De un pasatiempo digital a un imperio de criptomonedas, la visión de Jed McCaleb le permitió amasar millones y transformar la industria.

Los millones que hoy mueven las criptomonedas no siempre fueron parte de la vida de Jed McCaleb. Su historia comenzó en un terreno muy distinto: desarrollando un espacio digital para intercambiar cartas coleccionables, sin imaginar que ese primer paso lo catapultaría al universo cripto y a la élite financiera mundial.
Con visión de futuro y audacia para innovar, McCaleb transitó un camino que lo llevó a fundar empresas clave en la historia del blockchain. Desde pioneras plataformas de intercambio hasta ambiciosos proyectos de pagos globales, su influencia se mantiene vigente en un mercado que no deja de transformarse.
El ascenso de Jed McCaleb en el mundo de las criptomonedas
El salto de McCaleb al mundo cripto comenzó en 2010 con Mt. Gox, la primera gran plataforma para comprar y vender Bitcoin. Aunque se desprendió del proyecto antes de que fuera víctima de un histórico hackeo, su nombre quedó ligado al inicio de una era que cambió la forma de mover dinero en internet.
En 2012, McCaleb cofundó Ripple, una red diseñada para agilizar transferencias internacionales. Sin embargo, diferencias con otros fundadores lo empujaron a dejar el proyecto, aunque retuvo una enorme cantidad de XRP, criptomoneda que más tarde se convertiría en la fuente principal de su fortuna.
Dos años después, en 2014, lanzó Stellar, una alternativa abierta y descentralizada para pagos globales, con un objetivo claro: facilitar transacciones rápidas y accesibles para cualquier persona, sin importar su ubicación. Stellar no solo ganó respaldo de inversores, sino también alianzas estratégicas con organizaciones financieras y ONGs.
La combinación de visión tecnológica y olfato para los negocios posicionó a McCaleb como uno de los personajes más influyentes de la industria blockchain, con un papel decisivo en su evolución y expansión global.
Miles de millones: el patrimonio de Jed McCaleb
En 2025, la fortuna de McCaleb ronda los 2.900 millones de dólares, ubicándolo entre los empresarios más ricos del planeta. Gran parte de esa riqueza provino de la venta progresiva de los 9.000 millones de XRP que acumuló en sus días como cofundador de Ripple, una operación que concluyó en 2022.
A pesar de su éxito económico, el empresario mantiene un perfil bajo y reparte su tiempo entre el desarrollo de proyectos tecnológicos y actividades filantrópicas. Su historia demuestra cómo una idea disruptiva, combinada con estrategia y visión, puede transformar un pasatiempo en un imperio financiero global.
Fuente
Ambito