El GCBA confirma que construirá un nuevo Puente Ciudad de la Paz | Los vecinos quieren conservarlo, pero las autoridades dicen que “su vida útil se agotó”



El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) confirmó que construirá un nuevo Puente Ciudad de la Paz pese a los reclamos de vecinos y vecinas de Palermo y Colegiales que pedían conservar la histórica estructura de más de un siglo de vida. El GCBA asegura que, aun con los arreglos que permitieron reabrirlo hace sólo cuatro meses, el puente tiene “problemas estructurales” y su vida útil está “completamente agotada”. Finalmente seguirá siendo sólo para tránsito liviano, mientras se evalúa conservar la actual estructura trasladándola a otro espacio de la ciudad. 

Este diario ya había informado a principios de julio que el gbierno porteño encararía la construcción de una nueva estructura, para la que AUSA ya abrió una licitación, pero el GCBA todavía no había confirmado la noticia de forma oficial. Eso cambió en las últimas horas, luego de que el descontento de vecinos y vecinas se profundizara, lo que derivó incluso en una protesta junto al puente para pedir su conservación. Ahora el gobierno porteño emitió un comunicado formal sobre el tema, en el que confirma que construirá el nuevo puente a través del Ministerio de Infraestructura y de AUSA

Allí se indica que el actual cruce, inaugurado hace más de 100 años, “hoy presenta problemas estructurales”. A fines de marzo pasado, continúa, “se habilitó nuevamente al tránsito luego de una serie de refuerzos provisorios, pero sólo para autos, motos y peatones, ya que los estudios técnicos indicaron que su vida útil estaba completamente agotada“. 

El puente que transita sobre las vías del ferrocarril Mitre había estado cerrado durante más de dos años desde enero de 2023 por una obra de reestructuración que en principio debía durar sólo un año pero finalmente se demoró hasta este 2025. Según el GCBA, en 2023, “una evaluación estructural reveló riesgos de colapso“. El comunicado remite, además, a un informe técnico difundido ahora que arrojó que, pese a los arreglos realizados en el último tiempo, “el puente debe ser desarmado y reemplazado de forma definitiva, para garantizar la seguridad vial y ferroviaria”.

Aunque en principio se creía que el nuevo puente permitiría habilitar el tránsito pesado, algo que aparecía incluso en los pliegos de la licitación de AUSA, ahora el gobierno porteño indicó que “la estructura mantendrá su uso exclusivo para tránsito liviano, con limitaciones de altura mediante pórticos de acceso”, mientras que “el nuevo diseño respetará la identidad estética original, pero incorporará mejoras en funcionalidad, accesibilidad y seguridad”. “Además, sumará pasarelas peatonales a ambos lados: una con escaleras y otra con rampas para personas con movilidad reducida, cochecitos y bicicletas”, sumaron.

El detalle curioso del anuncio es que, pese a confirmar el retiro de la antigua estructura, indica al mismo tiempo que “se preservará el puente actual por su valor histórico y arquitectónico” y que “se evalúa su futura reubicación en un entorno cercano, en línea con el pedido de vecinos y asociaciones patrimoniales”. Página/12 preguntó a fuentes de Infraestructura cómo se llevaría a cabo esta reubicación y contestaron que en principio “es una idea que se está estudiando” para trasladar el puente a “algún lugar emblemático como una plaza o un parque“, aunque sin precisiones aún sobre qué sitio sería el elegido. 

Desde Basta de Demoler, la organización que venía nucleando el reclamo de los vecinos y vecinas para que se conserve el puente, salieron a ratificar ese pedido, más allá de lo anunciado por el GCBA: “El puente más verde y menos costoso es el que ya está construido. Reforzar y mantener la estructura existente –recién rehabilitada– sería más económico y respetuoso con la memoria urbana”, indicaron en un comunicado en el que agregaron que “este puente centenario, adaptado desde 1963 al tránsito liviano, forma parte del catálogo de bienes protegidos por su valor urbano y es parte del paisaje e identidad del barrio”.

El carácter catalogado del puente hace que la decisión sobre su estructura tenga que pasar también por el debate del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP) porteño. Según pudo saber este diario, su descatalogación iba a ser tratada la semana pasada, pero la reunión en la que eso iba a ocurrir finalmente se levantó. Desde Basta de Demoler advierten que el CAAP “deberá decidir si cede a esta presión o respeta la normativa y la historia”. Mientras tanto, el proceso licitatorio para la “provisión, construcción y montaje” del nuevo puente sigue avanzando con una fecha de apertura de ofertas pautada para el próximo lunes 11 de agosto

Las organizaciones hacen especial hincapié en el valor de las estructuras originales del puente, catalogadas como “de las más antiguas aún en pie en Buenos Aires”. “Su estructura de vigas de hierro y basamento de ladrillos de hace más de un siglo, es un hito patrimonial barrial y muy singular en el paisaje porteño”, señalan y agregan que “este puente fue construido por la Compañía de Tramways Lacroze Bs. As. Ltda. en el año 1918 para uso exclusivo de sus líneas de tranvías. Luego de que el sistema tranviario fue desarmado en 1963, la entonces Municipalidad de Buenos Aires lo reconvirtió para tránsito vehicular liviano“. “Perder el puente original de Ciudad de la Paz sería perder un patrimonio cultural arquitectónico y urbano para siempre, cuando puede seguir teniendo vida útil a la escala que nos permita no perderlo”, concluyen.

Fuente: Pagina12