El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, blanqueó la hoja de ruta de la Casa Rosada frente al complejo panorama legislativo que afronta el proyecto de Presupuesto 2025 ante los reclamos de gobernadores y bloques dialoguistas en demanda de recursos para las provincias, jubilaciones y universidades. “No está previsto que se convoque a sesiones extraordinarias”, dijo el ministro, que no ignora que el propio oficialismo dilató el debate en la Cámara baja, donde llegaría al recinto luego del 20 de noviembre y pasaría al Senado con los días contados para que culmine el periodo parlamentario. Al mismo tiempo, Francos reveló que la aprobación del Presupuesto para el año próximo tampoco desvela al Gobierno: “no tenemos una urgencia tampoco en que el Presupuesto sea aprobado. Creemos que sería un buen signo institucional que el Congreso de la Nación apruebe el presupuesto que envió el Ejecutivo, pero si no lo hace, seguiremos con la prórroga del Presupuesto actual”, afirmó.
Las distintas bancadas partidarias de la oposición en ambas Cámaras del Parlamento analizaban ayer las declaraciones del ministro coordinador aunque sin mayores sorpresas: en gran parte de ellas consideraban que la verdadera intención de Milei era volver a reconducir el actual presupuesto (el de 2022, el último aprobado durante la gestión de Alberto Fernández) para poder ejercer la misma discrecionalidad sobre las partidas presupuestarias como lo ha hecho el Gobierno hasta ahora.
“Evidentemente, el gobierno no quiere presupuesto para manejarse sin controles ni límites, con reconducción del presupuesto de (Sergio) Massa de 2022, reasignación de partidas y DNUs. Están esperando llegar a diciembre sin sanción para darlo por muerto, tienen que poner fecha de dictamen y sesión ya. Los vamos a intimar a que lo hagan”, respondió Juan Manuel López, presidente del bloque de diputados de la CC, a PáginaI12. El único bloque que se pronunció hasta ahora ante las consultas de este diario.
“El Presupuesto está presentado en el Congreso, se está debatiendo… Nuestros funcionarios han hecho varias visitas”, intentó justificar Francos en una entrevista concedida a Radio Colonia. La comisión de Presupuesto de Diputados, que preside el libertario José Luis Espert, arrancó el debate casi un mes después que Milei lo presentara en Cadena Nacional un domingo por la noche y ante un recinto semivacío; tuvo apenas cuatro reuniones a las que asistieron apenas siete funcionarios nacionales, entre los que no estuvo el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. Mañana jueves hay una nueva convocatoria con la visita del ministro de Salud, Mario Iván Lugones.
“El Ejecutivo está abierto a escuchar todas las propuestas que el Congreso quiera hacer sobre el Presupuesto, siempre y cuando no modifiquen lo que es un tema fundamental, que es el equilibrio fiscal. Si eso no se modifica, y necesitan realizar algún cambio, bueno, tendrán que decir si le aumentan una partida, a cuál le disminuyen”, planteó Guillermo Francos durante la entrevista radial.
Pero enseguida, el funcionario aclaró: “no tenemos una urgencia tampoco en que el Presupuesto sea aprobado. Creemos que sería un buen signo institucional que el Congreso de la Nación apruebe el presupuesto que envió el Ejecutivo, pero si no lo hace, seguiremos con la prórroga del Presupuesto actual”.
Con los tiempos parlamentarios al límite, le preguntaron al jefe de Gabinete si había entonces sesiones extraordinarias para continuar con el debate sobre el Presupuesto. “No está previsto que se convoque a sesiones extraordinarias”, respondió Francos.
El 30 de noviembre termina el periodo ordinario de sesiones del Congreso. El Ejecutivo puede convocar a extraordinarias, donde tiene la facultad de fijar la agenda de temas a tratar, en este caso el Presupuesto 2025. También puede prorrogar las sesiones ordinarias por cierto tiempo, algo que mucho menos figura en los planes de la Casa Rosada porque habilitaría que el grueso de la oposición avance con su proyecto común para limitar los DNUs del Gobierno, que caerían con el rechazo de una sola Cámara y si el Congreso no lo tratase en un plazo de 90 días. Algo que desespera a Milei, que junta aliados para poder bloquear.