El gobierno tiene la intención de, finalmente, convocar a sesiones extraordinarias durante la primera quincena de febrero para poder tratar la eliminación de las PASO. En ese punto, desde la Casa Rosada son tajantes y se muestran inflexibles: no quieren, como algunos sectores de la oposición, que se vote la suspensión de las mismas solo para las elecciones de este año. “Tendrán que votar la eliminación o nada”, dicen cerca del Presidente.
El mandatario, que durante los últimos días estuvo recluido en la Quinta de Olivos –más allá de que el sábado estuvo en Casa Rosada para recibir al opositor venezolano, Edmundo González Urrutia– por estas horas está trabajando en tándem con el jefe de gabinete, Guillermo Francos, y con el asesor sin cargo, Santiago Caputo, para terminar de delinear el temario que enviarán al Congreso. Una posibilidad es que allí figuren: la reforma electoral y política, juicio en ausencia, ley antimafia, la reforma de los fueros de la política, e intentarán incluir también un nuevo proyecto de Ficha Limpia que están terminando de escribir. Buscarán, por último, que se trate la incorporación de los dos jueces para la Corte Suprema de Justicia.
En la parte de “reforma electoral y política”, el gobierno quiere tratar tres temas que están contemplados en dos proyectos de ley: en uno figura la eliminación de las PASO y todo lo que conlleva como, por ejemplo, el régimen publicitario y el financiamiento y, además, una reforma del sistema de financiamiento de la política. Ese es el texto que enviarían para tratar en extraordinarias los primeros días de febrero. El tercer tema está en un proyecto separado y es una reforma de los partidos políticos. Los dos proyectos ya fueron presentados por el gobierno el 21 de noviembre del año pasado –contaron con la firma de Francos y de Milei– y volverían a insistir con los mismos para que los diputados y senadores lo traten durante las extraordinarias.
El primero de los textos presentados se titula “Reforma para el fortalecimiento electoral”. En su título número uno figura la “Derogación del régimen de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias”, y, en el título dos, aparecen las “Modificaciones al Régimen de Financiamiento de los Partidos Políticos”. Uno de los objetivos centrales de ese escrito, además de eliminar las primarias, es reducir drásticamente el aporte estatal y fomentar la participación privada.
El segundo proyecto, que quedaría para las sesiones ordinarias, se denomina “reforma de partidos políticos” y busca hacer modificaciones a la ley orgánica de partidos políticos para aumentar los requisitos para el reconocimiento en la justicia de los mismos, además de aumentar las exigencias para que sean reconocidos a nivel nacional. Se pasarán a necesitar de 5 a 10 distritos con personería jurídica y un mínimo de 0,1 por ciento de afiliados del padrón nacional.
Los partidos más chicos –que son los que permitieron a Milei competir en muchas provincias la última elección– y los que no se vendan al mejor postor, serán los más perjudicados. Desde distintos sectores de la oposición se quejan, entre otras cuestiones, porque consideran que no se puede aceptar derogar los límites al financiamiento de las campañas. “Con el proyecto de Milei tres mega ricos pagan una campaña cara y se termina gobernando para tres personas. Los partidos que no estamos dispuestos a vendernos quedamos en una desigualdad total”, dijo cuando fueron presentados los proyectos en noviembre el diputado Juan Manuel López de la Coalición Cívica y denunció que les preocupa el financiamiento que puede llegar a haber del narcotráfico.
Desde el oficialismo insisten con que, si logran eliminar las PASO, el gobierno se ahorraría entre 35 por ciento y 40 por ciento de la suma total que cuesta hacer una elección. Es decir, evalúan que se lograría un ahorro superior a los 150 millones de dólares. Sin embargo, la verdadera motivación de los libertarios es que no tienen ninguna intención en colaborar con las internas de los demás partidos y solucionarles las candidaturas.
Los demás espacios, como el de los radicales, Unión por la Patria o el Pro, podrían estar de acuerdo con suspenderlas por este año, pero no con eliminarlas. Nadie quiere perder una herramienta como esa para las elecciones presidenciales de 2027. En Balcarce 50 no aceptan esa postura. “La eliminación no se negocia. Queremos eliminarla porque estamos en desacuerdo con esa ley”, dicen y agregan: “No nos importa la especulación política de los demás partidos. El sistema es malo y lo queremos eliminar. Punto”.
El Pro es uno de los partidos que más dudas tiene porque, a lo largo de su historia, se beneficiaron mucho con el uso de las PASO para dirimir las candidaturas dentro de Juntos por el Cambio. Uno de los elementos para negociar que puede llegar a ofrecer el gobierno es el nuevo proyecto de ficha limpia. La norma que impulsaba el PRO con el objetivo central de proscribir a la expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, fracasó en su intento de aprobación y LLA, que no acompañó, prometió que trabajaría en un nuevo texto.
Para eso, Milei le pidió ayuda al asesor y abogado Alejandro Fargosi, que estuvo trabajando durante estas semanas para pulir los cambios que consideran necesarios en Casa Rosada. Según había explicado el vocero Manuel Adorni en una de sus conferencias de prensa, el objetivo del nuevo proyecto será enfocarse en los “agujeros” del anterior. “El proyecto tiene que tener los reparos suficientes como para que en esos lugares los malos no venzan a los buenos, inventando denuncias y haciendo que estos no puedan participar”, dijo. Todavía no hay más detalles.
Las negociaciones con el PRO, sin embargo, están cada día más complejas. Después de que Jorge Macri anunció que desdoblará las elecciones y buscará eliminar las PASO en su distrito, en Rosada se enfurecieron. “Nosotros siempre sostuvimos la voluntad del Presidente de sumar a quienes piensan parecido, pero el Pro va y separa las elecciones en CABA y con eso nos obliga a competir. En CABA vamos a ir por separado”, amenazan desde el entorno del mandatario. Aún, sin embargo, no saben quiénes serán sus candidatos. Cerca del Presidente descartan la idea de que Karina Milei se presente de manera “testimonial” y también dicen que ven complicado que ella se separe de su hermano en el día a día de la gestión. Por eso dudan que finalmente ella sea candidata. Tampoco confirman el nombre de Manuel Adorni.
En el oficialismo consideran que las elecciones de este año servirán para “someter a consideración de la sociedad un listado de modificaciones estructurales a favor de los argentinos”, que tengan que ver con reformas impositivas, laborales, previsionales, penales y del Código Civil, entre otras. “No será una campaña en contra de nadie, sino para revalidar nuestros lineamientos”, dicen. Sobre los candidatos aclaran que quien tendrá la lapicera y definirá los nombres es Karina. “Llegado el momento ella va a definir quién sí y quién no”, aseguran.