El presidente Javier Milei no lo duda. En la previa a la elección prefiere lidiar con más problemas en la actividad antes que con una mayor suba del dólar. Por eso el Gobierno convalidó tasas de interés más altas y el Banco Central decidió subir el porcentaje de encajes.
Los economistas anticipan que el apretón monetario tendrá impacto en la actividad y en el Gobierno lo reconocen. Las empresas dicen que el enfriamiento ya está entre nosotros: según datos del Observatorio Pyme para el 70% de las empresas la producción está estable o en baja y la preocupación por la debilidad de la demanda alcanza al 68% de las firmas.
La suba del dólar tuvo su correlato en los precios de los insumos. Algunos porque son importados, otros que fabrican en el país hace tiempo venden en billete verde y también están los que aprovecharon esta semana para remarcar: zinc, aceites, lubricantes, cajas, tuvieron subas de entre el 5% y el 8%.
Los precios al consumidor todavía se mantienen bastante estables. Los industriales se debaten entre trasladar la suba de costos y perder ventas o seguir deteriorando sus márgenes, algo que parece difícil de sostener en el mediano plazo. Según el reporte de Observatorio Pyme el 74% de las empresas tuvo aumentos de costos, y sólo un poco menos de la mitad (35%) pudo trasladarlo a precios.
No se salva ni Vaca Muerta
El horizonte gris, con distintos matices, se vuelve transversal a los distintos sectores. Incluso en el rubro estrella: la energía. Lo que muchas veces es presentado como una inversión de una empresa argentina es en realidad la salida de una multinacional del país. Pasó esta semana en Vaca Muerta con la venta de activos de Total.
En la cuenca neuquina el 2025 no marchó acorde al plan. La caída en los precios internacionales, la falta de voluntad del Gobierno para encarar obras de infraestructura y un riesgo país que no termina de bajar le pusieron un cepo al crecimiento del sector. El dato más llamativo se lo confirmó a Ámbito un empresario top: hay menos equipos funcionando que hace dos años.
De 36 perforadores que había en diciembre de 2023, para septiembre del 2025 quedarán 29. “El año ya está jugado, muchas compañías pensaban salir a colocar cifras muy superiores en el exterior para invertir, pero con este riesgo país es imposible”, detalló el hombre de negocios. En el sector creen que ni un buen resultado del oficialismo en las elecciones de octubre podrá devolver el acceso a los mercados en el corto plazo, que faltan acuerdos políticos.
Secretaría Pyme, afuera
Si el panorama no termina de aclararse en el sector con mejor proyección de la economía argentina, la situación es mucho más compleja en la industria. Las reverencias al ajuste que se escuchaban en la UIA al comienzo del mandato de Javier Milei, ya no se oyen, el clima interno cambió y los comunicados de la entidad lo reflejan.
En el sector empresario cayó muy mal la salida del secretario de la Pequeña y Mediana Empresa, Marcos Ayerra, que había anticipado Ámbito. Pero peor aún el otro adelanto de este medio: la eliminación de la repartición y su degradación a una mera dirección nacional.
El empresariado pyme cree que se quedó sin interlocutor y reclaman por las herramientas que el Estado supo tener y que podrían ayudar a paliar la crisis. Varias de ellas, señalan, sin costo fiscal. Consultada por Marcelo Fernández en el streaming de CGERA la ex ministra Débora Giorgi puso dos ejemplos: el Ahora 12, que generaba más ingresos por recaudación que erogaciones y los créditos blandos con tasas más bajas, que corrían por cuenta de los bancos y ahora brillan por su ausencia.
Fuente
Ambito