En la provincia de Buenos Aires todo el mundo parece decidido a hacer lo que no le conviene electoralmente. La posible división del peronismo generó un escenario propicio para un acuerdo entre La Libertad Avanza y el PRO que gane la elección en ese distrito; prueba de eso fue que Cristian Ritondo y Diego Santilli volvieron a visitar la Casa Rosada la semana que pasó. No obstante, el camino que les toca recorrer está lleno obstáculos de un lado y del otro. Desde la Rosada insisten en que no habrá en la provincia ningún frente electoral con el PRO, que es un partido viejo, perimido (“un Nokia 1100”, al decir de Manuel Adorni) y lo que habrá será cooptación de algunos dirigentes. Del lado de Mauricio Macri, circulan una serie de condiciones, la más fuertes: que el acuerdo tienen que sellarlo él y Javier Milei cara a cara. De esta forma, una alianza que parecería dictada por las conveniencias todavía está empantanada.
La eventual división entre las líneas del peronismo de Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof le dio un nuevo tipo de incentivo a la posibilidad de una alianza entre los dos partidos de derecha. En la previa a ese posible cisma, el acuerdo se veía necesario para no quedar tan atrás del peronismo. Ahora, en cambio, si se divide el voto en dos listas peronistas, ven una posibilidad clara de ganar. Esto es un aliciente para acordar que despertó euforia en el PRO bonaerense y llevó a su titular, Cristian Ritondo, a insistir con la idea:
“Reafirmamos la necesidad de construir una nueva mayoría.
La unidad que demostramos en el Congreso Nacional, entre el PRO y La Libertad Avanza, representa una oportunidad histórica también en la provincia para ponerle fin al populismo”, remarcó. Incluso Mauricio Macri, últimamente muy propenso a las críticas, se mostró a favor de un acuerdo entre ambos partidos en provincia.
Foto y no frente
Lo que siguió fue una nueva reunión a la que asistieron Ritondo y Santilli en la Rosada, acompañados por el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro. Esta vez no estuvo el presidente, pero sí “El Jefe”: la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, al mando de la estrategia electoral. La acompañaron su armador en provincia, Sebastián Pareja y Lule Menem. No estuvo, nuevamente, José Espert, a quien se mencionaba como potencial cabeza de lista de LLA.
“Acompañando al viento de la historia y escuchando la demanda de los millones que nos votaron, seguimos trabajando para liberar la provincia de Buenos Aires, último reducto del maldito populismo”, escribió la hermana presidencial cuando publicó la foto del encuentro. Sostuvo que después de la charla que tuvieron están avanzando “naturalmente en la dirección que nos piden los bonaerenses.
Vamos a llevar las ideas de la libertad hasta el último rincón de la provincia. ¡VLLC!”
El problema es que cuando dice “naturalmente“, se comenta en la Rosada, se refiere al proceso “natural” de descomposición de algo viejo y perimido como el PRO y el salto de sus dirigentes a LLA. De hecho, tras ese encuentro siguen diciendo que quieren quedarse con los dirigentes y no hacer un acuerdo electoral con el PRO. Es algo que Pareja ya había manifestado públicamente. Esto, claramente, no le viene bien a Macri y es potencialmente lo que puede hacer naufragar las negociaciones, aún con todo a favor de acordar.
Del lado de Macri, tras esa foto, se siguió diciendo lo mismo que con la primera que se sacaron Santilli y Ritondo: que son solo fotos pero que no se avanza en el frente electoral.
Condiciones calabresas
Para seguir sumando fotos al álbum, el intendente de Junín, Pablo Petrecca, contestó a la de Karina Milei con otra donde se lo ve a él, al expresidente, a Ritondo y al jefe de Gobierno, Jorge Macri, este último uno de los representantes de la línea autonomista del PRO que no quiere un acuerdo con LLA bajo cualquier condición. Petrecca le sumó un corazón amarillo, para aludir a la identidad del PRO que los dirigentes de LLA dicen que ya no existe.
La simple difusión de la foto pudo ser una respuesta de Macri, para mostrar que todavía talla en las negociaciones y que no van a conseguir que Ritondo y Santilli se corten solos. Seguido a la foto, comenzaron a circular una serie de condiciones que habría puesto Macri para llevar el acuerdo a buen término:
1. La primera condición es bajar en nivel de agresión y ataques en la campaña porteña. El razonamiento es que no se puede llegar a un acuerdo de un lado de la General Paz, si del otro se están matando y diciendo las peores cosas. Mucho menos si empiezan a volar carpetazos contra candidatos del PRO. La misma condición podría ser puesta del lado de LLA, donde Santiago Caputo ya expresó públicamente su temor a una “campaña sucia” que venga del partido amarillo.
2. La segunda condición es ver en cuáles de los municipios se va a lograr el acuerdo electoral, porque no son todos iguales. No es lo mismo Tres de Febrero, donde el intendente Diego Valenzuela es bullrichista y ya se pasó a LLA, que Vicente López, donde la intendenta Soledad Martínez está pensando en otro marco de alianzas. Además –y aquí viene lo más espinoso– falta discutir cómo se confeccionarán las listas. Macri no acepta que la palabra final sea la lapicera de Karina Milei.
3. La tercera y última condición es la más pesada de todas. Plantea que el acuerdo puede ser negociado a nivel provincial por Ritondo y Pareja, pero –siendo la provincia con más peso electoral en el país– para sellar el acuerdo va a tener que hacerse en un encuentro tête-à-tête entre Mauricio Macri y Javier Milei. El expresidente recordó hace poco que las reuniones de las milanesas se cortaron a fines del año pasado y el diálogo nunca se retomó.
No obstante, el PRO no termina de mostrar un frente único sobre estas condiciones que circularon. En el PRO bonaerense aseguraron a este diario que no existen esas condiciones y que quien sigue a cargo de las negociaciones para un acuerdo provincial es el titular del partido, es decir, Ritondo. Lo que no quiere decir que no haya baches en el camino que sigue, sobre todo si las conversaciones con Karina Milei no redundan en un frente electoral, sino meramente en algunos nombres en la lista a título individual.