Se viven horas cruciales para el futuro de la Confederación General del Trabajo (CGT). Este miércoles habrá una reunión clave en el predio de SETIA en Ezeiza con más de cien secretarios generales. Avanza el consenso para un nuevo triunvirato, pero integrado por una nueva generación (dos hombres y una mujer). Más allá del formato y los nombres, prevén un futuro difícil, con “más conflicto que diálogo” con el Gobierno. Auguran meses de dificultades económicas que obligarán a la central a tomar posiciones más duras, hecho que le dará forma al perfil de los nuevos conductores.
La elección del 5 de noviembre será la primera desde el comienzo de la presidencia de Javier Milei, hace casi dos años atrás. El o los nombres que se elijan reflejarán cuál será la postura y estrategia de la CGT en esta nueva etapa. “Hay que prepararse más para el conflicto que para otra cosa”, advirtieron a Ámbito altas fuentes del sindicalismo nacional ante un escenario de poco diálogo y una realidad socio-económica cada vez más difícil.
Todos los sectores, dialoguistas y duros, coinciden en que la situación económica y social empeorará en los próximos meses y la relación con el Gobierno será mala o directamente nula. “El Gobierno no tiene capacidad de consenso, cuando intentaron buscar diálogo fracasaron y están reducidos a una elite muy particular, muy individualista”, afirman cerca de uno de los hombres clave que irá a la reunión en el Sindicato de Textiles de la Industria y Afines (SETIA).
Cómo seguir ante este escenario es lo que se discutirá el 27 de agosto en el almuerzo de “camaradería” en SETIA. Allí esperan llegar a los consensos necesarios para llegar al 5 de noviembre con los nombres y el formato de conducción definidos. El paso siguiente será el jueves 28 con la reunión del Consejo Directivo de la CGT, el cual llamará al Comité Central Confederal, necesario para luego convocar al Congreso que elegirá a las nuevas autoridades.
Triunvirato o unicato
Uno de los debates más importantes en SETIA será el formato de la nueva conducción. El actual triunvirato integrado por Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (estaciones de servicio) y Octavio Argüello (camionero) llega al final de su mandato con señales de agotamiento.
Los gremios más duros como la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), conducido por Abel Furlan, y la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), de Juan Carlos Schmid, piden por un unicato que se posicione con firmeza ante las reformas laborales del Gobierno y el techo del 1% mensual de paritaria que impulsa.
También entre los gremios dialoguistas abogan por un unicato. Uno de ellos es el actual secretario de Comunicación de la CGT, Jorge Sola (Seguros), quién abiertamente se postula para llevar adelante “esa responsabilidad”. Afirma que el formato está agotado por la dificultad de llegar a consensos de acción en una realidad muy dinámica y, sobre todo, porque ya no hay tres sectores tan definidos que puedan verse representados.
Sin embargo, a falta de un hombre fuerte que pueda aglutinar consensos, todo indica que el triunvirato será el formato elegido para conducir a la CGT los próximos cuatro años. Los nombres que suenan con más fuerza son Cristian Jerónimo (empleados del vidrio), Jorge Sola y Maia Volcovinsky (judiciales de Julio Piumato), pero podría haber algunos cambios en pos de lograr los consensos necesarios.
La postura frente al Gobierno
Hasta ahora, el vínculo con el Gobierno ha sido más bien conflictivo, a pesar de todos los intentos de la CGT por establecer un diálogo. El oficialismo tiene una agenda laboral diferente, más cercana a la de los empresarios, y no ha dudado en avanzar en reformas sin consultar a la central.
Es por ello que los sectores más duros abogan por una conducción más firme. Desde el actual triunvirato defienden su gestión, con tres paros generales, movilizaciones masivas y presentaciones judiciales que han frenado algunas de las iniciativas oficiales.
Desde los sectores que impulsan un nuevo triunvirato, aseguran que no implicará tibieza. “La CGT va a seguir accionando todo lo que sea necesario para defender los derechos del trabajador“, aseguraron a Ámbito.
Estos sectores insistirán con volver a tener un diálogo con el Gobierno, pero lo ven muy difícil. “La próxima etapa de la CGT tiene que ver con el deterioro económico y social cada vez más acelerado, sumado al deterioro político del oficialismo y al resultado electoral entre septiembre y octubre”, pronostican.
Falta poco para saber cuál será la nueva CGT para la etapa que se abrirá en el país a partir de las elecciones del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires y el 26 de octubre a nivel nacional. Sus resultados también definirán cuál será la postura de la principal central obrera del país.
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Ambito