Atlético de Madrid jugó con el cuchillo entre los dientes. Pero volvió a quedar eliminado de una copa como local. El Real lo dejó afuera por tiros desde el punto penal en la Champions y ahora, el Barcelona lo sacó de la Copa del Rey. Con un gol de Ferrán Torres a los 26 minutos del primer tiempo, el equipo catalán le ganó por 1 a 0 la vuelta de la semifinal en el estadio Metropolitano (habían igualado 4 a 4 en la ida) y el 26 de abril en el estadio La Cartuja de Sevilla, protagonizará la gran final ante el Real Madrid. Será la segunda de la temporada entre ambos gigantes españoles. El 12 de enero en Jeddah (Arabia Saudita) definieron la Supercopa de España con goleada favorable a Barcelona por 5 a 2.
Fuera de la Champions y de la Copa del Rey y a nueve puntos del líder Barcelona en la Liga, al Atlético le queda el Mundial de Clubes como único objetivo de una temporada en la que fue por todo y se quedó sin nada. El arquero Juan Musso, Rodrigo De Paul, Giuliano Simeone y Julián Alvarez fueron titulares en tanto que Nahuel Molina entró en el segundo tiempo. Ninguno de los argentinos tuvo una participación destacada.
Por su parte, Barcelona extendió a veintiún partidos su racha invicta que incluye dieciocho triunfos y tres empates y apuesta a lograr la triple corona (Champions, Liga y Copa del Rey) bajo la conducción del técnico alemán Hansi Flick. Los catalanes hicieron un primer tiempo muy bueno, con una presión alta que le permitió recuperar rápidamente la pelota y un manejo seguro y prolijo. Lamine Yamal hizo estragos cada vez que encaró desde la derecha al medio y en la jugada del gol, fue él quien habilitó a Ferrán Torres quien entró en diagonal y derrotó a Musso con un tiro corto.
En la segunda etapa esa presión perdió rigor y entonces, Barcelona prefirió recostarse en su defensa para resolver el partido en alguna corrida de Yamal o Raphinha. Simeone hizo tres cambios (llegó a sacar a su hijo Giuilano) para activar un Atlético hasta allí demasiado quedado y defensivo y modificó a su equipo con el noruego Sorloth de punta y Julián jugando por detrás. Pero todo el empuje se agotó al borde del área. No fabricó ninguna situación de peligro y le permitió a Barcelona aguantar sin sobresaltos y llegar a la final con el Real.
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