Horas después de que agrupaciones peronistas anunciaran un “banderazo” frente al departamento donde la expresidenta Cristina Kirchner cumple su arresto proscriptivo, el Ministerio de Seguridad desplegó un fuerte dispositivo de seguridad alrededor de ese inmueble que se convirtió en epicentro de la movilización popular. La medida, tomada como parte de su permanente política de provocación, transgrede la órbita que le corresponde a esas fuerzas, ya que la jurisdicción le corresponde a la Ciudad de Buenos Aires.
El operativo fue desplegado en las primeras horas de esta mañana y tuvo las mismas características de la última vez: se arrancaron las cartas y los carteles pegados en la fachada de San José 1111, se levantaron los gazebos instalados en los alrededores y corrieron los puestos de venta callejera.
Hubo una particularidad: esta vez se colocaron vallas policiales sobre el perímetro de la esquina de San José y Humberto 1º, de modo tal que las veredas no puedan ser ocupadas. Así y todo, sobre la acera se apostaron policías de la Federal y agentes de Gendarmería, la fuerza creada para custodiar las fronteras del país y los territorios federales.
La excusa que dio la cartera que conduce Patricia Bullrich fue que era necesario reforzar la seguridad de la zona. Y desde el gobierno porteño se informó que el operativo tiene como objetivo mantener el orden y la higiene del lugar. O sea que, al parecer, a partir de ahora las fuerzas policiales también se encargarían de la limpieza y aseo de la vía pública.
Las vallas fueron colocadas durante la madrugada, luego de que agrupaciones kirchneristas convocaran a un “banderazo” para hoy a las 17 frente al departamento del barrio porteño de Constitución. “Vení con tu bandera argentina a saludar a Cristina”, es parte del slogan de la convocatoria realizada a través de las redes sociales en la cuenta.
La administración de Jorge Macri también especificó que en esa esquina se realizarán tareas de hidrolavado de calles, veredas y paredes, al menos tres veces al día. “En cuanto a ordenamiento urbano, estamos enfocados en evitar e interrumpir las ocupaciones permanentes de personas en el espacio público con despliegue de mobiliario”, explicaron.
“En los últimos días, se despejó el espacio público retirando elementos que habían sido emplazados en la vía pública y no están autorizados: ocho gazebos, mesas para servir comida, sillas y banquetas, y seis parrillas”, informaron desde el gobierno porteño, según Noticias Argentinas (NA).
Lo cierto es que esa esquina porteña seguirá siendo el núcleo de concentraciones sociales, dentro de los márgenes que ayer dispuso el Tribunal Federal Oral 2 (TOF) tendiente a “no perturbar” la “tranquilidad” del barrio, ahora sitiado por agentes, vallas, patrulleros, carros de traslado y todo tipo de móviles de la Policía Federal y Gendarmería Nacional.
Las calles del lugar también se encuentras liberadas, aunque el tránsito lento se debe a toda esa parafernalia de seguridad estacionada en los alrededores, así como también por la decenas de móviles de canales de televisión pendientes del balcón de la vivienda de la exmandataria.
“En un radio de 300 metros a la redonda hay policías destinados a la seguridad del barrio. Además el móvil de la Comisaría Comunal 1, siempre que no esté cortada la calle, cumple con el recorrido del sector asignado y pasa cada hora por la esquina”, indicaron desde el gobierno porteño.
No obstante, el foco del acoso de las fuerzas seguridad sigue siendo San José 1111, lugar donde también se implementó una vigilancia las 24 horas por medio del Centro de Monitoreo que controla las cámaras de seguridad instaladas en la vía pública.
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