Después de que fracasara la conciliación obligatoria, los controladores aéreos iniciaron un cronograma de paros por franjas horarias en los que no se autorizará ni el despegue ni la recepción de planes de vuelos.

La Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA) inició este viernes 22 de agosto un cronograma de paros que se extenderá hasta el sábado 30. El conflicto de los controladores aéreos, que viene escalando desde hace meses, promete complicar la operación en aeropuertos clave.
El gremio insiste en que los salarios llevan diez meses congelados y que las negociaciones con el Gobierno no dieron frutos. Piden un aumento del 45% y denuncian que la falta de respuesta por parte de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), la ANAC y la Subsecretaría de Transporte Aéreo generó un escenario de precarización del sistema. Según sostienen, no se trata solo de una pulseada salarial: también hay malestar por la “desarticulación de direcciones operativas” y la falta de planificación a largo plazo.
La medida no será de paro total, sino en franjas horarias que ya fueron comunicadas. Este viernes 22 se interrumpirán los vuelos de 13 a 16 y de 19 a 22; el domingo 24, en los mismos horarios. El martes 26, la huelga se trasladará a la mañana (7 a 11) y a la tarde (14 a 17). Finalmente, el jueves 28 y el sábado 30 volverán a parar en los turnos de la tarde y la noche. Durante esos tramos no habrá autorización de despegues ni recepción de planes de vuelo, aunque se permitirán los aterrizajes por cuestiones de seguridad.
El fallido llamado a conciliación obligatoria
El Ministerio de Trabajo intentó frenar el conflicto con un nuevo llamado a conciliación obligatoria. Pero la estrategia duró poco: ATEPSA rechazó el planteo al considerar que ya atravesaron dos instancias sin resultados y que el Gobierno nunca presentó una propuesta salarial concreta. “Nos dejaron sin margen de maniobra”, deslizaron dirigentes del gremio.
Esa falta de acuerdo deja la puerta abierta a que otras organizaciones, como la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), puedan plegarse a las medidas si no aparece un ofrecimiento serio en los próximos días. En ese caso, el impacto sobre la programación de vuelos sería mucho más fuerte.
Más de 8.000 pasajeros se verán afectados por el paro de controladores aéreos
Las estimaciones oficiales hablan de al menos 8.000 pasajeros perjudicados por la medida de fuerza, aunque el número podría crecer si se producen cancelaciones en cadena. Aerolíneas Argentinas y varias compañías low cost ya preparan reprogramaciones y advierten que los traslados podrían demorarse más de lo habitual.
El paro llega en un momento sensible: muchas familias planificaron escapadas de invierno y se toparán con la incertidumbre de si su vuelo despegará o no. “Hay gente que se queda sin poder volver en fecha y turistas extranjeros que se encontrarán con conexiones cortadas”, reconocen desde el sector aerocomercial.
Sin embargo, los controladores aseguran que mantendrán las medidas hasta que aparezca una propuesta salarial real, mientras que el Gobierno, presionado por el malestar social y económico que puede desatar la protesta, intenta ganar tiempo. El calendario marca que la última jornada de paro será el sábado 30, pero todo dependerá de si en las próximas horas alguna de las partes decide mover sus fichas.
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Ambito