Si tu mascota no se despega de vos, puede ser una señal de mostrar su cariño, necesidad de atención, curiosidad o incluso problemas de salud.

Para quienes conviven con mascotas, no hay nada más familiar que un gato que los acompaña en cada paso. Desde la cocina hasta el baño, pasando por los pasillos de la casa, muchos dueños coinciden en que sus mascotas parecen estar siempre pegadas, como si se tratara de un guardián silencioso.
Este comportamiento, lejos de ser una simple y simpática anécdota, tiene explicaciones que combinan factores emocionales, biológicos y hasta de salud. Comprender por qué nuestros compañeros nos siguen tan de cerca no solo ayuda a interpretar mejor su lenguaje, sino también a fortalecer el vínculo que construimos día a día con ellos.
¿Por qué tu gato te acompaña a todas partes?
Aunque los gatos tengan fama de independientes, lo cierto es que forjan lazos mucho más estrechos de lo que solemos imaginar. Según el sitio web informativo HowStuffWorks, una de las razones principales es la búsqueda de afecto y atención.
Muchos de ellos disfrutan de la cercanía humana y, en algunos casos, llegan a preferirla incluso por encima de la compañía de otros animales. Frotarse contra tus piernas, acostarse sobre tu escritorio o acostarse en la cama al mismo tiempo que vos son formas de expresar cariño y de reforzar ese vínculo.
A esta motivación emocional se suma otro rasgo clave: la curiosidad. Los felinos son observadores por naturaleza y suelen interesarse por cada movimiento que ocurre en su entorno. En especial los más chicos de edad o aquellos que viven puertas adentro, encuentran en seguir a sus humanos una forma de estimulación que les permite descubrir olores, sonidos y espacios nuevos.
La comida también ocupa un lugar central. Los felinos son expertos en reconocer patrones y no tardan en asociar ciertos hábitos, como ir hacia la heladera o preparar el desayuno, con la posibilidad de recibir alimento o alguna golosina.
Sin embargo, no todo responde al afecto o al juego. En algunos casos, ese seguimiento constante puede ser una señal de alerta. La ansiedad por separación, el estrés o incluso determinadas enfermedades pueden expresarse a través de una necesidad excesiva de estar cerca de su persona de referencia.
Cambios en la rutina, mudanzas, la llegada de nuevos integrantes al hogar o la pérdida de un compañero, pueden intensificar esta conducta. Maullidos persistentes, intentos de entrar en cada habitación o un apego repentino y exagerado son signos que conviene observar de cerca.
Por eso, los especialistas recomiendan prestar atención al contexto y a las señales adicionales que pueda dar la mascota. Un gato que sigue a su dueño y mantiene su conducta habitual probablemente lo haga por cariño, curiosidad o costumbre. En cambio, si está acompañada de cambios de apetito o alteraciones en el sueño, lo mejor es consultar a un veterinario para descartar cualquier problema de salud.
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Ambito