Mediante un comunicado de su Equipo de Pastoral Social la Iglesia Católica de la diócesis bonaerense de Merlo-Moreno expresó su repudio a las manifestaciones de “violencia y de odio” del presidente Javier Milei contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el recientemente fallecido dirigente peronista y exministro de Salud, Ginés González García. Reclamó que lo sucedido no quede impune y denunció que lo ocurrido es parte de una “escalada de violencia” iniciada por el gobierno que “no conoce límites” y que “no puede tolerar la democracia”.
Sin hacer una mención expresa de Milei, pero en clara alusión a sus palabras, se afirma que “escuchando las voces de hermanas y hermanos de nuestras comunidades, expresamos nuestro rechazo a expresiones llenas de violencia y de odio que pueden tener efectos muy perniciosos si lo que se busca es construir una sociedad para todos y con todos”.
El texto, que lleva por título “Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”, recuerda que el papa Francisco, en su encíclica Fratelli tutti, denuncia “la agresividad social como uno de los males de este tiempo al señalar que ‘lo que hasta hace pocos años no podía ser dicho por alguien sin el riesgo de perder el respeto de todo el mundo, hoy puede ser expresado con toda crudeza aun por algunas autoridades y permanecer impune’“. Se sostiene además que “nuestra democracia no puede tolerar el gravísimo nivel de violencia verbal y política que la actual gestión de gobierno viene ejerciendo y que en las últimas horas transgredió un límite imposible de dejar pasar, al celebrar la muerte de funcionarios políticos, expresar su deseo desmedido por la eliminación de un espacio político y el fuerte anhelo por la muerte de una dirigente política” recordando también que la ex presidenta fue víctima de un intento de asesinato.
En la declaración se señala a su vez que “esta violencia que no conoce límites” no puede “quedar impune”. Porque, argumenta la Pastoral Social de Merlo-Moreno, “quienes gobiernan deben entender que no pueden ejercer el poder desde la violencia y deben reconocer que la corrupción de quienes tienen mayores responsabilidades es la mayor corrupción”.
Se recuerda al mismo tiempo que como Iglesia Católica “promovemos la no violencia y el respeto hacia todas las personas en su integridad y sus derechos, enfatizando la necesidad de diálogo y el respeto en la política, rechazando cualquier forma de violencia o discriminación, las cuales pueden traer consecuencias graves y contribuir a un clima de intolerancia y agresión difícil de descomprimir a nivel nacional”.
Pero más allá del rechazo a los dichos de Milei, la Pastoral Social de Merlo-Moreno entiende que “estas expresiones son parte de un proceso de escalada de violencia iniciada por el gobierno y promovida por los medios de comunicación, como parte de un modelo de ajuste que es necesario denunciar”.
“¡Basta a la violencia que destruye nuestras ilusiones de vivir como hermanos!” se lee en la declaración que condena luego “cualquier forma de violencia, pero sobre todo la violencia institucional que los distintos funcionarios profieren día a día”. Porque, “nuestro pueblo y nuestra historia, no pueden ni deben permitirse naturalizar este tipo de expresiones” que “son la puerta de entrada a un camino peligroso por el cual no deseamos transitar”.