La inteligencia artificial pronosticó que River ganaría 2-1, a través de la aplicación Chat GPT. “Goles de Masantuono, Merentiel y Colidio”, vaticinó. Casi mete un pleno, pero se equivocó con el autor de uno de los goles de River: lo hizo Driussi y no Colidio. Pero un poquito esas cosas asustan, como algunos capítulos de Black Mirror.
Lo que no acertaron ni un poquito fueron los que pronosticaron que iba a salir un partido blandito, con los dos cuidando y fumando la pipa de la paz, ya que un empate no dejaba mal parado a ninguno de los dos. Se equivocaron feo debido a que el partido no salió bueno, pero River fue al frente hasta que fundió bielas, y Boca hizo lo suyo para que saltaran chispas hasta la última atajada de Armani en el final.
El que se equivocó fue Marchesín cuando les dijo a sus compañeros (y escucharon periodistas de campo de juego atentos) que se trataba de aguantar los primeros 15 minutos “porque después ellos se caen a pedazos”. Los 15 primeros minutos pasaron y River seguía martillando, hasta que Masatantuono agarró el lápiz y dibujó un gol extraordinario. No alcanzó con ese cuarto de hora, en el que Boca le hacía el aguante al arquero en su zona de influencia.
¿Se equivocó Gago en el esquema que armó? Con la chapa puesta -y sin temor a equívocos- le van a pasar factura en todos los medios televisivos, por el exceso de cautela. Y la verdad es que Boca venía jugando bien con Cavani en la cancha, y cuando se lesionó el uruguayo lo más lógico parecía ser que metiera a otro delantero y no que trastocara todo con el esquema de cinco defensores. Sobre todo porque en el primer tiempo no fueron tres centrales y dos laterales pasando al ataque sino, cinco atrás y pegando hasta cargarse de amarillas y condicionar las marcas. Gago quería seguramente que Boca controlara a su rival hasta desanimarlo y cansarlo, para entrar después en verdadera acción. No le salió para nada.
¿Gallardo no se equivoca nunca?. Para los hinchas de River y para ciertos medios no, siempre acierta, hace los cambios justos, pone a los que están mejores y no hace inventos raros en las posiciones. La realidad es que recién ahora el técnico parece haber encontrado el equipo del medio hacia adelante. Eso sí, del medio hacia atrás, pese a los refuerzos de lujos, River sigue dando ventajas y exponiéndose, como ocurrió en el gol de Merentiel.
Los que acertaron fueron los que hace rato vienen sosteniendo que Mastantuoto es muy talentoso, irremplazable, aunque se exagere con que River es él y diez más. No jugó bien el Superclásico, perdió increíblemente un gol cantado por no dar un pase o, de última por no pegarle mejor a la pelota, perdió duelos, pero el golazo que ese hizo, esa joyita clavada en el ángulo lo pone en el cuadro de honor. El pibe de River acertó y erró, tiene destino de aciertos máximos y errores mínimos. No va a durar mucho en el fútbol argentino, y no va a tardar mucho Lionel Scaloni en convocarlo a la Selección Nacional. Sin tanto brillo, algo parecido ocurre con Milton Delgado, que para uno fue el mejor de Boca en los 90 minutos (quita, marca, juega, pide siempre la pelota, gambetea) y es otro que pronto va a emigrar.
En el Superclásico hubo aciertos y errores para todos los gustos (el árbitro, por ejemplo, dirigió bien pero debió echar a Advíncula), pero el mayor de los aciertos lo tuvieron los hinchas de River, que imaginaron que iban al Monumental a una fiesta. Y resultó un fiestón.