante la mañana de este miércoles, en la segunda parte de la audiencia la querella de la expresidenta anunció que adhería al pedido de ampliación de la imputación que había hecho Baigún en una audiencia anterior. El abogado Marcos Aldazabal dijo que era necesario para “visibilizar una situación que expuso cómo no solo es la condición de política” de CFK “sino su condición de mujer política la que llevó al atentado”. La definición era de gran relevancia pero terminó opacada por el episodio protagonizado por Uliarte, precedido por el enojo de Baigún que se oponía a que el Tribunal Oral Federal 6 (TOF6) permitiera opinar a las defensas de los tres acusados sobre el agravante. La fiscala dijo que el artículo 381 del Código Procesal no prevé que se le “corra vista” –como se dice en la jerga judicial– a las defensas y se las habilite a retrucar. Pero la jueza Sabrina Namer anunció que habían resuelto permitirlo. Baigún terminó enfurecida porque le negaron volver a contestar a ella y se quejó de que había sido agraviada por las defensas.
El agravante y la discusión
La querella sostuvo que la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en su definición de tipos de violencia dentro de la que define como “política” señala que es la que “se dirige a menoscabar, anular, impedir, obstaculizar o restringir la participación política de la mujer, vulnerando el derecho a una vida política libre de violencia y/o el derecho a participar en los asuntos públicos y políticos en condiciones de igualdad con varones”. Aldazabal apoyó el planteo de Baigún que indicaba que en las declaraciones de un secretario de la expresidenta y vicepresidenta, Diego Bermúdez, la del custodio Guillermo Gallo y la indagatoria del propio Sabag Montiel ponían en evidencia que sufría hostigamientos múltiples por su condición de mujer, lo que la ubicaba en un contexto de violencia de género, odio creciente y vulnerabilidad.
Entre los ejemplos, el letrado volvió a aludir a algunas imágenes y textos de los medios que reflejarían estereotipos de género, en especial las tapas de la revista Noticias, como la que titulaba con “le goce de Cristina” y su cara con el gesto de un orgasmo, o “El negocio de pegarle a Cristina” y su imagen con un ojo morado. También argumentó que de la indagatoria de Sabag Montiel se desprende no sólo “cómo se fue gestando la idea” del atentado y que “el objetivo era excluir a la expresidenta de la vida politica del país”, que es a lo que alude la ley. El concepto que sostiene la querella es que Sabag aprovechó la situación de violencia política que se se ejercía sobre CFK y su estado de vulnerabilidad.
La defensora oficial de Sabag Montiel, Fernanda López Puleio, como era previsible expuso su “férrea oposición” a la ampliación de la imputación y, con vehemencia y voz grave, criticó “los modos que utiliza el Ministerio Público Fiscal para canalizar las peticiones”. Aludía al estilo de Baigún y también quiso poner en duda incorporación como prueba de un informe sobre el intento de magnicidio del MESECVI, el mecanismo de la Organización de Estados Americanos para controlar la aplicación del a Convención Interamericana sobre violencia contra las mujeres. La letrada alegó que el fiscal que intervino en primera instancia, Carlos Rívolo, había desechado el agravante por femicidio y acusó a Baigún forzar el planteo de nuevos hechos a partir de la indagatoria que prestó en el juicio el acusado de intentar matar a la entonces vicepresidenta. “No hubo nada en la declaración de Sabag Montiel que tenga un sesgo de género. Nada. Entonces, si no hubo nada, cómo podemos pensar siquiera que hay un argumento de ampliación de un relato fáctico ligado a la violencia de género”, defendió.
Uno de los abogados de Uliarte fue breve: “Adhiero a la frondosa fundamentación expuesta por la defensora oficial”, y pidió rechazar el agravante. El abogado de Carrizo se explayó un poco más. Dijo que la descripción que había hecho Sabag Montiel respecto de la expresidenta (la había calificado como “ladrona”, “asesina”, la culpó de todos los males, con un discurso trillado) “podría predicarse perfectamente a un político hombre: no hay nada en esto que nos lleve a pensar que su motivación tenía que ver con el echo de que Cristina Fernández de Kirchner hubiese nacido con vagina y no con pene. No se detectó odio en esa declaración, ni siquiera estereotipos de género…” Sobre el final Marano planteó lo que, según entendieron varios de los presentes, Uliarte malinterpretó (y por eso intentó atacarlo): dijo que se podía terminar condenando a una mujer (Brenda) por un agravante previsto para varones.
Baigún terminó enojada. Dijo que se veía atacada y regañó todavía más cuando la jueza Namer le dijo que no podía discutirles a las defensas. El TOF6 se encamina a dar una definición respecto del agravante de femicidio, según allegados a la causa, ya que tal vez eso requiera la producción de pruebas que, de todos modos, podrían producirse con el juicio en marcha, aunque podría haber una discusión sobre ese punto.
Un testimonio “increíble”
El comienzo de la audiencia también había generado sorpresa por el relato de Federico Nicolás Lencina, un testigo dijo que había tenido “la desgracia” de conocer a Brenda Uliarte. Fue por Facebook. Explicó que tuvo una relación (afectiva) con ella durante dos o tres meses, pero que terminaron porque “ella se veía con otros personas”, por “infidelidades”. De todos modos, se veían cada tanto. Primero la fiscalía le insistió con una pregunta: ¿Por qué la chica le había transferido 20.000 pesos? Terminó diciendo que era para que él no contara que vendía contenido erótico. Pero el momento desconcertante fue otro, cuando le mostraron llamados y mensajes del mismo día del atentado a Cristina Kirchner que le hizo a Brenda pero con el celular de su hermana. “Quería saber qué había pasado porque vi en la televisión los recorridos de Brenda…”, dijo primero. Agregó que la chica lo había bloqueado. Pero Baigún le advirtió que “el 1 de septiembre” (día del intento de asesinato) no aparecía ligada aún al hecho públicamente. Insistió que no recordaba la fecha pero los contactos están y son después de las 23 horas.
La jueza Namer, que empezó en un momento perder la paciencia le repreguntó sobre lo que le parecía una insistencia llamativa en las comunicaciones, en el contexto del atentado. “Solo estaba pensando con las hormonas le soy sincero”, fue una de las respuestas del testigo. Baigún le mostró algunos mensajes posteriores, previos a la detención de la chica: “Quería saber si estás bien”, “si nos podíamos ver así puedo ayudarte un poco”, “¿estás por San Miguel?”, “si bueno yo tengo la solución al menos para vos”, “tengo entendido que mana (sic) tenes que declarar”. Ella le contestaba poco y nada. Que no podía, que no estaba por la zona. La fiscala le preguntó la razón de los mensajes: “Estaba pensando con el miembro”, fue la respuesta que generó perplejidad. “Me hice el salvavidas porque estaba caliente, fui muy cabeza”, insistió. Namer le hizo un repaso: “usted le exige plata, ella le da 20.000 pesos, ella lo bloquea, después de meses le escribe para tener una relación sexual”. “Es bastante ridículo”, dijo él. “Más que ridículo me parece increíble”, devolvió Namer. “Inverosímil”, agregó Baigún.
Ni esta ni la audiencia anterior, donde su primo fue denunciado por falso testimonio, fueron gratas ara Brenda Uliarte.