El ritmo de la acumulación de reservas internacionales del Banco Central (BCRA) no es un tema que los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) adviertan solo para el caso argentino. Es más, ya en revisiones de los Artículos IV de varios países, sobre todo muchos de ellos emergentes, lo han dejado en claro. De ahí que cada país reaccione a su manera, según sus posibilidades y contexto político. Pero el que parece haber tomado la posta del mensaje del FMI fue el Banco Central de Chile (BCCh) que anunció días atrás que a partir de este mes volverá a iniciar un programa gradual de acumulación de reservas internacionales, mediante compras diarias de hasta u$s25 millones.
La medida se mantendrá por tres años, con una meta total de u$s18.500 millones. “El objetivo es cambiar la composición de las fuentes de liquidez internacional del Banco, aumentando la proporción de reservas propias”, explicó el Consejo del BCCh y amplió que “la medida es parte de una estrategia de gestión financiera que tiene como objetivo reemplazar gradualmente parte de las líneas de crédito vigentes en moneda extranjera por reservas internacionales propias”. Pero señaló que, esto se haría, sin modificar el actual nivel total de liquidez internacional del Banco, que es considerado adecuado para el tamaño y grado de apertura de la economía chilena.
Al respecto, la información oficial da cuenta que la posición de liquidez del BCCh, es decir, la liquidez total en moneda extranjera a la que podría acceder asciende a u$s68.000 millones, equivalente al 20% del PIB, y de ese total, las reservas internacionales ascendían a u$s46.400 millones, equivalentes a 13,7% del PIB. “La diferencia se explica por el acceso a facilidades de liquidez complementarias de carácter precautorio”, señala el ente monetario chileno.
Vale destacar que en el caso argentino si bien las reservas brutas internacionales poco más de u$s42.700 millones, lo que representa aproximadamente un 6% del PIB, las reservas netas (o propias) siguen siendo exiguas amén del cálculo que haga el propio BCRA y los analistas privados. Por algo, lo remarca el Fondo en sus últimas revisiones. Quizás, un ejemplo para ir mirando y capaz imitando, ya que estas prácticas no serían muy ajenas al actual equipo de Luis Caputo que en su anterior gestión en el BCRA implementó licitaciones de compra de reservas. Claro que otra era la historia, el momento, la coyuntura y las condiciones externas. Veremos.
Pero con respecto al caso chileno, hay que decir que el programa se activó el viernes pasado y a partir de esa fecha, el BCCh comprará hasta u$s25 millones diarios a través de una ventanilla dirigida a los participantes del Mercado Cambiario Formal (MCF) que se ejecutarán previo a la apertura del mercado. De esta manera, el programa contempla compras diarias por hasta u$s3.125 millones por semestre y con esto, el BCCh espera acumular alrededor de u$s18.500 millones durante los 3 años de vigencia del mismo.
“La medida será revisada cada seis meses, sin perjuicio de que podrá ajustarse si se observan cambios relevantes en las condiciones de mercado, lo cual se comunicará oportunamente”, aclaró el BCCh. Con relación al impacto monetario, el BCCh explicó que, para evitar efectos sobre la liquidez en pesos, las operaciones serán esterilizadas mediante la emisión de Pagarés Descontables del Banco Central (PDBC), en línea con la orientación de la política monetaria, y con el régimen de metas de inflación y tipo de cambio flotante. Además, sostuvo que el programa no busca modificar las condiciones financieras ni afectar el comportamiento del mercado cambiario, sino fortalecer la gestión de reservas internacionales como parte de las funciones permanentes del BCCh en resguardo de la estabilidad financiera.
Chile: cómo fue la dinámica de su recomposición de reservas
Cabe recordar que el Consejo del BCCh en junio de 2023 había iniciado un programa de reposición y ampliación de reservas internacionales por un total de u$s10.000 millones, por un plazo de 12 meses y compras de u$s40 millones diarios, para fortalecer la posición de liquidez internacional del país. Pero este programa fue suspendido a comienzos de octubre de 2023, debido a que “las condiciones financieras globales se deterioraron abruptamente ante un escenario de mayor incertidumbre global”, según expresó la presidenta del instituto emisor, Rosanna Costa.
De modo que sólo alcanzó a acumular reservas internacionales por u$s3.680 millones entre el 13 de junio y el 26 de octubre de 2023. También habían anunciado la reducción gradual de su posición “forward” del BCCh, lo que se tradujo en llevarla en el mismo período a u$s6.434 millones su posición vendedora NDF (forward). Ambos programas recuperaron capacidades por u$s10.114 millones, equivalentes al 53% del total de los montos presupuestados inicialmente y al 66% de los recursos utilizados durante la intervención cambiaria de 2022.
La sugerencia del FMI a Chile
En su informe del Artículo IV sobre Chile, el Fondo había recomendado a las autoridades monetarias de Chile aumentar las reservas internacionales como una medida clave para enfrentar shocks externos. Según el organismo, si bien el tipo de cambio flexible actúa como amortiguador, contar con mayor liquidez externa fortalece la resiliencia macroeconómica del país. Además, señaló que la acumulación de reservas no solo contribuiría a fortalecer la estabilidad macroeconómica, sino que también serviría como un mecanismo de protección frente a fluctuaciones en los precios de las materias primas (“commodities”), especialmente el cobre y el litio, que representan una parte significativa de los ingresos fiscales del país.
¿Por qué es relevante el tema y la medida? La decisión de retomar las compras de reservas se da en un contexto en que el fisco chileno tiene una menor capacidad de reacción ante eventos externos: el Fondo de Estabilización Económica y Social (FESS) acumula apenas u$s3.844,9 millones a junio de 2025, frente a los u$s14.134 millones que tenía en 2019. Encima, las reservas del BCCh, si bien se sitúan en u$s46.398 millones, lo que representan el 13,9% del PIB o 6,7 meses de cobertura de importaciones, un nivel considerado adecuado pero que puede reforzarse ante un entorno internacional más volátil.
En un reciente informe, el banco de inversión estadounidense JP Morgan reconoció que el anuncio se adelantó respecto a lo previsto ya que esperaban que se realizara una vez que la Tasa de Política Monetaria alcanzara el rango neutral, pero destacó que la medida busca fortalecer la estabilidad financiera del país, sustituyendo parte de las líneas de crédito en moneda extranjera por reservas propias y que las compras diarias no buscan alterar el tipo de cambio ni las condiciones financieras vigentes.
¿Qué pasó en el mercado trasandino a los pocos días del programa? Los analistas señalan que hubo un clima propicio para comprar ya que el tipo de cambio mostró estabilidad relativa desde un máximo de $1.017 en enero, bajó a $916 y ahora bordea los $965 por dólar. Días atrás, el tipo de cambio subió $11 hasta llegar a los $ 977,88 influenciado por la medida del BCCh. Por otro lado, consideran que las ventas semanales de u$s300 millones comprometidas por el fisco hasta septiembre, ayudarán a mantener la liquidez en el mercado cambiario. Por su parte, el precio del cobre sigue elevado, sobre todo, tras el anuncio de los aranceles de importación de EE.UU., lo que mejora los ingresos externos del país y hace más factible que el BCCh compre dólares sin generar distorsiones en el mercado cambiario.
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Ambito