Un universitario creó una percha funcional y ecológica que transformó un problema cotidiano en un negocio que mueve millones en todo el mundo.

Desde hace años, millones de perchas de plástico acaban en la basura. Frente a ese problema, un joven universitario encontró una solución simple, rentable y ecológica. Con ingenio y propósito, logró convertir su idea en un negocio millonario que está cambiando el mercado del consumo doméstico.
Angus Willows, estudiante de ingeniería, diseñó una percha que evitó toneladas de desperdicio. Lanzó su proyecto desde el dormitorio universitario y en pocos meses recibió pedidos desde todo el mundo. Hoy, Kangaroo Hanger no sólo genera millones, también impulsa un cambio en los hábitos de consumo.
Solucionó un problema de millones: cómo funciona la percha multiuso Kangaroo Hanger
Angus empezó con una idea sencilla: crear una percha versátil, fuerte y 100 % reciclada. Diseñó un sistema que permite colgar ropa sin usar botones ni broches, con un mecanismo antideslizante y flexible que se adapta a cualquier prenda. Su modelo combina la forma de una percha clásica con la funcionalidad de un clip.
El proyecto tomó fuerza en redes sociales, donde acumuló más de 50 millones de vistas virales. Eso disparó las ventas y posicionó a Kangaroo como una referencia en innovación sostenible. Las perchas están fabricadas con materiales reciclados, son resistentes y no contaminan.
Hoy, el producto cuenta con siete patentes registradas en 29 países. La empresa creció sin inversores externos, con una estrategia enfocada en consumidores conscientes y en la necesidad urgente de reducir desechos plásticos. Cada unidad vendida busca reemplazar las opciones descartables.
El impacto de Kangaroo va más allá del diseño. Representa una apuesta por una industria más limpia, una forma de pensar diferente. Angus no sólo vendió una percha: propuso un modelo que combina eficiencia, conciencia ambiental y practicidad para millones de personas.
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Ambito