ARMANI (6): estuvo donde tenía que estar para rechazar el bombazo de Lautaro que le fue justo al cuerpo luego que el nueve se sacara de encima a Paulo Díaz con un enganche delicioso. Al ratito anticipó un pase de Dumfries peligrosísimo. En los goles, nada que hacer.
MONTIEL (5): Dimarco fue una pesadilla por su banda, sobre todo en el primer tiempo. Encima se hizo amonestar tempranamente por una falta sobre el central Acerbi en campo rival, es decir, evitable. El esquema táctico tampoco lo favoreció, con Mastantuono por su lado para darle una mano que nunca llegó. Terminó expulsado en la hecatombe del final, cuando estaba todo decidido.
MARTÍNEZ QUARTA (3): le tocó ser el líder de la defensa ante el bajón de Pezzella e hizo su papel de “malo” con varias patadas fuertes, una a Lautaro Martínez sobre el final del primer tiempo, como para imponer condiciones. Una atajada suya con los pies en el primer tiempo fue vital para mantener el cero, ya que Armani parecía vencido si pasaba el tiro de Espósito. Después, lo imperdonable para un último hombre. Controló mal y tuvo que bajar a Mkhitaryan cuando se iba solo, y se ganó la roja en el peor momento de River. El gol del Inter tardó apenas seis minutos en llegar luego de su salida.
PAULO DÍAZ (4): como todo River, la pasó muy mal en la segunda parte. Lautaro se la tiró por un costado y lo dejó pintado en la jugada que terminó en palo. Más tarde, Espósito lo desairó con un enganche inesperado y, casi en simultáneo, el chileno agachó la cabeza, derrotado, como sabiendo lo que estaba por venir. En la primera parte había tenido un par de cruces interesantes.
ACUÑA (6): el mejor del partido en River y acaso el mejor de su Mundial. En la primera parte tuvo menos trabajo por su sector, cosa que cambió en el segundo con un Dumfries volcado en ataque. Clave para molestar a Lautaro en el tiro que terminó en el palo, cuando todo iba 0 a 0. Fue un fiel reflejo del estado de ánimo del equipo cuando se fue contra el banco de Inter a los 83 minutos, dando a entender que todo estaba perdido y sólo quedaba pelear, cosa que intentó hasta después del final persiguiendo al lateral neerlandés hasta el túnel.
ALIENDRO (5): pasó un tanto desapercibido, fiel a su habitual rol de ocupar espacios y tapar baches. Gallardo lo aguantó hasta donde pudo, como todo al mediocampo titular, que prácticamente colapsó de cansancio en los primeros 15 minutos de la segunda parte.
KRANEVITTER (5): fue el ordenador de la presión millonaria con la que River arrancó el partido y que entusiasmó a sus hinchas en los primeros 20. Probablemente uno de los que más sufrió el desgaste. Le hubiese venido muy bien uno de los incontables “cooling breaks” que se dieron en el Mundial.
MEZA (5): entró muy activo, tanto a la hora de presionar como para defender. En esta última faceta se lució con un corte clave en el final del primer tiempo, tras un lindo toqueteo interista en la puerta del área. Mandó un tiro a las nubes y Gallardo no lo perdonó. Lo sacó casi de inmediato, a los 55 minutos. Como Aliendro y Kranevitter, exhausto.
MASTANTUONO (3): el súper pibe tuvo la peor actuación posible cuando más se esperaba de él. Bastoni le hizo prácticamente una marca personal y, aunque el central no se caracteriza por su velocidad y quedaron varias veces solos a campo abierto, se lo devoró. Hasta Acerbi (1,92 metro y 37 años) le ganó en la carrera en un mano a mano en el segundo tiempo. Muy impreciso con los pases y visiblemente frustrado en la segunda parte. La novela de la previa por su venta al Real Madrid será un elemento imposible de esquivar a la hora de analizar el fracaso de River en el torneo, que por cierto le costó varios de los millones de euros que ganó con la operación. Quedará por ver si forzar la venta en este momento fue una decisión acertada por parte del futbolista y su entorno. Lo seguro es que su despedida del club fue la peor posible.
BORJA (5): voluntarioso, hizo lo que pudo. No le escapó al roce y sus acciones terminaron a veces con una falta y tiro libre ganado y otras, con infracción suya. No le quedo una.
COLIDIO (3): desafortunada actuación de uno que venía rindiendo en el torneo. Realmente, no le salió nada. Mal con los pases y en los intentos individuales. Una descarga suya de primera, errática, dio origen al tiro en el palo de Lautaro Martínez. Tuvo la gloria en su cabeza a los 63 minutos tras un lindo centro de Lanzini. Pero calculó mal y apenas acarició la pelota para tranquilidad de Sommer. Pagó el plato roto por Martínez Quarta y salió por Pezzella. Una a favor: no se escondió para recibir.
NACHO FERNÁNDEZ (4): el buen nivel que había mostrado a lo largo del semestre no se trasladó al Mundial de Clubes, torneo que arrancó de titular contra los japoneses. Entro a los 55, cuando el dominio del Inter ya era absoluto.
COSTANTINI (4): Gallardo sorprendió con la inclusión del pibe de 19 años, con un partido en Primera de experiencia. Producto de las ausencias de Enzo Pérez, Castaño y Galoppo, claro está. En el 1-0 evidenció un pecado de juventud: Mkhitaryan se llevó su marca sabiamente hacia un costado y el mediocampo quedó completamente liberado para el avance solitario de Sucic, quien dio el pase gol a Espósito.
LANZINI (5): sacó ese centro para la cabeza de Colidio que pudo ser la clasificación millonaria. En el primer gol llega tarde a cubrir el hueco que dejó Costantini.
PEZZELLA (4): seguramente no se esperaba entrar. Le tocó ver los dos goles desde adentro.