La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sigue tensando la cuerda diplomática con Venezuela. Calificó de “pantomima” a las imágenes del gendarme argentino detenido en ese país, Nahuel Gallo, y deslizó que el gobierno nacional no aceptará como verdaderas “pruebas de vida” esos videos y fotografías del miembro de las fuerzas de seguridad.
La dura expresión de la funcionaria que sembró dudas sobre la veracidad de las pruebas transmitidas ayer por el gobierno de Nicolás Maduro fueron lanzadas en la antesala de la reunión que Javier Milei tendrá en Casa Rosada con Edmundo González Urrutia, el candidato de la derecha venezolana que enfrentó al socialismo en las presidenciales del año pasado, quien asegura haber vencido en esas elecciones.
En Venezuela rige contra González Urrutia un pedido de arresto por conspiración, usurpación de funciones, forjamiento de documentos, desconocimiento a las instituciones del Estado e instigación a la desobediencia de las leyes, entre otros cargos.
Escalada diplomática
La visita de este autoproclamado presidente, la denuncia del Gobierno ante la Corte Penal Internacional (CPI) y ahora los dichos de Bullrich son escollos diplomáticos que el Gobierno tendrá que sortear para avanzar en el diálogo con Caracas.
“No aceptamos ningún juego de una aparición, de una foto, que aparece en un lugar desconocido, caminando, sin sonido y sin fecha”, expresó la funcionaria, rechazando así la señal enviada desde Caracas. “Lo único que Argentina acepta es que sea puesto en un avión y enviado al país”, agregó.
Las imágenes en que se ve a Gallo vestido de celeste, caminando en un lugar abierto solo y junto a otras personas en lo que se supone un lugar de detención fueron la respuesta del gobierno bolivariano a un pedido hecho por la familia del gendarme apresado por supuesto espionaje, sabotaje y terrorismo.
Su esposa, María Alexandra Gómez, había pedido “una fe de vida” que demuestre que Gallo “está bien de salud”. Ella fue quien lo esperaba en Venezuela cuando él viajó y quedó detenido, y también fue la que expresó su “temor” porque algún paso en falso del gobierno de Milei empantane más la situación.
Pese a ello, Patricia Bullrich continuó con sus provocaciones. Dijo que las imágenes de Gallo son “una pantomima del régimen” bolivariano y calificó de “dictadura” al gobierno de ese país, puesto en tela de juicio tras las últimas elecciones.
Para la ministra, “no existe una condición de mostrar que lo tienen bien, como si fuese un régimen normal, esto es una dictadura y las dictaduras hacen estas cosas, dan pruebas de vida”.
El endurecimiento del discurso del gobierno de La Libertad Avanza (LLA) expresado por esa funcionaria está a tono con la presentación ante la CPI, que tildó al “secuestro” del gendarme como una “violación grave y flagrante de los derechos humanos”.
Además lo enmarcó dentro de un supuesto
“patrón sistemático de crímenes de lesa humanidad, que se están cometiendo
en la República Bolivariana de Venezuela”.