El Concejo Deliberante de Villa Gesell realizó ayer lunes su primera sesión después del derrumbe de la torre de diez pisos del apart hotel Dubrovnik que, hasta el momento, tiene como saldo tres muertos, una herida y cinco desaparecidos, además de dos detenidos y ocho imputados (más los cuatro albañiles liberados en la mañana del lunes) en la causa llevada adelante por la fiscal Verónica Zamboni con la carátula de estrago culposo agravado por muertes y lesiones. En ese contexto, los ediles de la oposición al gobierno de Gustavo Barrera solicitaron formalmente toda la documentación referida a obras tanto del edificio desmoronado como también a otras que el municipio debe controlar, material que de momento tiene Zamboni en su despacho de la Fiscalía 6 de Gesell. El resultado, finalmente, fue una votación en donde los parlamentarios afines al intendente, y aún contando con mayoría en el recinto, tuvieron que ceder y aceptar el pase a la comisión de Legislación.
La junta desarrollada en el recinto de Avenida 5 entre Paseos 105 y 105 (a apenas cinco cuadras de distancia del Dubrovnik) estaba prevista dentro del calendario de sesiones ordinarias, aunque el acaecimiento de tamaña tragedia atravesó inevitablemente el orden del día integrada por los distintos tratamientos parlamentarios previstos. En ese sentido, y tal como ya lo había hecho saber en su propia página web el bloque de Juntos por Gesell, toda las representaciones opositoras al gobierno administrado por Barrera concordaron en hacer un pedido formal de documentación sobre las distintas acciones que el municipio hizo en particular sobre las obras del Dubrovnik y en general sobre todas las otras que, en su calidad de contralor, debió fiscalizar para, entre otras cosas, evitar un desastre inédito en la historia de la costa atlántica argentina y que marcará un antes y un después en esta localidad balnearia que está a apenas un mes y medio del inicio de la temporada veraniega.
Si bien hubo un pedido de los ocho concejales del oficialismo para aplazar esta sesión argumentando el delicado estado de ánimo que vive una ciudad abarrotada de móviles periodísticos transmitiendo en vivo para todo el país, finalmente se impuso una salida que en todo caso le reporta menos daño político a la bancada que representa al gobierno del abogado Gustavo Barrera: sus ediles eran conscientes de que una negativa hubiese alentado sospechas en tiempos donde aún hay un montón de claroscuros en relación a las obras que se estaban realizando al momento del derrumbe, y al rol que el municipio desplegó en calidad de habilitante y controlador de las mismas. Más silencio al silencio no parecía ser la alternativa más edificante para la gestión que administra Villa Gesell desde 2014 y que viene de atravesar cuatro años y medio atrás otro hecho fatal que también concitó la atención de todo el país: el asesinato en enero de 2020 de Fernando Báez Sosa frente a la discoteca Le Brique a manos de una decena de jóvenes y a metros de fuerzas policiales que nunca intervinieron.
“Como bloque, nuestra postura es que no nos parecía conveniente realizar la sesión del día de la fecha, ya que estamos de duelo”, explicó la concejal oficialista Sofía Tineo, a pesar de que en rigor de verdad el gobierno de Gustavo Barrera había decretado tres días de duelo y ese plazo expiró el viernes pasado. “De todos modos decidimos juntarnos con el resto de los concejales para ponernos de acuerdo y sesionar”. En esa misma línea, Myriam Oillataguerre, la presidenta del concejo, señaló que “creemos conveniente que este tratamiento sea el de la búsqueda de las víctimas que aún no han sido rescatadas, pero como estamos en un ámbito democrático entonces vamos a sesionar”.
Ambas alocuciones responden a dos cosas. La primera es que antes de la sesión se juntaron todos los concejales del cuerpo legislativo, 16 en total (ocho del UP y ocho de la oposición, repartidos tres de la UCR, cuatro del Pro y una de La Libertad Avanza) para ponerse de acuerdo y decidir la sesión, algo que el oficialismo hubiese podido abortar si se ausentaba y no aportaba el quórum necesario. La segunda, en cambio, es un tanto más sensible: circuló con fuerza la versión de que desde el palacio municipal sobre Avenida 3 casi Paseo 108 pidieron a sus ediles evitar la sesión o, en su defecto, negarse a tratar el pedido de documentación de la oposición, algo que —por el motivo que fuere— los propios concejales barreristas desaconsejaron.
Finalmente, y después de tratar temas de los más diversos (el pedido de una plaza de parte del Rotary Club, licencias para taxistas, el archivo de dictámenes polémicos y hasta la autorización de paseos en banana por la playa), llegó el momento de abordar este pedido. En ese contexto, el concejal radical Amadeo Montenegro reconoció “la buena voluntad del oficialismo para realizar la sesión”, aunque sostuvo que “los silencios son los mejores caldos de cultivos para las especulaciones”.
“Tanto en Gesell como en toda la costa no se caen edificios porque sí: no hay antecedentes de este tipo. Comencemos entonces a hacernos de esta información, porque más allá de la instrucción de la fiscal Zamboni nosotros mismos tenemos una responsabilidad administrativa”, agregó Montenegro. “Yo entiendo que el dolor paraliza, pero tenemos que dar una respuesta desde nuestro lado. Les ruego que acompañen este pedido, creo que nos haría un favor, tranquilizaría a todos y ayudaría a ponerle luz a situaciones que están nubladas. Todos queremos que esta pesadilla pase pronto”.
En esa misma línea, su colega de bancada Diego Piacentini expresó que este pedido responde a la necesidad de “clarificar, porque hacemos zapping y vemos que se dicen un montón de barbaridades. Tenemos que contar realmente lo que pasó, cueste lo que cueste”. El pedido, aprobado por mayoría simple, pasó a comisión y exige a la Municipalidad el expediente completo sobre el Dubrovnik, las funciones y delimitaciones de las direcciones de Obras Particulares y de Inspección de Edificios Privados y Públicos y las actas de inspección de los últimos cuatro meses sobre toda construcción en Villa Gesell.