Hay quienes seguramente pensarán que una noticia no tiene nada que ver con la otra. En principio no, pero se involucran simultáneamente una de las modalidades de la política deportiva, junto con intereses que se conectan en algún sitio común.
Esta semana eliminaron a Boca de la Copa Libertadores, y al mismo tiempo parece ser que le están poniendo el moño para lotear y vender al Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), al echar de ese lugar a más trabajadores, y abandonar a su suerte a las instalaciones multideportivas que cobijaron al deporte nacional por más de medio siglo.
Esas noticias, por supuesto, están dirigidas a públicos muy diferentes y posiblemente se relacionan, ya que los intereses económicos y políticos, detrás de ese importante club de fútbol y del Cenard, también sean los mismos o similares.
Por suerte, parece que las actuales autoridades de Boca tienen todavía un poco de espalda y de difusión, para defender ya no a esta floja campaña del equipo en la Copa, sino lo más importante: la continuidad social de esa gran institución.
En el deporte olímpico y de representación nacional no parece que acontezca lo mismo ante los nuevos despidos y rumores. Hasta ahora hubo silencio de gran parte de los verdaderos protagonistas: deportistas y técnicos, y por supuesto, los dirigentes de organizaciones y asociaciones deportivas en general.
Un lamentable silencio, bastante similar al de la anterior movida de hace unos meses, que no sabemos muy bien por temor a qué o a quién, aunque lo podemos intuir. Una lástima para el deporte…
* Ex Director Nacional de Deportes.
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