El mundo de las redes sociales, lejos del entretenimiento y uso personal, se extiende también al mundo profesional. Esto obliga a los aspirantes a repensar sus contenidos y evaluarlos a la par de su aspiración laboral. Diversas consultoras detallaron sobre la importancia de un perfil alineado al currículum, a la par de los comportamientos que se deben mantener, evitar y cuáles valoran los reclutadores.
Perfil profesional en redes sociales, ¿mata CV?
La HR Business Partner de Adecco Argentina, Mariana D’ardis, considera “esencial” tener un perfil actualizado a la par del currículum: “Un CV actualizado es la base, pero hoy la reputación digital tiene tanto peso como el documento tradicional”, enfatizó.
“Una buena práctica consiste en mantener el CV listo, bien redactado y con información precisa”, puntualizó en relación con ítems como contacto, experiencia, educación, redacción, fechas ordenadas “y, de ser posible, con versión en inglés”.
Por su parte, la People Manager de la consultora Visma, Maria Fernanda Sassone, describió que un perfil digital funciona como “una carta de presentación” y que “nada se logra en soledad. Las redes son un sostén para el crecimiento profesional y una forma de expandir tus contactos”.
En esa línea, la voz de Visma recalcó que “un CV o perfil digital bien hecho no sólo informa lo que hiciste, sino que comunica el valor que podés aportar”.
Por último, para el director de Michael Page, Francisco Scasserra, es importante que el candidato “cuide” su presencia online ya que allí podría existir “una ventana adicional para conocerlo más allá de su CV”.
En esa línea, destacó que “hoy tres de cada cuatro responsables de selección revisan los perfiles sociales antes de tomar decisiones” y que LinkedIn “sigue liderando el mundo laboral” pero que Instagram y X también son relevantes para “evaluar la alineación entre los valores del candidato y de la empresa”.
Además, sumó que esto se debe tener en cuenta “al compartir información, revisar las publicaciones y configurar adecuadamente la privacidad para establecer qué información hacer pública y cuál mantener de forma privada“.
Qué valorar de un perfil digital
D’Ardis sostiene que “lo primero que se observa es la coherencia” entre el perfil y el CV: “La consistencia en fechas, cargos y logros refuerza la credibilidad”, declaró a la par del nivel de profesionalismo en la presentación e “incluso en redes más informales”.
Por su parte, Sassone destacó en primer lugar “la experiencia laboral, la formación académica o los conocimientos técnicos y certificaciones”. En paralelo, se busca:
Compromiso y pasión con los valores y objetivos de la organización deseada. “Tu perfil debería transmitirlo, porque es el motor que te permite aprender y crecer”.
Capacidades “habilitadoras”, tales como decidir, negociar, vender, manejar las finanzas y tecnología, construir redes y vínculos. Un perfil “estructurado” puede reflejar esas habilidades.
Autenticidad, tanto para hablar de lo que uno conoce como de lo que no. “Reconocer cuando algo te genera inseguridad o no lo sabés, y mostrar cómo lo abordaste, genera conexión y credibilidad”, detalló Sassone.
Comunicación asertiva, sobre transmitir aquello que uno mismo puede ofrecer, de acuerdo a cada postulación. Esto implica “un perfil genérico”, sino personalizarlo para resaltar “lo más relevante para el tipo de rol que buscás”.
Desde Michael Page, Scasserra apuntó a “conocer quién es esa persona más allá del currículum: “Los reclutadores observan si la marca personal del candidato -cómo se presenta- se alinea con la empresa”, detalló relacionado al uso del lenguaje, red de contactos y su comportamiento.
En el caso de LinkedIn, especialmente se pondera “la calidad y actualidad del perfil”: una foto reciente de calidad, una descripción con palabras clave y la validación de habilidades a través de recomendaciones, destacó el director.
Los contenidos que sí y que no
Los “sí”
Entre contenidos ideales para sumar perfil, se pueden enumerar los que “proyectan conocimientos, participación en proyectos relevantes, certificaciones, reflexiones sobre la industria y evidencias de crecimiento profesional”, mencionó D’Ardis.
A esto se suman fotos cuidadas y acordes al ámbito laboral y datos completos que faciliten el contacto. Por su lado, Sassone agregó:
- Cuantifica logros y resultados en tus experiencias.
- Demostrar tu conocimiento y criterio en tu área de especialidad.
- Participar activamente en tu red, ofreciendo ayuda, asesoramiento o conectando a otros.
- Un perfil que refleje constancia y perseverancia en tus proyectos y desarrollo.
Scasserra destacó participar en grupos del sector ya que “permite posicionarse como un talento comprometido” a la par de compartir contenido visual y relevante.
Los “no”
La directora de Adecco señaló que “los contenidos ofensivos, discriminatorios o polémicos” se deben evitar a la par de “incongruencias entre el CV y lo que se publica”. A esto se suma “un exceso de la vida privada” o asociaciones públicas a mensajes o grupos a valores por fuera de la empresa deseada.
De parte de Visma, indicaron que los contenidos (u omisiones) que restan son:
- Falta de claridad sobre objetivos sobre lo que se busca (un cambio de puesto, industria, entre otros);
- Contactos sin propósito (no complementarios o sin interacción);
- Inactividad/falta de interacciones;
- Contenidos genéricos/sin valor personal
Por último, en Michael Page ponderaron omitir las “críticas a empleadores actuales o pasados”, compartir información falsa o tener conductas que puedan interpretarse como acoso para con ciertos perfiles.
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Ambito