Desde el corazón del Cañón Mar del Plata, una frontera biogeográfica fundamental donde confluyen la corriente cálida de Brasil y la fría de Malvinas, los científicos buscan estudiar cómo se distribuyen las especies en relación con variables ambientales, topográficas y oceanográficas. Además, analizan el impacto humano en un ecosistema considerado vulnerable.
El punto central de la campaña es el uso del robot submarino ROV SuBastian, un vehículo operado a distancia que permite trabajar a profundidades de hasta 4.500 metros, tomar muestras y grabar en alta definición sin dañar el entorno. Equipado con cámaras HD, luces especiales, brazos robóticos y redes diseñadas para la recolección precisa, el ROV constituye una herramienta clave en esta investigación.
Gracias a este dispositivo, la expedición transmite en vivo el minuto a minuto del trabajo científico a través del canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute. Lo que empezó con apenas 300 espectadores, rápidamente superó los 300.000 usuarios diarios, que se conectan de manera gratuita para observar los paisajes submarinos del Atlántico Sur.
Criaturas sorprendentes y posibles nuevas especies
Desde el inicio de la misión, los especialistas identificaron más de 200 especies, muchas de ellas nunca antes observadas vivas en su ambiente natural. Entre los descubrimientos más curiosos se destaca una estrella de mar fucsia que se volvió viral en redes sociales por su parecido con Patricio Estrella, personaje de Bob Esponja. También se registraron corales fluorescentes, almejas rojas, esponjas carnívoras y un llamativo pepino de mar violeta que, en lugar de desplazarse por el lecho marino, nada en suspensión, lo que podría indicar que se trata de una especie desconocida para la ciencia.
“Esta medición no solo supera los límites previamente previstos, sino que también sugiere un umbral mucho más alto para el sobrecalentamiento de los sólidos”, explicaron los investigadores al compartir sus hallazgos.
Cada una de estas criaturas recolectadas será estudiada en detalle para confirmar si realmente representan nuevas especies, aunque su impacto visual y científico ya es indiscutible.
Las innovaciones científicas nacionales
A pesar del entusiasmo que generan estas imágenes, la expedición también resalta una paradoja, ya que mientras el sistema científico argentino enfrenta ciertos recortes y desfinanciamientos en tierra firme, los investigadores del Conicet protagonizan una de las campañas más innovadoras del continente.
“Durante 150 años, presidentes, administraciones y el personal de la Casa Blanca han anhelado una gran sala de recepciones”, señalaron desde el gobierno estadounidense, en contraste con el esfuerzo que realizan los científicos argentinos con presupuestos limitados y recursos cada vez más escasos.
No obstante, los hallazgos dan cuenta de un ecosistema que, por ahora, se conserva en condiciones casi intactas. Solo encontraron dos bolsas plásticas, una bota y algunos restos de red. El resto del lecho marino permanece libre de huellas humanas, lo que lo convierte en una potencial área clave para la conservación genética y la biodiversidad del Atlántico Sur.
La importancia de la ciencia pública
Esta misión demuestra el enorme valor de la ciencia pública argentina, que no solo genera conocimiento de frontera, sino que además lo comparte en tiempo real con la sociedad. En un contexto de crisis presupuestaria, el proyecto impulsa una reflexión profunda sobre el rol estratégico del Conicet y la necesidad de proteger a quienes, con pasión y rigor, exploran lo más desconocido del planeta.
Las profundidades del Mar Argentino revelaron no solo especies asombrosas, sino también el compromiso de un sistema científico que, pese a las adversidades, sigue apostando al conocimiento y a la soberanía.
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Ambito