El magnate y multimillonario coreano decidió donar la mitad de su fortuna. Conocé su historia.

Desde pasar una infancia muy marcada por la carencia económica, hasta llegar a liderar una de las empresas tecnológicas más influyentes de Asia, Kim Beom-su construyó una legado propio y una trayectoria que mezcla su creatividad, su resiliencia y su lado más solidario.
El creador de Kakao, la compañía detrás de la app de mensajería más utilizada en Corea del Sur, no solo revolucionó la forma en que millones de personas se comunican, sino que también sorprendió al anunciar que destinará gran parte de su riqueza a fines benéficos.
Donó la mitad de su fortuna: ¿Cómo es la historia de Kim Beom-su?
Kim nació en el condado de Damyang pero creció en Seúl, en un hogar humilde junto a cuatro hermanos. Criado por su abuela mientras sus padres trabajaban largas horas, su padre en una fábrica de lapiceras y su madre como camarera de hotel, aprendió desde pequeño el valor del esfuerzo.
Para pagar sus estudios, trabajó como tutor privado y, en más de una ocasión, dejó de comer para ahorrar dinero. Logró graduarse como licenciado y magíster en ingeniería en la Universidad Nacional de Seúl. Su primer empleo fue como desarrollador en la división de servicios informáticos de Samsung. En el 1998, con el apoyo económico de sus familiares y amigos, fundó Hangame, que comenzó como un cibercafé y luego se transformó en el primer portal de juegos en línea de Corea del Sur. Dos años más tarde, fusionó la empresa con el portal Naver y tomó un rol importante en NHN.
En el 2005 se trasladó a Silicon Valley, donde creó IWILAB, una incubadora para emprendedores coreanos. Cinco años después, en 2010, lanzó KakaoTalk, la aplicación que hoy está instalada en el 90% de los teléfonos inteligentes del país. Ese mismo año, firmó el Giving Pledge, comprometiéndose a donar la mayor parte de su patrimonio a causas solidarias.
El patrimonio de Kim Beom-su
A pesar de haber dejado la presidencia de Kakao en medio de una investigación antimonopolio, Kim continúa siendo uno de los empresarios más influyentes de Corea del Sur. Su fortuna actual se estima en US$4.6 mil millones, aunque llegó a ser mucho mayor antes de la caída en el valor de las acciones de su empresa.
Su compromiso filantrópico implica entregar al menos la mitad de esa suma para financiar proyectos sociales, educativos y tecnológicos, consolidando así su imagen como un líder empresarial que no solo busca el éxito económico, sino también generar un impacto positivo en la sociedad.
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Ambito